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La insignia
8 de febrero del 2007


Marxismo y teoría del caos
o caos en el marxismo del socialismo del s. XXI


José F. Cornejo
La Insignia. Bélgica, febrero del 2007.


Algunos autores vinculados a la propuesta del "socialismo del siglo XXI" buscan fundamentar su teoría neomarxista en los desarrollos conceptuales producidos en las ciencias modernas. En particular, atribuyen un papel importante a la teoría del caos, concepto generalizado en algunos dominios de la ciencia moderna pero, que como veremos más adelante, no tiene el mismo significado que nuestro sentido común le da al termino "caos" como desorden (1).

Para evaluar críticamente las tesis del socialismo del siglo XXI y su propuesta de refundamentar el marxismo como "ciencia", a la luz de la moderna teoría del caos, nos parece necesario, primero, analizar cómo se concibieron las relaciones del marxismo con las ciencias naturales, y sobretodo, las formuladas por Engels en su definición del "materialismo dialéctico".


La naturalización de la historia

Es precisamente en el pensamiento de Engels donde aparece en forma explícita la tendencia a orientar el marxismo según el modelo metodológico de las ciencias naturales. El desarrollo de las ciencias ligadas a la revolución industrial, y no la revolución francesa -como para Marx-, constituían para Engels el paradigma fundamental para pensar la revolución social. Engels defendió la idea de un "socialismo científico" como una teoría de verdades subyacentes a todos los procesos históricos, una "ciencia" que iba a posibilitar el control científico de los procesos sociales, de la misma manera que, el saber de las ciencias naturales posibilitaba el control y la manipulación de los procesos de la naturaleza.

Engels convierte así la filosofía de la praxis de Marx, en una "ciencia de la história", lo que trae como consecuencia una "naturalización" de la história y da origen a una ontología positivista de la realidad, una especie de metafísica naturalista. Esta "dialéctica materialista" presupone además, una teoría del conocimiento ingenuamente realista, que sería formulada posteriormente por Lenin, con su "teoría del reflejo" en su ensayo "Materialismo y empiriocriticismo". La esfera de la consciencia, la cultura, la ideología, se vuelven así meros reflejos mecánicos, en "última instancia", de una base material.

Esta interpretación objetivista y naturalista de la filosofia de la praxis marxiana se convirtió en la base teórico-filosófica de la II y de la III Internacional. Este objetivismo naturalista que transforma la filosofía crítica en una teoría científica y pretende manipular las leyes del desarrollo histórico da origen a dos formas, a primera vista contradictorias, de acción política: una reformista y otra radical voluntarista. La Segunda Internacional defendía su táctica reformista y el abandono de toda política revolucionaria dado que el derrumbe del capitalismo era inevitable por las propias contradicciones de las leyes objetivas del materialismo histórico. La Tercera Internacional llamaba a una gestión voluntarista de tipo tecnocrático, por parte de una "vanguardia iluminada", ya que el reino de la libertad llegaría automaticamente, solamente, cuando las formas de propiedad capitalista fueran abolidas y las fuerzas productivas se encontraran lo suficientemente desarrolladas. De ahí la formula de Lenin: el socialismo es los soviets más la electrificación. Para la Tercera Internacional, el partido comunista sería la forma política de representación de la consciencia "superior" del proletariado sobre la sociedad y la historia. Esta versión cientificista del marxismo se convertiría en ideología de Estado en los paises del "socialismo real".

No se puede hacer responsable de todos los errores políticos cometidos en la larga historia del movimiento socialista a esta versión sesgada y objetivista del marxismo, pero es indudable que una crítica de esta errónea interpretación de la relación entre la filosofía crítica y las ciencias naturales constituye una parte importante de esta evaluación. Muchos de los errores políticos cometidos y de los fracasos rotundos que sufrió el movimiento socialista, como por ejemplo la ascensión de Hitler al poder en 1933 y el derrumbe de los llamados socialismos reales, se cimentaron con ayuda de esta interpretación cientista e ideológica de la teoría política marxista.


La teoría del caos en Marta Harnecker y Heinz Dieterich

La propuesta de Harnecker (2) y de Dieterich (3) de repensar el caracter del marxismo como "ciencia de la historia" a la luz de las teorias del caos, busca continuar las mismas afirmaciones objetivistas y naturalistas de Engels, pero reformularlas a la luz de los nuevos conceptos y paradigmas de la ciencia moderna. Veamos separadamente las posiciones de cada uno de estos autores.

En su libro, Harnecker constata la crisis teórica en el marxismo a consecuencia del derrumbe del socialismo en su versión soviética. De manera bastante simplista trata de minimizar las implicancias teóricas y filosóficas de esta crisis afirmando que se "responsabiliza indebidamente a la teoría de Marx por lo ocurrido en los países socialistas soviéticos; nadie, sinembargo, le hecharía la culpa a la receta de cocina por el flan que se quemó al poner muy fuerte el horno" (p 281). Es decir la receta marxista era correcta pero a los cocineros soviéticos se le fue la mano con la temperatura de la construcción del socialismo. A continuación, Harnecker convoca a su maestro Althusser para afirmar que " el gran aporte de Marx fue el de haber fundado la ciencia de la historia, uno de los más grandes acontecimientos de la historia del conocimiento humano." ( p 282) Ya no defiende totalmente el marxismo estructuralista de su maestro, que a fines de los años 60 elaboró un marxismo positivista, antihumanista y antihistoricista, pero si llama a rescatar sus aportes más valiosos sin precisar cuáles. Defiende, sinembargo, la vigencia de su catecismo neo-escolástico "Los conceptos elementales del materialismo histórico", escrito en los años 60 dentro del marco teórico althusseriano, manual de vulgarización y popularización del marxismo, que junto con el Libro Rojo de citas de Mao Zedong, serían para grandes sectores en América Latin el acceso simplificado a codificaciones dogmáticas de recetas revolucionarias, una suerte de "marxismo nescafé". Harnecker nos replicará, que como a los cocineros soviéticos, en América Latina también nos equivocamos en los ajustes de temperatura y por ello se nos quemó el flan de la revolución, sinembargo, el libro de recetas sigue siendo valido.

La ciencia elaborada por Marx, prosigue Harnecker, es una "ciencia inexacta en el sentido de que se pueden trazar rasgos y desarrollos generales, pero no es posible un conocimiento detallado y preciso de todas las influencias y condiciones". ( p. 284 ) "El estudio de los sistemas caóticos, nos permite" según Harnecker, entender que el determinismo marxista no es un determinismo mecanicista, sino "estaría más cerca del llamado "equilibrio puntuado" - proceso de evolución de las especies,no gradual sino con rupturas, regresiones y pausas - y de las leyes que dan cuenta de relaciones no lineales" (p 285 ) Nos encontramos, así, ante un nuevo tipo de determinismo, distinto del determinismo mecanicista del siglo XIX, que abre un espacio para la acción humana y la lucha política. Harnecker reconoce finalmente que no se puede defender todo lo que escribió Marx, " mi defensa del aporte de Marx no significa que considere que todo lo que escribió Marx es un dogma de fé (...) hay que actualizar sus aportes con nuevas investigaciones y nuevos conceptos que den cuenta de las nuevas realidades. (p.290).

Con el trabajo del profesor Dieterich, "El socialismo del siglo XXI", pasamos a otro nivel, porque Dieterich, a diferencia de Harnecker, se muestra como el defensor de un positivismo cientificista que raya, sinceramente, en la más simplista charlataneria metafísica. Afirma que "el avance de las ciencias modernas ha proporcionado un creciente número de conocimientos objetivos acerca de las leyes que determinan el comportamiento de todo lo que existe (universo) incluyendo a la sociedad humana y el individuo." (p.13) Según el panteísmo determinista del profesor Dieterich "el universo sólo tiene dos modos de existir, como sustancia (materia) y como energía. Esta propiedad o caracteristica significa que todos los fenómenos, desde una piedra hasta el pensamiento humano, son materia y/o energía y pueden, en última instancia ser explicados como tales." (p.13).

Todos "los movimientos o comportamientos pueden describirse con conceptos de la matemática. Utilizando tales conceptos podemos describir la evolución con cinco dinámicas diferentes: a) lineal, b) la no-lineal, c) la probabilistica, d) la caótica (imprevisible) o e) una combinación de las cuatro." (p. 13) Dieterich nos ilustra que Marx y Engels entendieron y analizaron como proceso dialéctico el inciso d), es decir las situaciones caóticas imprevisibles, que en el plano político se expresan en la dialéctica de reforma y revolución. Lo que se solía calificar de "revolución, se expresa ahora en los terminos de la física moderna como "salto cuántico, cambio de fase o cambio de sistema." (p.14) Luego de formular diferentes formas organizativas del universo, de los pre-biológicos a los sistemas sociales humanos, Dieterich precisa su visión de la libertad: " la libertad del sujeto para cambiar determinado sistema está determinada por cuatro factores: a) la situación de inestabilidad o estabilidad, b) la dirección de su evolución, c) la dinámica (velocidad) de su evolución, d) la fase de ciclo de vida". (p.14). El concepto de "ciclo de vida" es, según el profesor Dieterich, de gran importancia porque decide si un sujeto de cambio aparece en la escena histórica como el Mio Cid o Don Quijote, es decir, como figura heróica o tragicómica".(p.14) Al parecer Dieterich ha escogido esta última figura porque, como veremos seguidamente, lo que afirma son cosas completamente absurdas y disparatadas.

Las elucubraciones objetivistas y naturalistas de Dieterich nos recuerdan las cantinfladas téoricas de otro profesor tristemente célebre, Abimael Guzmán, lider de Sendero Luminoso, que desde su particular interpretación del marxismo como ciencia, pensaba que su teoría de la 4ª espada del marxismo-leninismo encarnaba el movimiento de la materia que en quince mil millones de años se había condensado en su "pensamiento Gonzalo": "Dicen que esta parte del cosmos se estructuró como Tierra quince mil millones de años lleva la Tierra para generar el comunismo (...); no somos sino una pálida sombra y pretendemos levantarnos contra todo ese proceso de la materia (.. ) ¿una parte infinitesimal que quiere levantarse contra quince mil millones de años?, ¡qué soberbia, qué putricción!" (4)(p 144 ). Para Guzman, sus rivales políticos aparecían no solamente contestando su teoría y su liderazgo, sino contrariando al universo entero. Este tipo de especulaciones disparatadas, serían motivo de risa sino supieramos que basados en esta teoría Guzman y Sendero Luminoso iniciaron una guerra interna que le costó la vida a más de 60.000 peruanos.


Algunas precisiones sobre la teoría del caos

Los intentos de vulgarización, de los cada vez más complejos desarrollos en la ciencias modernas, han generado en algunas ocasiones malentendidos y también aplicaciones abusivas de su nuevos conceptos a otros dominios del saber humano, en particular en las ciencias humanas. Sokal y Bricmont, en su libro "Imposturas intelectuales", analizan cómo se ha producido un empleo abusivo de diversos conceptos y terminos científicos sacados completamente de su contexto y sin justificar su extrapolación a otros dominios del conocimiento. Veamos brevemente lo que nos dicen sobre la teoría del caos.

Para explicar metafóricamente el paradigma de la teoría del caos, es muy frecuente recurrir a la imagen de Popper que decía que, las ciencias del siglo XIX veían la naturaleza como un reloj guiado por leyes deterministas duras y que las ciencias del siglo XXI ven la naturaleza como una nube, es decir sistemas complejos, fluidos y siempre en movimiento en donde la predicción sobre tal o cual acontecimiento se formula en terminos de un calculo de probabilidades. La teoría del caos propone la visión de una naturaleza que se presenta como un desorden determinista. Las dificultades para predecir un hecho, en la lógica de determinista de la ciencia de causa-efecto, se vuelven complejas e impredecibles en algunos fenómenos naturales, a causa de su "sensibilidad a las condiciones iniciales". Una consecuencia práctica de esta teoría es, por ejemplo, la imposibilidad de predecir el tiempo más allá de algunas semanas. La ciencia moderna llama así "caóticos" a los sistemas sensibles a las condiciones iniciales que se caracterizan por el hecho de que su predecibilidad esta muy limitada. Los científicos sensatos, a diferencia del profesor Dieterich, han sabido que no podían esperar predecir y calcularlo "todo". Los físicos del siglo XIX sabían perfectamente que era imposible en la práctica determinar las posiciones de todas las moleculas de un gas. Eso es lo que incitó al desarrollo de los métodos de la física estadistica. El objetivo último de la ciencia no sólo es predecir, sino también comprender. La ciencia, por ello, está de cierta manera "permanentemente en crisis", porque no es un pensamiento dogmático y está dispuesta a revisar sus presupuestos para avanzar en el conocimiento humano de la naturaleza.

El termino caos para la ciencia moderna no significa pues, desorden, confusión o "imprevisible", como sostiene el profesor Dieterich, en sus caóticas y confusas especulaciones metafísico-políticas que pretende presentar como "ciencia". Se trata de una limitación de la predecibilidad limitada en el tiempo.

Sobre las "relaciones no lineales" de las que habla Harnecker le cedemos la palabra a Sokal y Bricmont: " se habla de una función (o ecuación) lineal: por ejemplo, las funciones f(x) = 2x y f(x) son lineales, mientras que f(x) = x² y f(x) = sen x son no lineales. En terminos de modelización matemática, una ecuación lineal describe una situación en la que (simplificando un poco) "el efecto es estrictamente proporcional a la causa" (...) Ahora bien, los autores posmodernos, sobretodo los anglosajones, han añadido un tercer sentido a este termino, vagamente relacionado con el segundo, pero que muchas veces confunden con el primero; se trata del "pensamiento lineal". A pesar de que nunca han dado una definición exacta del mismo, está claro que se refieren al pensamiento lógico y racionalista de la Ilustración y de la llamada ciencia "clásica" (acusados, a menudo, de un reduccionismo y de un numericismo extremos). A esta forma de pensamiento vetusto oponen un "pensamiento no lineal" posmoderno. (...) A menudo se pretende que la denominada "ciencia posmoderna", y en particular la teoría del caos, justifica y fundamenta este nuevo "pensamiento no lineal". En realidad, esto no es sino una confusión entre los tres significados de la palabra "lineal". (p. 147-148) Antes de trasladar conceptos de las matemáticas a la historia, Harnecker debería haberse informado un poco para saber a que cosa exactamente se refieren las ecuaciones no-lineales.

Sokal y Bricmont advierten, con justa razón, que "no es aconsejable extraer conclusiones filosóficas precipitadas" sobre los desarrollos en las ciencias modernas y aplicarlas mecanicamente a las ciencias humanas, como lo hacen, abusivamente, Harnecker y Dieterich.

La teoría del caos abre muchas pistas para la investigación en muchos dominios de las ciencias de la naturaleza, pero no se puede extrapolar mecánicamente a las ciencias humanas y mucho menos a una filosofía política como el marxismo. ¿Qué cosa significaría en concreto un "marxismo caótico"? La teoría del caos es holista, es decir trata de abordar la totalidad, pero al mismo tiempo es anti reduccionista, es decir rechaza la pretensión de reducir o descomponer el sistema a un elemento que se volvería "fundamental" o "determinante". No se puede por lo tanto considerar la economía, el capital o el trabajo como el factor determinante o fundamental del sistema capitalista. ¿Qué cosa puede ser un marxismo "ciencia de la historia" probabilista? ¿Una suerte de boletín metereológico-histórico de los posibles eventos políticos que se producirían en un futuro próximo? Sencillamente sería cualquier cosa menos marxismo, o para parafrasear a Bricmont, más que "ciencia del caos marxista" sería un verdadero "caos en el marxismo." Como si no hubieran suficientes problemas teóricos a repensar en la filosofía crítica emancipadora, esta pista cientificista no hace sino distraer fuerzas intelectuales en un laberinto de insensateces.

Es sinceramente preocupante que las disparatadas tesis de Dieterich sean tomadas en serio en algunos circulos políticos radicales en América Latina y en Europa que divulgan su libro y sus artículos. Si alguno de ellos se ha tomado la molestia de leer su confuso panfleto se dará cuenta que al final en su "Programa de transición latinoamericana al nuevo socialismo" (pp 66-77) Dieterich contrariamente a lo que afirma, no propone nada novedoso, su programa propone un "capitalismo proteccionista de estado" aderezado de "democracia participativa". Este fue precisamente el programa de reformas de los militares nacionalistas liderados por Velazco Alvarado en el Perú de los años 1970-1974. Si este es el socialismo del siglo XXI, Dieterich es sinceramente un farsante vendedor de baratijas intelectuales pseudocientíficas para izquierdistas desamparados de utopias incumplidas.

Quiero finalizar precisando que el libro de Marta Harnecker se ubica en otro nivel que el panfleto del profesor Dieterich. Mis críticas están dirigidas a su análisis de la crisis teórica del marxismo, su trabajo sobre las experiencias de luchas sociales en América Latina, aunque hechas desde una perspectiva bastante "cubanocentrica", son un aporte valioso a una evaluación crítica de lo que ha sido la experiencia política de la "izquierda real latinoamericana". No sería justo concluir sin mencionar otros trabajos críticos, como los de Isabel Rauber (5) que abren verdaderamente nuevas pistas para repensar la acción política transformadora en América Latina en estrecha relación, con la gran vitalidad y combatividad que manifiestan nuestros movimientos sociales. Es acompañando estos movimientos emancipadores y democráticos de base como se podrá reconstruir una teoría crítica a la altura de los desafios que nos plantea el socialismo en el siglo XXI.

Notas

(1) Sobre la teoría del caos hemos consultado los libros: Alan Sokal: "Imposturas intelectuales", Paidos Barcelona, 1999. Trinh Xuan Thuan: Chaos and Harmony: perspectives on scientific revolutions of the Twentieth Century, Oxford Univ. Press, 2001. Régis Debray/Jean Bricmont: A l'ombre des lumières: débat entre un philosophe et un scientifique, Odile Jacob, Paris, 2003. y los artículos de: Jean Bricmont Science of chaos or chaos in science? in Physicalia Magazine,17, (1995) 3-4, pp. 159-208. y "Entrevista con Alan Sokal sobre "Imposturas intelectuales": Ciencia e impostura, por Salvador López Arnal y Joan Benach, La Insignia, 27 de enero del 2007.
(2) Marta Harnecker, "La izquierda en el umbral del siglo XXI: haciendo posible lo imposible". Siglo XXI, Madrid, 3ª ed., 2000
(3) Heinz Dieterich Steffan, "El socialismo del siglo XXI", versión pdf, s.l; sin fecha. (4) Guerra Popular en el Perú: El Pensamiento Gonzalo,Recopilación y Edición de Luis Arce Borja. Bruselas, 1989.
Isabel Rauber, " "La transformación social en el siglo XXI: ¿camino de reformas o de revolución?" Miradas desde abajo, s.l., Junio del 2004.



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