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La insignia
1 de abril del 2007


Manuel Sacristán Luzón: Conferencias (V)


Edición de Salvador López Arnal
La Insignia. España, abril del 2007.


Coloquio

1ª pregunta: La repito yo y así, además, quedo seguro de haberla entendido. Dice: si este planteamiento de filosofía de la ciencia que he hecho, con su prolongación de política de la ciencia, no requeriría recuperar la vieja tradición de la Teodicea, sustituyendo las tendencias escatológicas, milenaristas, del pensamiento de izquierda revolucionaria, por una reasimilación del problema del mal, de la justificación de la divinidad, etc. El problema de Leibniz y de Voltaire.

-Ahora se me ocurre, de todas maneras, la peligrosa duda de que después de haber hablado muy para filósofos pueda haber un porcentaje de nada filósofos. No sé. Vale la pena cerciorarse de eso. ¿Hay muchos que no sean de filosofía? ¿Queréis hacer una señal?

[Risas: la mayoría de los asistentes no eran de filosofía]

Las dos palabras vienen de la tradición religiosa y teológica: "escatología" se refiere a lo que viene al final, las ultimidades, y lo mismo "milenarismo". Milenarismo aunque tiene un origen histórico no teológico, se refiere a lo que se llama "el miedo del año mil", el miedo de la humanidad europea medieval de que en el año mil terminara el mundo y volviera el Mesías a juzgar. Es decir, que tiene mucha relación con la idea de escatología, de final, por eso se reprocha a veces al pensamiento revolucionario de izquierda ser escatológico en el sentido de creer que una vez hecha la revolución ya se acaban los problemas. No el mundo, pero sí los problemas.

Contra lo cual, por cierto, en la tradición de izquierda siempre hubo gente que supo decir las cosas bien. Ahora en esta época es muy bueno citar repetidamente a uno de los poetas comunistas menos leídos y mejores, de la primera mitad del siglo, Guillevic, del que no sé qué se puede leer por aquí. Tenemos un gran experto en poesía en la sala. Si él quiere informar, luego nos lo puede decir. Guillevic tiene unos versos muy bonitos que dicen:

Nous n´avons jamais dit
Que vivre c´est facile
(No hemos dicho nunca que vivir sea fácil)
Et que c´est simple de s´aimer...
(ni que sea sencillo amarse)
Ce sera tellement autre chose
(Pero será todo muy distinto)
Alors. Nous espérons
(Por lo tanto, esperamos)

Guillevic era del P.C.F., pero no es casual que el poeta importante, célebre y casi oficial del P.C.F. fuera Aragon, con su progresismo, y no Guillevic, con su esperancismo, por así decirlo. Pero de todos modos en la tradición estaba. Aún así y todo es común reprochar al pensamiento revolucionario de izquierda esta tendencia milenarista o escatológica.

Entonces, habría que reflexionar más bien la reflexión de la Teodicea que quiere decir literalmente "justificación de Dios". A saber, justificación de Dios del mal que hay en el mundo y que tiene que haber ocurrido o haber nacido con permiso suyo, por así decirlo, salvo en los catecismos más rosas que se recuerdan, en los que a veces se excluía la creación de mal, como recordaréis los más aficionados a estas cosas, si es lo que los hay, que espero que sí. Leibniz tiene escrita una célebre obra titulada así, Teodicea.

Yo creo que el pensamiento central de la Teodicea, a saber, el pensamiento del mal, del mal como un hecho natural, no ya sólo como hecho social. claro que hay que recogerlo. En cambio, el detalle de la Teodicea, su programa, la justificación de la presencia del mal no interesa en ninguna tradición de izquierda. En esto podemos ser más empíricos. No hay por qué justificarlo. Está ahí, es un hecho.

El mismo asistente matiza que no lo decía en sentido teológico sino ontológico.

En el sentido ontológico, desde luego. Dicho sea de paso, en general, todo el pensamiento de izquierda probablemente debería hacerse mucho más naturalista de lo que fue. Seguramente recordaréis que Russell encontraba como principal defecto de la obra de Marx su escasa atención a las ciencias de la naturaleza. El reproche es, en parte, injusto. En parte se debe a que Russell aunque fue muy longevo no podía leerlo todo y, desde luego, a Marx no lo leyó y se le nota. Se le nota bastante en las críticas a Marx que no lo ha leído. Pero de todas maneras tiene su punto acertado.

Lo que Russell desconoce es que eso era casi programa de trabajo de Marx. Los que recuerden las primeras páginas de La ideología alemana tal vez tengan presente que en las primeras páginas dice allí: "La base de todo es la Naturaleza. Lo que pasa es que no me voy a ocupar de ella porque tengo otras cosas que hacer". Punto, aparte, y se pone a tratar de otra cosa pero después de haber dejado dicho al principio que el estudio más fundamental es el cosmológico, incluso para la especie, está hablando de la especie.

Bien es verdad que eso poco se ha rellenado en su tradición. Y lo mismo vale para los anarquistas dicho sea de paso. En los comienzos, eran mucho más sensibles a los temas cosmológicos. Si alguien ha repasado bibliotecas anarquistas del siglo pasado, notará la eficacia y el entusiasmo admirables con que difundieron buena ciencia de divulgación. Los anarquistas, no los neoanarquistas más frecuentes ahora o por lo menos más visibles, sino los de finales del XIX han hecho un trabajo de educación científica del proletariado de la época admirable. Difundiendo, por ejemplo, la Astronomía de Reclus, de Flanmarion, a los grandes materialistas del XVIII y del XIX. Luego, tanto entre anarquistas como entre marxistas, eso ha perdido vigor. No he estudiado nunca porqué y, seguramente, se cruzan innumerables causas. Pero es así.

Generalizando, pues, la pregunta, la contesto afirmativamente e incluso en forma más general no sólo por lo que hace al problema del mal, característico de la Teodicea, sino por lo que hace a todo pensamiento cosmológico.


2ª pregunta: [José Manuel] Bermudo dice que en la primera parte he dado la impresión de considerar que la peligrosidad de la ciencia moderna es un hecho natural, no histórico, y que por eso se podía esperar una política de la ciencia más negativa de la que he propuesto. Segundo, que mi valoración de la educación respecto de la investigación sugiere en cambio una estimación histórica de la peligrosidad de la ciencia moderna que da por supuesto que una mayor educación de la sociedad obviaría, limitaría o dominaría esa peligrosidad.

-A esto contesto que siento mucho, y tiene que haber sido defecto de mi exposición, en la que iba muy obsesionado por ser breve y confieso que con una actitud injusta porque no tenía ganas de hablar, y puede haber sido defecto de mi exposición, pero no creo que la peligrosidad de la ciencia sea natural más que en un sentido trivial, en el sentido en que los tontos son más felices, quien no sabe es más feliz, que es un sentido trivial, que no viene a cuento. No. Sería el sentido según el cual desde que se comió la manzana Adán y Eva pues, ya está, todo conocimiento... que es el que recoge el mito, efectivamente.

No, yo no pienso que sea natural, salvo en el sentido de fundamento. Lo nuevo precisamente he dicho, sólo que tal vez no lo he subrayado adecuadamente, lo nuevo es que hoy la peligrosidad de la ciencia no es su ideologismo, sus defectos, sino su calidad, y esto es una novedad histórica. La geometría euclídea no tiene la menor peligrosidad ontológica. Según Heidegger mucha porque ya estaba todo contenido en ella, pero en mi opinión no. En la de cualquier modesto hombre que no tenga ninguna relación particular del Ser, como la tenía Heidegger, en la geometría euclídea no había peligrosidad ontológica, óntica, como diría Heidegger. En cambio, sí que la hay en la física atómica, en la teoría nuclear, en la química del silicio (a la química del silicio debemos, nada menos, que la maldición de todos los plásticos que están convirtiendo el mundo en un basurero).

No, claro que pienso que es histórica, qué duda cabe. Y, precisamente, el ejemplo me va bien para redondear un poco sobre lo que he dicho. En una de las líneas de la política de la ciencia que yo sugería está el primar la investigación contemplativa. Es la griega, la episteme griega, la idea griega de ciencia es mucho más contemplativa que la nuestra, como sabemos todos, y por eso no es casual que haya cogido el ejemplo geométrico griego, como prototipo de ciencia contemplativa, a pesar de su origen agrimensor, etc.

No pienso tampoco, y habrá sido otro defecto de exposición, que mi línea política de primar la educación sobre la investigación signifique bloquear la investigación. No. Yo creo que no hay que bloquearla sino que hay que bloquear ciertas investigaciones. Y en esto, la verdad, es que estoy en buena compañía. Quiero decir: he mencionado, he estado pensando en dos ejemplos porque me son muy cómodos, esto es claro -estaba barriendo para mi casa-, el de la física nuclear y el de la ingeniería genética, porque respecto de los dos son los científicos mismos, y de los más destacados, los que han pedido moratoria.

En cuanto a la constante "educación y peligrosidad". Por supuesto que garantías no hay nunca y que la educación vaya a ser una triaca segura contra el veneno implícito en las fuerzas productivas del capitalismo más moderno eso no se puede garantizar en absoluto. En cierto sentido, casi al contrario. Los analfabetos no han hecho nada malo en ese plano y cuando los muy sabios se arrepienten y se convierten. No sé, Einstein*19, Oppenheimer, Teller, Crick, es cuando ya son supersabios, ya tienen el Nobel y ya son, además de los físicos o biólogos más importantes, filósofos de primera. De modo que cabría decir que quizá la cultura media es la más peligrosa. Ni el analfabeto ni el gran sabio nos hacen daño, pero los del medio...

No, por tanto, mi esperanza sobre eso no es ni mucho menos ciega. Sólo pienso que en el marco general de una sociedad con un poder tendente al igualitarismo radical, quiere decir, a la superación de las clases, que se pudiera, supongamos -ésta es la hipótesis- permitir una reducción del producto final, pero así, lisa y llanamente, y además una reestructuración tal del producto final que la reducción del pan final fuera mucho menor que la reducción del insecticida final, entonces se podría, seguramente, contar con una estructuración presupuestaria que primara la educación y que fuera muy selectiva en la investigación, pero no bloqueándola, y, desde luego, no bloqueándola ideológicamente, sino siempre por razones de práctica social. No diciendo esto es malo o es pecado sino diciendo esto no queremos subvencionarlo por esto y por lo otro.

3ª: Se le preguntó a Sacristán por la posibilidad de realización del programa diseñado y sobre el papel del movimiento obrero en este ámbito.

-Sobre si esas líneas de política de la ciencia son realizables hoy, yo creo que no. Ni en el Este ni el Oeste. Creo que no es posible convencer a las multinacionales, como es obvio. Incluso después de lo que ha ocurrido en Harrisburg siguen en sus trece. Cuando algún político burgués tiene suficiente sensibilidad para ponerse en discrepancia, queda reducido a minoría y eliminado, caso del conde Länsdorf en Alemania Federal y, por consiguiente, sobre eso no me hago ninguna ilusión. Es obvio. Recordarás que siempre he dicho que la condición sine qua non era una revolución de tipo social, no política.

En cuanto al movimiento obrero, la situación me parece a mí tan desesperada, tan urgente, que creo que no hay que plantearse la cuestión de si es posible o no, sino intentarlo. Sobre el papel sería posible, en la práctica sumamente difícil. En Barcelona, la gente del Comité Antinuclear de Cataluña (CANC), miembro del cual soy y aprovecho la ocasión para hacer propaganda y que os hagáis socios, y gentes muy bienintencionadas de partidos políticos de izquierda y de sindicatos de clase, que han intentado, están intentando, llevar esto a ambientes obreros han cosechado experiencias tremendas, de rechazos violentos, etc., en un lenguaje para soportar el cual hay que echar un poco de gelatina porque son frases como ésta dicha en Hospitalet, con mucha razón, por un veterano militante obrero, que además ha hecho muchos años de cárcel y que nos dijo: "Bueno, ahora que los obreros podíamos comprarnos coche, venís los teóricos y decís que el coche es malo". Es una frase absolutamente llena de realidad y sumamente respetable. Eso no se puede tirar por la borda. Es una cosa muy seria la frase. Sin embargo, en los últimos tiempos empieza a haber cierta experiencia más positiva. De CC.OO., por ejemplo, nos llamaron al CANC -aunque todavía no se ha concretado mucho; ya veremos en qué acaba, no hay que fiarse demasiado- para que hiciéramos medio ejemplar, medio número, de su periódico, sobre el asunto, argumentando sobre las cuestiones puestos de trabajo-centrales nucleares, reducción de consumo-puestos de trabajo, etc.

Pero vamos, creo que la respuesta sensata y honrada es decirte: no sé si es posible pero no hay más remedio que intentarlo porque no hay otro camino y ésa es la parte de la sociedad que, en primer lugar, es relativamente más numerosa, o de las más numerosas, proletariado industrial más trabajadores agrícolas y, en segundo lugar, la que sustenta la sociedad, agricultores y proletariado industrial.

El problema del Tercer Mundo es que he sido muy breve. Yo he quedado tranquilo porque lo he dicho en un inciso pero evidentemente ni se ha oído. Cuando he hablado de maltusianismo, de control demográfico, etc. he dicho "principalmente en los países capitalistas adelantados", pero no he dicho más que esta frase y he seguido. En el Tercer Mundo me parece que es un problema que hay que hacer por estudio de casos, como dicen los sociólogos. Por ejemplo, es monstruoso la política maltusiana llevada por agencias norteamericanas sedicentemente desinteresadas en América del Sur (en general, en las poblaciones amerindias), porque lo que hay que hacer con quechuas, con apaches, es protegerles, darles posibilidades, porque son demasiado pocos. En estos momentos, por ejemplo, apaches chiricahuas hay 1.000. Quizá en los últimos dos años unos pocos más, pero nada más que 1.000 en todo el continente. Decirles a ellos que no tengan hijos, o darles la píldora, o hacerles operaciones como les han hecho los americanos es monstruoso. En cambio, no sé yo si es el mismo caso en la India, si en la India no tiene ya sentido practicar, aconsejar, ilustrar, en ese sentido. Pero por lo que hace al consumo ni hablar, claro.

Ahora bien, en absoluto se trata de decir que haya de disminuir el consumo per capita en el Tercer Mundo. De ninguna manera. Tiene que aumentar. Lo que ocurre es que tiene que aumentar de otro modo, no como están haciendo. Si para ganar tiempo me permitís ir por el culpable lado de la anécdota impresionante en vez de la teorización (además estoy sin papeles y sin datos), Nestlé está repartiendo en el África Central leche en polvo, consiguiendo liquidar la capacidad de amamantar de las mujeres negras, hacer mucho menos resistentes a epidemias a los niños, provocar desastres intestinales, y cuando alguien ha protestado se ha producido una tal reacción, no sólo de Nestlé sino de todas las multinacionales de la alimentación, que ya no se habla más de aquello. Y se sigue repartiendo. La negra va perdiendo su leche -que, como es obvio, es lo mejor que le puede dar al crío- para comprar el botecito de la casa Nestlé, mezclarlo con agua sucia de la que ella tiene y matar al niño. Aumentar el consumo de leche en polvo Nestlé, no, desde luego que no, ni en el Tercer Mundo tampoco.

De modo que la cosa es muy complicada. No se puede simplemente decir: "no, no, en el Tercer Mundo es bueno que hagan centrales nucleares". No, no es bueno, ni fábricas de leche en polvo. No es nada bueno. Hay que verlo en cada caso. En resumen: lo que he dicho se aplicaba a los países capitalistas y del Este adelantados, sin más, sin matices; en cambio, para el Tercer Mundo, con matices, según cada caso. Igual lo demográfico, que el producto final. Desde luego, el principio de reducción social allí es incluso más urgente que aquí. Lo que ocurre en algunas repúblicas, en algunos estados africanos, con el aumento global de los indicadores macroeconómicos es monstruoso. Sólo quieren decir que el viejo señor feudal tiene diecisiete Cadillacs y con eso, claro, el aumento de consumo de Cadillacs per capita en su poblado de cincuenta habitantes es impresionante. Pero no quiere decir mucho más que eso.

4ª: Se le pidió su opinión sobre las posiciones defendidas en aquellos años por el filósofo ecologista Wolfgang Harich.

-La dictadura pedagógica de izquierda de Harich creo que el propio Harich, en los días que ha estado en Barcelona, se ha corregido ya un poco. Ha añadido a su principio autoritario, ese educativo de que implantaría por decreto y por policía la prohibición de los consumos y las producciones antiecológicas, como él llama, "hostiles a la Naturaleza", ha añadido ya en el Centre de Treball i Documentació de aquí -del que también soy socio y aprovecho para hacer propaganda y os invito a haceros socios; propaganda no es publicidad, estaremos de acuerdo-, ha añadido que ese autoritarismo debía contar con la compensación de una descentralización de todo poder que no fuera el ecológico, por así decirlo, el de control ecológico. Por ejemplo, decía él, hay que conseguir que en el ámbito local, municipal, incluso más pequeño, se resuelva infinidad de problemas, pero hay que mantener una fortísima autoridad dictatorial para los problemas de los océanos, para impedir que siga adelante la contaminación de los océanos. Ese es el punto de vista, todavía no publicado por él, pero que expuso aquí en el CTD, que ya es una cierta corrección.

De todos modos he de decir que yo no creo ni en eso. A mí me parece que son demasiados los problemas que nos han llegado ya a estallido. Están los problemas ecológicos que, desde el punto de vista de filosofía de la ciencia, que era nuestro asunto hoy, son los más urgentes, pero están también los problemas sociales, ahora ya en una forma u otra, a punto de estallar en un sentido lógico. Lo que me separa siempre de un simpático pequeño partido de extrema izquierda*22 es que él dice que los problemas ya están a punto de estallar pero se cree que van a estallar materialmente. Yo no me lo creo. Yo sólo creo que están a punto de estallar lógicamente. Ya no tienen solución estructural. De eso a que vayan a estallar mañana... Ellos se lo creen, yo no.


Notas de Salvador López Arnal

1) El 25 de abril de 1968 Sacristán impartió una conferencia con el título "Algunas actitudes ideológicas contemporáneas ante la ciencia" en la Facultad de Ciencias de la Universidad de Valencia, con motivo de una semana de Renovación Científica organizada por el Sindicato Democrático de Estudiantes de la Universidad. Iniciaba su intervención Sacristán con las siguientes palabras: "Al mismo tiempo que agradezco la invitación hecha por ustedes, la deploro en cierto sentido pues tengo muy poca fe en la fórmula de la conferencia, como tampoco la tengo en la lección magistral, y esto hace que -como ocurre siempre que se tiene poca fe- tenga poca capacidad de hacer conferencias. Lo único que me sale como forma de expresión es más bien lo que podríamos llamar "ponencia", es decir, la exposición de algún problema o de alguna tesis para discusión. La única justificación de la fórmula "conferencia" sería, en todo caso, justificación en física, y como éste no es el tema, no creo que sea una fórmula para hablar de asuntos de orden científico y sociológico. Entiendan pues, aunque un ambiente tan numeroso no es el más adecuado para esto, entiendan la intervención que voy a tener como una ponencia, como una mera propuesta de temas, en los cuales el ponente dice lo que piensa sobre ellos, pero un poco provocativamente, por así decirlo, y más para que otros hablen que porque considere completado el tema".

2) Con estas palabras, se refiere aquí Sacristán al título de un ensayo de H. Scholz, quien fue fundador y director del Instituto de Lógica e Investigación de Fundamentos de la Universidad de Münster donde Sacristán, después de finalizar sus licenciaturas en Derecho y Filosofía, siguió cursos de posgrado entre 1954 y 1956. Sobre este admirable lógico-filósofo-teólogo alemán, que salvó la vida de Jan Lukasiewicz en momentos de alto riesgo, Sacristán escribió un inolvidable artículo titulado: "Lógica formal y filosofía en la obra de Heinrich Scholz" (Papeles de filosofía, Icaria, Barcelona, 1984, pp. 56-89).

Para la traducción castellana del Diccionario de Filosofía de Dagobert D. Runes (Grijalbo, Barcelona, 1969), Sacristán escribió esta breve nota sobre Scholz: "Profesor de teología en Breslau, 1917-1919. Profesor de filosofía y, por último, profesor de lógica e investigación de fundamentos en Münster desde 1943. Tras su jubilación escribió nuevamente teología. Scholz ha sido un filósofo de la lógica y un propagandista del valor educativo de ésta. Su filosofía de la lógica es anticonvencionalista, antipositivista y platonizante según la tradición leibniziana. Una "metafísica como ciencia exacta" puede según él construirse con la lógica como "teoría de los mundos posibles". Geschichte der Logik [Historia de la lógica], 1931; Metaphysik als strenge Wissenschaft [La metafísica como ciencia rigurosa], 1941."

3) En Reserva de la Universidad de Barcelona, fondo Sacristán (RUB-FMSL), puede verse un escrito-resumen del joven Sacristán titulado "Heráclito de Efeso. En Paideia de Jaeger", apunte al que Sacristán adjunta traducción propia y, en ocasiones, comentarios sobre 121 fragmentos heracliteanos, como, por ejemplo:

Heráclito, frag. 45, IV, 7: "No encontramos caminando los confines del alma, aun recorriendo todo camino, tan profundo es su principio".

MSL: Discutible traducción de García-Bacca por su vicio de no reconocer que Heráclito dice logos "de muchas maneras". Este fragmento es la condenación metodológica de la psicología. En Heráclito no puede haber psicología sin "hidrología", ni ésta sin "geología", ni ésta sin "talasología", ni ésta sin "psicología", y ésta es ya o sinónimo o primera explicación de una "logología" en la que muy claro vería Garcia-Bacca que logos se dice de muchas maneras.

4) Sobre esta categoría marxiana, véanse: "Alienación o extrañación" (Papeles de filosofía, op.. cit, pp. 411-413) y `Humanismo marxista en la "Ora Marítima" de Rafael Alberti´, nuestras ideas nº 1, pp. 86-87. En una carpeta de RUB-FMSL, puede consultarse este comentando de Sacristán, de 24 de febrero de 1965, a un texto de Sartre de Cuestión de Método, pp. 76-77:

"Este paso, característico del uso contemporáneo de 'alienación', puede leerse de dos modos: 1º) En uno de ellos, es de lo más recusable y típicamente metafísico, porque supone una esencia humana individual dada con anterioridad a la objetivación -es decir, a la vida-. Frente a esta concepción, es clara la confusión positiva marxiana inmediata: alienación del producto económico, que no presupone al "Hombre" más que como productor físico, aunque consciente y en sociedad. 2º) La otra lectura es de más interés: alienación sería la idea confusa porque el sujeto no podría dominarla. El sabría "más que su idea expresión", por así decirlo. Esto es posible a cierto nivel histórico de la consciencia de clase, del lenguaje y de la cultura. ¿Es esto, empero, alienación? Quizás en parte -hay que verlo en cada caso concreto, especialmente en la militancia. Pero quizás es ante todo insuficiencia del conocimiento y del dominio de la naturaleza".

5) En torno a este punto, M. Sacristán: "La veracidad de Goethe", Lecturas, Icaria, Barcelona, 1985, pp. 87-131. Para el calendario Temps de gent 1985, en colaboración con Mª Ángeles Lizón, Sacristán escribió el siguiente texto sobre el autor de Poesía y verdad:

"Goethe nació en el seno de una familia rica, pero no aristocrática, en una casa de la vieja Francfort destruida por los bombardeos de los aliados en la II Guerra Mundial y luego vuelta a construir con gran exactitud. Estudió derecho en las Universidades de Leipzig y Estrasburgo, pero fue sobre todo un lector y estudioso enciclopédico y un poeta capaz de escribir en todos los registros. En 1755 se le ofreció el cargo de Consejero de la corte del Weimar. Antes de esa fecha había escrito varias obras dramáticas y líricas -Götz von Berlichingen- y, sobre todo, Los sufrimientos del joven Werther, 1774, una de las obras influyentes con las que se suele establecer qué es la "literatura universal". Sus numerosos enamoramientos y pasiones se reflejan en una obra lírica extensa a la que dan argumento incluso a los setenta y tres años del poeta ("trabajé der Leidenschaft [Trilogía de la pasión], 1822, inspirado por una mujer muy joven, Ulrike von Leveston").

En la vastísima producción de Goethe hay también obra científica y filosófica. Sostuvo una concepción monista de la naturaleza y posiblemente influenciado por autores como Bruno, Spinoza y, en su propia época, Schelling. Adoptó una postura en algún sentido evolucionista (aunque un evolucionismo más "morfológico" que "mecanicista"). Contrapuso a la óptica newtoniana una teoría de los colores de acuerdo con combinaciones de luz y sombra (Beiträge zur Optik [Contribución a la Óptica]), etc.

El Fausto, obra que según él mismo ha escrito a Herder, revela ser, al cabo del tiempo, lo más perenne y universal de Goethe."

Albert Domingo Curto ha recordado que, significativamente, Sacristán tenía en su mesita de noche un ejemplar del Urfaust.

6) Sobre Heidegger, véanse la tesis doctoral de Sacristán: Las ideas gnoseológicas de Heidegger (Crítica, Barcelona, 1996; prólogo y edición a cargo de F. Fernández Buey); "Verdad: desvelación y ley", "Filosofía" y "Martin Heidegger" (Papeles de filosofía, op.. cit, pp. 15-55, 106-115 y 427-431) y varios apartados de los apuntes de metodología de las ciencias sociales de 1981-1982. En la carpeta "Heidegger" de RUB-FMSL, puede consultarse un esquema y breves observaciones de Sacristán sobre Die Frage nach der Technick [La pregunta por la técnica].

7) Un breve apunte sobre Roszak puede verse en M. Sacristán: "Sobre los problemas presentemente percibidos en la relación entre la sociedad y la naturaleza y sus consecuencias en la filosofía de las ciencias sociales. Un esquema de discusión", Papeles de filosofía, op.. cit, p. 454. Igualmente, un amplio desarrollo en el apartado de reacciones ante la tecnociencia contemporánea, desde una perspectiva de crítica material, de sus clases de metodología de las ciencias sociales de 1981-1982.

8) Para una aproximación a esta noción, véase: M. Sacristán, "Filosofía", Papeles de filosofía, op.. cit, pp. 134-136 y 138.

9) Sobre este punto pueden consultarse su presentación, sus notas de traductor y las detalladas anotaciones finales a S. M Barrett (ed), Gerónimo. Historia de su vida, Grijalbo, Barcelona, 1975 y algunos pasajes de la entrevista con Jordi Guiu y A. Munné de 1979 (reimpresa en: F. Fernández Buey y S. López Arnal (eds), De la Primavera de Praga al marxismo ecologista. Entrevistas con Manuel Sacristán Luzón. Los Libros de la Catarata, Madrid, 2004; especialmente págs. 101-104).

Un ejemplo de las citadas notas de traductor sería el siguiente: comentando un paso de la narración de Gerónimo -"[...] Esta fue la última batalla que combatí contra los mexicanos. Las tropas de los Estados Unidos nos seguían constantemente y nos persiguieron desde entonces hasta la firma del tratado con el general Miles en el Cañón del Esqueleto"-, señalaba Turner: "Se trata de la rendición final de Gerónimo y de los chiricahuas, en agosto de 1886", nota sobre la que Sacristán escribió el siguiente comentario: "La palabra rendición" [surrender] no refleja lo que los últimos chiricahuas huidos entendieron de la negociación con Miles". En RUB-FMSL, pueden verse anotaciones y resúmenes de trabajo preparatorios de la edición de la biografía de Gerónimo. Entre ellos, sus notas sobre W. Krickeberg, Las antiguas culturas mexicanas; H. Dee Brown, Enterrad mi corazón en Wounded Knee; B. L. Whorf, Language, Thought and Reality; John G. Neihardt, Los últimos sioux; S. G. Morley, La civilización maya, y Lévi-Strauss, Raza e historia y otros estudios de antropología.

En una carta de 23 de abril de 1983, dirigida a Anna Adinolfi, Sacristán señalaba: "Aquí noto que las novedades -en el sentido más obvio y trivial, de ver cosas nuevas- me produce un cansancio de muerte. ¿Crees que hay prueba más concluyente de la vejez? Trabajo mucho, eso sí... Y también hago turismo: durante las pequeñas vacaciones entre los dos semestres, hemos recorrido Michoacán, un país precioso y de gran interés arqueológico, cultural, lingüístico-étnico. A los veinte años me habría vuelto loco ante la sola posibilidad de una excursión como ésta. Hoy me canso mucho".

10) En una comunicación enviada a unas jornadas sobre ecología y política que tuvieron lugar en Murcia a principios de mayo de 1979, Sacristán presentaba sucintamente algunas de sus reflexiones sobre lo que denominaba "la especie de la hybris, del pecado original, de la soberbia, la especie exagerada" y sus consecuencias para una reconsideración del sujeto revolucionario y de las finalidades del movimiento emancipador. Veáse: M. Sacristán, "Comunicación a las jornadas de ecología y política", Pacifismo, ecologismo y política alternativa, op.. cit, pp. 9-17.

11) Sobre la noción de fuerzas productivo-destructivas, véase: "Manuel Sacristán haba con Dialéctica". En: De la Primavera de Praga al marxismo ecologista. Entrevistas con Manuel Sacristán Luzón, op.. cit, pp. 154-162. Igualmente, M. Sacristán: Escritos sobre el Capital (y textos afines). El Viejo Topo, Barcelona, 2004, especialmente, pp. 332-359. De hecho, ya en una conferencia de 1976 titulada "De la filosofía de la ciencia a la política de la ciencia", e impartida en la Facultad de Ingenieros Superiores de la Universidad de Barcelona dentro de un ciclo en el que también participaron Jesús Mosterín y Javier Muguerza, Sacristán señalaba la necesidad de una revisión del esquema clásico marxista del cambio social a partir de la contraposición entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción imperantes (Una segunda versión de esta conferencia fue dictada, con pequeñas variaciones, el 14 de diciembre de 1977 en la Universidad de Salamanca, con el título "Filosofía de la ciencia y política de la ciencia hoy") .

Por otra parte, en una breve nota sobre la noción de fuerzas productivas y su uso en el Marx tardío, que puede verse en RUB-FMSL, Sacristán apuntaba: "La manera como Marx habla de liberación de las fuerzas productivas en la Crítica del programa de Gotha permite una defensa general de su concepción: "Una vez que las fuerzas productivas hayan crecido en el desarrollo omnilateral del individuo y que todas las fuentes del trabajo cooperativo fluyan más libremente, se podrá rebasar el estrecho horizonte de los medios burgueses", etc. Pues las fuentes liberadas son las dimanantes del desarrollo del individuo y de la cooperación".

12) En una anotación de diario de 23 de abril de 1965 (RUB-FMSL), presentaba Sacristán esta singular definición del oficio de filósofo: "La insistencia de Russell en que el mismo enunciado cubre contenidos mentales en las personas, resulta fecunda como toda cabezonería: filósofo es ser cabezota. En este caso la fecundidad consiste en sugerir el modo y los límites de la determinación social de la consciencia -por el lado del lenguaje, pues hay otro lado: la conducta".

13) Puede verse una aproximación detallada a la obra de Bacon en M. Sacristán, Lógica elemental, Vicens Vives, Barcelona 1996 (edición a cargo de Vera Sacristán Adinolfi), pp. 322-323. También en las clases de metodología de las ciencias sociales de 1981-1982, Sacristán trazó una interesante semblanza del filósofo de la inducción que finalizaba con las siguientes palabras "la ciencia se desarrolló en el sentido de una compenetración creciente con las técnicas. Mientras que un técnico del siglo XIII o XIV, aunque haya sido un grandísimo talento técnico (...) era un ignorante respecto de la cultura científica de su época, y muy probablemente, en la mayoría de los casos, no sabía leer ni escribir, en cambio, así es inimaginable un técnico de punta en nuestra época. De modo que, efectivamente, el desarrollo ha sido como dijo Bacon, prescindiendo ahora de juicios de valor. De hecho ha ocurrido así". Para Temps de gent 1985, y en colaboración con Mª Ángeles Lizón, Sacristán escribió también una entrada sobre Bacon, y una nota de OME 35 versa sobre él.

14) Precisamente, en los pasos iniciales de la citada conferencia de 1976 "De la filosofía de la ciencia a la política de la ciencia", Sacristán hacía una breve referencia a las investigaciones de matriz irracionalista en el campo de la filosofía de ciencia contemporánea. La denominada, por aquel entonces, crisis de la filosofía analítica de la ciencia era, de hecho, la crisis de toda la filosofía de la ciencia, no sólo de la analítica. Las otras investigaciones, proseguía, o son, aunque interesantes, muy externas, muy trascendentes, como es el caso de los filósofos marxistas que han hecho algo serio en filosofía de la ciencia o en el caso de historiadores como Needham, "o bien son completamente irrelevantes porque se basan en la ignorancia de la cuestión, como es, en la mayoría de los casos, lo que ocurre a la crítica o la filosofía de la ciencia de tradición irracionalista producida en este siglo". Estas posiciones, podían tener muchísimas justificaciones sociológicas pero, en cambio, para intentar tratar los problemas en los que se encuentra inmerso en tronco central de la epistemología, tenían "la gran deficiencia de no servir para nada, porque está hablando de algo que no es la práctica científica real". Sacristán señalaba explícitamente uno de los referentes de su afirmación: "Me refiero incluso a libros tan valiosos, tan bonitos de leer, tan inolvidables, como Ser y Tiempo de Heidegger. Muy valiosos en sí, hasta con calidad poética, con innegables calidades filosóficas, pero absolutamente inútiles para enterarse de qué puede significar crisis, por ejemplo, de la lógica formal en el siglo XX, cosa a la que él se refiere desde un abismo de ignorancia".

15) Abre aquí Sacristán un breve diálogo: "MSL: ¿Hay algún economista en la sala? Se pueden estar horrorizando si no me equivoco. Un asistente: Los pedagogos ya lo estamos un poco. MSL: Bueno."

16)Sacristán se refería a José Mª Valverde. Sobre la relación entre ambos, puede verse la entrevista con Valverde en: Acerca de Manuel Sacristán, op.. cit, pp. 685-695, así como las declaraciones de la Sra. Pilar de Valverde para el documental de Xavier Juncosa sobre la vida y obra de Sacristán. Valverde dedicó un poema a Sacristán que lleva por título "Dialéctica histórica" (Años inciertos, 1970).

17) Estos mismos versos de Guillevic abrían el primer poemario de Alfonso Costafreda, Nuestra elegía. Entre los papeles usados en la discusión de la línea editorial de la entonces nueva revista mientras tanto, hay un escrito, elaborado por Sacristán con fecha 1/7/1979, que lleva por título "Para la discusión de la línea de mientras tanto", donde se señalan algunos de los ejes básicos de la futura publicación. En el punto 6º se apuntaba: "Sin embargo de lo dicho en el repunto 5º, creo que la inflexión de línea respecto de Materiales, por ser, como se habría dicho en la Edad de Oro de los grupúsculos, un paso a la ofensiva, y por serlo de una revista marxista no dogmática, sino rojiverdelila, debería desembocar en una fórmula no estrechamente política. Creo que podemos publicar, en modesta medida, piezas literarias de significación revolucionaria-cultural, en particular versos (p.e., de Schelley, de Guillevic, de Brecht, etc), y también prosas (p.e. del fondo egipcio, de Los trabajos y los días, del Bhagavad-Gita, de la Biblia, de Eckhart, de los herejes franciscanos, de los anabaptistas, de Bacon, de More, de Mably, de Babeuf, de Benjamin, etc) pero no de corte épico, sino más bien lírico, como conviene a derrotados de buen humor. El repunto 6º se basa en la convicción de que una mentalidad revolucionaria sana y en parte nueva no puede obtener su potencia afectiva de dogmas pseudocientíficos, sino de un cultivo adecuado de la sensibilidad y el sentimiento (no de Marta Harnecker, sino de los poetas revolucionarios)" [todas las cursivas son mías].

18) En los carteles que se editaron poco después del nº 3 de mientras tanto, se señalaba como lema de la línea editorial de la publicación: "Una humanidad justa en una Tierra habitable, en vez de un inmenso rebaño de atontados en un ruidoso estercolero químico, farmacéutico y radiactivo".

19) En colaboración con Mª Ángeles Lizón, Sacristán escribió una voz sobre Einstein para el calendario Temps de gent 1985. Eran frecuentes sus comentarios sobre la obra einsteiniana, tanto en su vertiente de epistemólogo como de filósofo moral y político, en sus clases de metodología de las ciencias sociales. Por ejemplo, durante los cursos 1981-1982 y 1983-1984.

20) Sobre este punto, pueden verse sus anotaciones a S. M. Barrett (ed), Gerónimo. Historia de su vida, Grijalbo, Barcelona, 1975, traducción, presentación y notas de M. Sacristán. Especialmente, las notas 19 -"Genocidio conseguido o frustrado- y 20 -"Las mantas de los navajos".

21) En RUB-FMSL puede consultarse una sentida carta, de finales de 1980, que Harich dirigió a Sacristán en la que se expresaba en los términos siguientes:

"Estimado, querido Manuel Sacristán:
Apenas ayer me enteré por nuestro común amigo Antoni Domènech (quien me visitó en Starnberg) de la dolorosa y triste pérdida que le causó en febrero de este año la muerte de su querida esposa [Giulia Adinolfi]. Quiero expresarle mi pésame desde lo más profundo de mi corazón. También me enteré por Toni que usted busca ahora consuelo y distracción en una forzada productividad científica. Maneja la situación de la misma forma en que mi querido Jean Paul puso en forma de palabras en la boca de la figura de la mujer heroica en su novela cuando ella dijo a su héroe en una cierta crisis vital: "Créeme, una actividad seria, finalmente, siempre se reconcilia con la vida" (Obras completas, Berlín 1927 ff, Sección I, libro IX, págs. 418-422).
Hasta el último momento de mi vida se me hará inolvidable como su esposa -ya afectada por su gravísima enfermedad- participaba en abril/mayo de 1979 en nuestras asambleas en Barcelona con mucho interés. Me enteré que ella había quedado muy impresionada por mi trabajo "La mujer en el Apocalipsis", que se publicó en 1978 en Materiales. Domènech y [Enric Pérez] Nadal me dijeron ayer que hasta llegó a grabar sus ideas sobre este asunto en una cinta de audio y, posteriormente, publicó su trabajo en su nueva revista mientras tanto.
Esta noticia me conmovió enormemente en lo más profundo de mi alma. ¿Puedo rogarle, adorado amigo, que me traduzca, o deje traducir, este artículo de su esposa fallecida que trata de mi obra y enviarlo a mi dirección? Me voy a esforzar mucho -lo que me permitan los pocos esfuerzos físicos y psíquicos que me quedan de mi delicada situación- en mostrarme digno y agradecido ante el interés de la valiosa persona fallecida que se interesaba tanto por lo que hice como tarea esencial en mi vida.
A usted, querido Manuel, le deseo un nuevo año más próspero y feliz que el año que va finalizando.
Y a todos nosotros y al mundo en general les deseo un mejor 1981 aunque según las pésimas señales de estos días no parece que lo será.
Le saludo y le abrazo con simpatía, adoración y pésame, su W. H."

22) Creo que Sacristán se refiere a la LCR (Liga Comunista Revolucionaria) o al MCC (Movimiento Comunista de Catalunya). Después de su fallecimiento, en los periódicos de ambas fuerzas políticas -Combate y Servir al pueblo, respectivamente- se dedicaron sentidas páginas a su obra, a su hacer político y a su ejemplo.



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