Mapa del sitio Portada Redacción Colabora Enlaces Buscador Correo
La insignia
26 de octubre del 2005


¿Qué es la globalización? (VI)


Carlos Parodi
La Insignia. Perú, octubre del 2005.

Capítulo I de Globalización:
¿De qué y para qué? Lecciones de la historia

Ed. Universidad del Pacífico. Lima (Perú), 2005.



5. ¿Cuándo comenzó la globalización? El nexo con el capitalismo

En el acápite 2 de este capítulo se aclaró que la globalización es un proceso social, histórico, no lineal y multidimensional. Esto nos lleva a preguntarnos, ¿cuándo comenzó la globalización? De hecho, al tratarse de un proceso, no es en absoluto un fenómeno nuevo. Más bien, puede haber tomado diferentes formas a lo largo de la historia. Sin embargo, al igual que en la definición misma del concepto, en este caso tampoco existe un acuerdo respecto de cuándo se inició (40).

Ferrer (1996) la ubica hacia fines del siglo XV, para lo cual analiza el período 1500-1800 al que denomina Primer Orden Económico Mundial. Los inicios de la globalización estarían vinculados con el descubrimiento de América por parte de Cristóbal Colón en 1492 y con los viajes de Vasco da Gama en 1498 y los portugueses a Asia, pues antes de ellos no existía un orden mundial de alcance planetario. Ambos hechos, que determinaron la presencia de europeos en África, Asia y el denominado Nuevo Mundo, crearon, por primera vez, un mercado de dimensión planetaria. De la misma idea son Frank (1998) y Bentley (1996), quien sostiene que el período posterior al año 1500 inauguró una época genuina y global en la historia mundial.

O'Rourke y Williamson (2000), quienes aclaran que su estudio parte de definir a la globalización como la integración del mercado mundial de bienes, ubican el inicio de la globalización a inicios del siglo XIX. Sostienen que los viajes de Colón y Vasco da Gama tuvieron una importancia de largo plazo, pues generaron transferencia de tecnología, productos vegetales y animales y también enfermedades; pero el impacto inmediato de los mismos sobre el comercio y la globalización es otro asunto. Defienden su tesis del siguiente modo: para que los descubrimientos generasen implicancias económicas, se requería de dos hechos: por un lado, romper el monopolio en el uso de las rutas comerciales transcontinentales y por otro, una revolución tecnológica que facilite el comercio, de modo que pudieran llegar productos a menores precios. En su opinión estas dos condiciones se cumplieron recién en el siglo XIX. Puesto de otro modo, vinculan el inicio de la globalización con la revolución industrial, que permitió la incorporación regional en la economía mundial. De ahí concluyen que se trata de un fenómeno esencialmente moderno.

Hopkins (2002), en un estudio que considera que es el primero escrito enteramente por historiadores, propone colocar en la agenda de los mismos el análisis de los orígenes, naturaleza y consecuencias de la globalización. El objetivo de su libro es evitar que la historia de la globalización se convierta en la historia de la supremacía del occidente y la sumisión del resto, bajo otros nombres. La globalización es un proceso no lineal que ha tomado diferentes formas, que denomina, arcaica, proto, moderna y postcolonial, sin que ello suponga una sucesión de etapas, sino que las mismas se sobreponen, coexisten e interactúan entre sí. De ahí que la globalización sea un proceso incompleto, pues promueve la fragmentación y la uniformidad en forma simultánea.

-La globalización arcaica la define como la forma en que se presentó antes de la industrialización y de la aparición de los estados-nación, por lo que cubre un período bastante amplio; de acuerdo con su análisis, la globalización, en sus orígenes, no tuvo un estilo occidental y fue promovida por los grandes imperios premodernos, como el bizantino o el romano, así como por presencia extendida de las religiones, es decir, el hinduismo, budismo, islamismo y cristianismo.
-La protoglobalización se refiere a la interacción de dos desarrollos políticos y económicos, que adquirieron notoriedad entre 1600 y 1800 en Europa, Asia y parte de África: la reconfiguración de los estados y el crecimiento de las finanzas, servicios y manufactura preindustrial.
-La globalización moderna aparece después de 1800 y está relacionada con la aparición de los estados-nación y con la difusión de la industrialización. La soberanía de los estados, basada en los límites geográficos desarrolló una sensación de identidad y cohesión nacional. La fuerza laboral, de manera gradual migró hacia las ciudades, se incrementó la especialización. Esta forma de globalización tuvo características imperiales, pues los imperios, en especial el británico, asimilaron a las colonias.
-Por último, la globalización poscolonial se refiere a la forma contemporánea de la globalización, que se habría iniciado a partir de 1950. Aparecieron nuevos tipos de organizaciones supraterritoriales, así como integraciones regionales. Los límites geográficos se tornaron difusos y se fortalecieron los vínculos dentro de la tríada conformada por Estados Unidos, Europa y Japón. La nueva economía incrementó el poder de las corporaciones multinacionales y el mundo aumentó, aunque de manera asimétrica la interconexión.

Higgott (2002) relaciona el concepto de globalización con el de gobernabilidad extraterritorial y a partir de ahí realiza la siguiente división por períodos históricos: la era colonial, caracterizada por la influencia del poder europeo, la etapa de descolonización, posterior a la segunda guerra mundial, la era postcolonial (1950-1970), la etapa I de la globalización, donde predominó el consenso de Washington y la etapa II de la globalización, caracterizada por las demandas de una gobernabilidad global.

Scholte (2000) sostiene que la globalización no tiene origen, en el sentido de un punto exacto de partida. En la medida que la define a partir de las relaciones supraterritoriales, entonces la cronología mostrará dimensiones antiguas y contemporáneas: "El desarrollo de circunstancias supranacionales se remonta varios siglos en ciertos casos, pero la globalización acelerada y a gran escala se ha producido principalmente durante las últimas décadas" [Trad. de La Insignia] (41). Aún así, distingue tres fases de la globalización: una primera, dentro de la cual se comenzó a tener una conciencia global y que se habría dado en el siglo XVIII (42); la segunda, caracterizada por la aparición acentuada de la supraterritorialidad, cubriría el período entre mediados del siglo XIX y la primera parte del siglo XX. La tercera fase, donde proliferaron las relaciones globales adquirió prominencia a partir de 1960 hasta la actualidad.

Durante la primera fase se desarrollaron las ideas de una conciencia global en torno de las religiones mundiales y sus sistemas de creencias; sin embargo, estuvieron ausentes las comunicaciones, mercados, producción y finanzas supraterritoriales. Puesto de otro modo, la idea de "lo global" estaba en la mente de algunos, pero no se materializaba. En la misma línea, Held y McGrew (2002) apuntan lo siguiente: "Hace mil años, por ejemplo, los habitantes de una aldea inglesa sabían poco de la vida más allá de ella; la aldea era el principio y prácticamente el final de su mundo" (43).

La segunda fase, a la que Scholte (2000) denomina, globalización incipiente habría cubierto los cien años que median entre 1850 y 1950. En este período ocurrió el desarrollo de las tecnologías de comunicación, la consolidación del primer mercado global, algunos elementos de las finanzas globales, entre otros desarrollos. En el campo de las comunicaciones, la aparición del telégrafo (década de 1850), las conexiones telefónicas y comunicaciones radiales (década de 1890) y el transporte aéreo intercontinental (1919), ampliaron el espacio social y conectaron ciertos grupos de personas en el mundo. En esta fase también se iniciaron las ventas de ciertas mercancías. La bolsa de metales de Londres se estableció en 1876 y se transaba cobre, estaño, plomo y zinc, producido en otros lugares del mundo. La introducción de la Coca Cola (1886), la máquina de escribir, la maquinaria agrícola, entre otros, también generaron un mercado dentro y entre continentes, aunque en volúmenes aún pequeños. En el área de las finanzas, la adopción del patrón oro como sistema cambiario permitió que ciertas monedas tuvieran una circulación transcontinental. El patrón oro es un sistema de organización monetaria, dentro del cual el valor de la moneda de un país es legalmente definida como equivalente a una cantidad de oro (44). Supone dos condiciones: por un lado, la obligación de la autoridad monetaria de cambiar monedas por oro al tipo de cambio especificado y por otro, la libertad de los individuos de exportar e importar oro.

Cabe mencionar que diversos países de América Latina se adhirieron al patrón oro, como Argentina (1899), Brasil (1906), Chile (1895), México (1905) y Perú (1897). Esto ocurrió varias décadas después de la implementación de dicho sistema cambiario en Reino Unido (1821), Alemania (1871), Estados Unidos (1879) y Francia (1873). Londres y Amsterdam emergieron como centros financieros de alcance mundial y la característica distintiva fue la libre movilidad de capitales.

La globalización a gran escala ocurrió a partir de 1960. El avance tecnológico, que ha llevó a una reducción constante de los costos en el transporte y las comunicaciones, es una prueba de ello. De ahí que podría hacerse referencia a una aceleración de la globalización, entendida en su acepción más amplia (interconexión supraterritorial) desde 1950 en adelante. Algunos ejemplos pueden ser ilustrativos (45):

-El número de líneas telefónicas fijas aumentó de 150 millones en 1965 a 851 millones en 1998.
-El número de teléfonos móviles aumentó de 0 en 1978 a 305 millones en 1998.
-El número de usuarios de internet aumentó de 0 en 1985 a 180 millones en 1998.
-El número de receptores radiales aumentó de 57 millones a mediados de la década de 1930 a 2008 millones en 1994.
-El número de televisores aumentó de 75 millones en 1956 a 1096 millones en 1994.
-El número de pasajeros aéreos en vuelos internacionales pasó de 25 millones en 1950 a 400 millones en 1996.

Estas estadísticas son una muestra de que el mundo se encuentra más interconectado que antes y que la aceleración es un fenómeno relativamente reciente, con implicancias en todos los aspectos de nuestras vidas. Sin embargo, si vemos estos avances con otra óptica, los números no resultan tan impresionantes. Por ejemplo, en 1995, la densidad de la telefonía era de 12%, es decir, 12 habitantes por cada cien, tenían teléfono; hacia el 2000, solo el 3% de la población mundial accedía al internet. Por lo tanto, los avances tecnológicos no han afectado por igual a todos los habitantes del planeta y se ha centrado más en las urbes que en las zonas rurales, muchas de las cuales permanecen al margen del proceso.

El Banco Mundial (2001), alude a la primera ola globalizadora al período comprendido entre 1870 y 1914, etapa en la cual se combinaron la liberalización económica con el patrón oro. Esta era se interrumpió entre la primera y segunda guerra mundiales. Luego vendría una segunda ola globalizadora, fechada entre 1950 y 1980 y una tercera entre 1980 y la actualidad. Resulta interesante notar que coincide, aproximadamente con el desarrollo del capitalismo.

Fazio (2002) vincula sus orígenes con la aparición del capitalismo, a partir de la segunda mitad del siglo XIX. La fuerza motriz estuvo en la segunda revolución industrial, que "allanó el camino para las cada vez más densas y sistemáticas interpenetraciones" (46). Agrega que en el período comprendido entre la época de los descubrimientos y la primera revolución industrial se dio una globalización en potencia. De ahí que la globalización no se pueda entender al margen del capitalismo, aunque ambos conceptos no sean sinónimos. El capitalismo es un sistema de organización social, mientras que la globalización la concibe como la manera como los diferentes agentes entran en un proceso de interacción. "La función que ha desempeñado el capitalismo no ha sido otra que el de servir de soporte cohesionador a la globalización, otorgándole una dosis variable según las épocas, de sistematicidad a las tendencias globalizadoras" (47). Concluye el autor que solo a partir del surgimiento del capitalismo, puede hablarse de globalización.

Esta última visión está relacionada con el enfoque "economía mundo", cuyo principal exponente es el sociólogo e historiador estadounidense Inmanuel Wallerstein, quien desarrolló un marco teórico para comprender los cambios históricos que precedieron el nacimiento del mundo moderno. El sistema mundial moderno, esencialmente capitalista, siguió a la crisis del sistema feudal y ayuda a explicar el ascenso de Europa occidental hasta lograr la supremacía mundial, entre 1450 y 1670 (48). Uno de los grandes aportes de Wallerstein fue la reformulación de la unidad de análisis del proceso de desarrollo, al tomar como punto de partida no a los Estados-nación, sino al sistema mundial o economía mundo.

La globalización no es un fenómeno nuevo, ni una estrategia, sino que "hay que entenderla como parte del proceso de creciente mundialización del sistema capitalista, algo innato a su funcionamiento, pero con algunas diferencias de las anteriores fases de dicho sistema" (49). Dicho de otra manera, el enfoque "economía mundo" implica un análisis histórico de los ciclos, tendencias y características estructurales de largo plazo de la economía mundial. (Chase-Dunn 1999). Así, la globalización, en su forma actual, es una parte de un antiguo proceso cíclico, iniciado con el desarrollo del capitalismo que, partiendo de Europa, se expandió a todo el globo. Dicho de otro modo, la lógica del capitalismo es necesariamente global.

Para comprender la visión "economía mundo" es necesario tener en mente que un sistema mundial es cualquier sistema histórico y social compuesto por partes interdependientes que operan bajo distintas reglas (Wallerstein 1974). El sistema mundial moderno es una "economía mundo" y es más amplio que cualquier unidad política jurídicamente definida y el vínculo básico entre las partes es el económico. Es una economía mundo capitalista, pues es la acumulación del capital privado, a través de la producción y venta en los mercados su fuerza impulsora (Wallerstein 1998).

De ahí que con una perspectiva histórica, el sistema mundial moderno se originó alrededor del año 1500, pero se consolidó a mediados del siglo XVII. La crisis del feudalismo creó la motivación para buscar nuevos mercados, mientras que los avances tecnológicos facilitaron las bases para implementar la exploración. Los europeos tenían superioridad militar y control sobre los medios de transporte; ello posibilitó el establecimiento de lazos económicos con otras regiones, lo que favoreció la acumulación de riqueza en varios países del norte de Europa. Durante el siglo XVI, los europeos establecieron una división del trabajo mundial, donde la producción de bienes intensivos en capital quedó reservada para los países del "centro", mientras que las "áreas periféricas" proveían a mano de obra no calificada y materias primas. Esta desigual vinculación, generó inevitablemente un desarrollo desigual.

Esta economía mundial, en opinión de Wallerstein, difiere de los sistemas imperiales previos, pues estos últimos eran una unidad política. Los imperios, a través de una combinación del monopolio comercial con el uso de la fuerza, direccionaban el flujo de bienes de la periferia al centro y mantenían límites políticos específicos, dentro de los cuales ejercían control. Solo las técnicas del capitalismo moderno dieron forma a la economía mundial moderna, pues posibilitaron la expansión de los límites políticos más allá de lo que lo habían hecho los imperios previos.

Como consecuencia y a diferencia de los imperios previos, la economía mundo capitalista, no ha tenido un centro político único, sino cambiante, en función de los aumentos en productividad y los triunfos en diversas guerras. Así, Holanda fue la potencia hegemónica a mediados del siglo XVII, Reino Unido en el XIX y Estados Unidos en el XX. Lo que es claro es que el capitalismo se originó en Europa para luego expandirse (globalizarse) hacía el resto del mundo. Fue el estado británico quien unificó al mundo a través del mercado, pese a que en ese entonces el mundo no estaba conformado por un universo de Estados-nación, como ocurre en la actualidad.

En síntesis, de acuerdo con este enfoque, la globalización es un proceso, a través del cual el sistema mundial capitalista se ha difundido por todo el globo, de manera que se habría originado en torno de los orígenes últimos del capitalismo, es decir, con la crisis del feudalismo.


Notas

(40) Esto resulta obvio, pues si cada autor tiene una definición distinta de globalización, entonces la división por etapas históricas también enfrentará la misma dificultad. Si se entiende a la globalización como internacionalización, liberalismo, universalización, occidentalización, etc. surgirán cronologías distintas.
(41) Scholte Jan Aart (2000), Globalization: A Critical Introduction, Palgrave, New York, p.62.
(42) Scholte denomina al primer período, "the emergence of a global imagination: to the 18th century". Véase Scholte (2000), op.cit., p.63.
(43) Held David y Anthony McGrew (2002), Globalización/Antiglobalización. Sobre la reconstrucción del orden mundial, Editorial Paidos, Barcelona, p.22.
(44) El tema de la adopción, evolución y supresión del patrón oro es tratado en detalle en el capítulo III.
(45) La mayoría de estos datos han sido tomados de Scholte (2000), op.cit., p. 86.
(46) Fazio Vengoa Hugo (2002), op.cit., p.4.
(47) Ibid., p.4.
(48) "Economía mundo" o "World System Theory"es un enfoque teórico desarrollado por Inmanuel Wallerstein, que sostiene la necesidad de analizar al capitalismo de forma unitaria y con perspectiva histórica, es decir, las relaciones entre centros, periferias y semiperiferias como partes de un único sistema mundial. Véase, Wallerstein Inmanuel (1974), The Modern World System:Capitalism Agriculture and the Origins of the European World Economy in the Sixteenth Century , Academic Press, New York.
(49) Acosta Alberto (2003), "Globalización o Desglobalización: Esa no es la cuestión. Algunos comentarios para un debate (in)trascendente", en, D3E, Carta Global Latinoamericana, Montevideo, p.1.



Portada | Iberoamérica | Internacional | Derechos Humanos | Cultura | Ecología | Economía | Sociedad Ciencia y tecnología | Diálogos | Especiales | Álbum | Cartas | Directorio | Redacción | Proyecto