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La insignia
21 de julio del 2005


Así vamos

China, nueva región diamante


Juan Castaingts Teillery (*)
La Insignia. México, julio del 2005.


El caso de la economía China está marcando una nueva etapa en la historia económica del mundo. Por primera vez, regiones de un país que se considera subdesarrollado están alcanzando un nivel de industrialización semejante al de las zonas industrializadas de un país desarrollado.

La integración altas tecnologías con bajos salarios es el factor central del proceso. Hasta ahora, solamente los países desarrollados podían integrar tecnologías de punta y de alto nivel. Ahora todo está cambiando.

El concepto de "diamante nacional" de Michael Porter es clave para comprender los procesos actuales. Este diamante comprende cuatro elementos:

1) Los factores disponibles.
Las ventajas competitivas de las naciones dependen cada vez menos de su dotación de recursos naturales. Un país con capacidad competitiva debe contar con una amplia gama de recursos: humanos, físicos, de conocimiento, de capital, de infraestructura. Estos recursos se pueden dividir en básicos y avanzados; los primeros son básicamente, los recursos naturales y, los segundos, los sistemas de comunicación y la existencia de personal capacitado.

2) La competencia y rivalidad entre las empresas existentes.
Para que las empresas realicen una política de inversión activa, deben estar sujetas a una fuerte rivalidad interna, es decir, que haya otras empresas que les hagan una competencia vigorosa.

3) La formación de la demanda interna.
La demanda que se les hace en el interior de la nación a las empresas es vital, ya que es difícil que las empresas logren consolidar una ventaja competitiva externa si no cuentan con una fuerza interna suficiente.

4) Sectores de apoyo y conexos.
Una empresa no existe sola, requiere de sectores proveedores que le ofrezcan materias primas de calidad y precios adecuados, requiere de compradores y, necesita compartir actividades que le permitan integrarse en las cadenas que generan alto valor agregado así como en un mundo de superación tecnológica y administrativa. Cuando un país cuenta con zonas en las que existe el diamante real, dicho país tendrá empresas y sectores competitivos a nivel internacional.

Para el profesor Hafsi de la Escuela de Altos Estudios Comerciales de Montreal (Canadá), el diamante real de Porter solamente se ha podido desarrollar en unos cuantos países del mundo. Sin embargo, hay países en los que, a pesar de que no cuentan con tal diamante, se pueden encontrar empresas que son altamente competitivas a nivel internacional.

La explicación de este hecho proviene de dos situaciones: a) no todos los elementos del denominado diamante real se necesitan tener en una región específica y b) la industria actual es muy compleja y sus relaciones múltiples. Por eso es posible encontrar una empresa que aunque se localice en una región que no se encuentra dotada de diamante real, ésta pueda establecer con otras regiones y otras empresas, un conjunto de relaciones que contribuyan a otorgarle una situación de competitividad efectiva. Es decir, que la empresa configuraría a través de un conjunto de relaciones, lo que se puede denominar un "diamante virtual".

En México, según nuestros trabajos, no tenemos ni diamante ni diamante virtual y sólo contamos con algo que denominamos regiones diamantosas (Ver nuestro libro Los Sistemas Comerciales y Monetarios en la Tríada Excluyente. Plaza y Valdes). El hecho actual es que China ya cuenta con diamante virtual y está a punto de logar un auténtico diamante. Pero su construcción ha implicado costos sociales muy elevados: se pagan bajos salarios, se tienen condiciones y jornadas de trabajo inhumanas, se está generando una división social entre ricos y pobres excesiva, la diferenciación entre zonas ricas y pobres es muy problemática, etcétera.

China, además de lo que produce actualmente, avanza hacia productos de alta gama. Está instalando 50 centrales nucleares, trenes de alta velocidad, partes e implementos de alta tecnología. Genera decenas de miles de ingenieros cada año. Está edificando centros de investigación de alto nivel.

Los contratos de compra de productos de alta gama y producción en China son favorables a este país. Si se compran aviones o trenes, por ejemplo, una parte de los mismos tiene que ser fabricado en territorio chino y al final, tiene que haber un traspaso de tecnología. Así, las importaciones y la inversión extranjera conducen a la industrialización y al saber-hacer chino. En México no hacemos nada de eso; el entreguismo de nuestras autoridades lo impide.


(*) Profesor-investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana Iztapalapa.
Correo electrónico: castaingts42-juan@yahoo.com.mx



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