Mapa del sitio | ![]() |
Portada | ![]() |
Redacción | ![]() |
Colabora | ![]() |
Enlaces | ![]() |
Buscador | ![]() |
Correo |
![]() |
![]() |
26 de abril del 2005 |
En torno a la dialéctica
Manuel Sacristán
La Insignia. España, abril del 2005.
4. La oposición a la epistemología clásica
Sin duda Marx, al recoger el principio del método dialéctico, abandona la tesis temáticamente idealista de que el ser que así se desarrolla es de la naturaleza de la Idea. Se trata aquí de la conocida tesis según la cual el método dialéctico de Marx consiste en el método de Hegel, pero con inversión de la ontología de éste. La ingenua metáfora mecánica, sugerida por el propio Marx, no da razón de muchas cosas, pero sí que basta para seguir con la que nos ocupa aquí. Al substituir la ontología idealista de Hegel por otra que él considera materialista, Marx se ve obligado a tener en cuenta la concreción material o sensible en su método. Por eso al heredar la idea hegeliana del ascenso de lo abstracto a lo concreto la varía del siguiente modo: hay un concreto material y un concreto intelectual, de pensamiento o conocimiento. El conocimiento arranca de lo concreto material y obtiene primero un producto abstracto. Luego el pensamiento va componiendo los sencillos abstractos iniciales hasta conseguir, ascendiendo, concretos de pensamiento. La Entwicklung hegeliana se configura así como una composición o síntesis con arranque empírico, y así queda de manifiesto el elemento más interesante y sensato de la metodología hegeliana o dialéctica: la valoración del conocimiento sintético de lo concreto, contrapuesta al lema clásico non est scientia de particularibus. Esta oposición a la epistemología clásica, oposición que es consciente hasta el punto de teorizarse (sin duda de un modo desenfrenado y abusivo), es precisamente lo que coloca a Hegel entre la media docena de clásicos epónimos de corrientes en la filosofía greco-europea del conocimiento. Nota: El lema clásico "no existe ciencia de los particulares" tiene su origen en Aristóteles. El conocimiento positivo no tiene como objeto de investigación tal o cual ácido singular concreto, tal o cual péndulo particular, sino que intenta establecer las leyes del comportamiento de los ácidos, como universal (así, la de que todo ácido combinado con un base origina una sal y agua), o la ley que explica el movimiento de un péndulo, no particular, no concreto, que además es idealizado pensándolo como un cuerpo que tiene toda su masa concentrada en un punto. Puede verse sobre este punto el texto B del apartado 5. 5. Las totalidades concretas A. Con eso parece quedar claro cuál es el nivel o el universo del discurso en el cual tiene realmente sentido hablar de pensamiento o análisis dialéctico: es al nivel de la comprensión de las concreciones o totalidades, no al del análisis reductivo de la ciencia positiva. Concreciones o totalidades son, en este sentido dialéctico, ante todo los individuos vivientes, y las particulares formaciones históricas, las "situaciones concretas" de que habla Lenin, es decir, los presentes históricos localmente determinados, etc. Y también, en un sentido más vacío, el universo como totalidad, que no puede pensarse, como es obvio en términos de análisis científico-positivo, sino dialécticamente, sobre la base de los resultados de dichos análisis" B. Si realmente uno, por ejemplo, ante la idea de péndulo, lo que se propone realmente es conocer íntima, intuitivamente, estéticamente un determinado viejo péndulo que hay en casa de su abuela sin duda no se va a satisfacer con las leyes del péndulo de la física. Entre otras cosas porque las leyes del péndulo no sirven para todo péndulo, y además, en concreto no representan a ningún péndulo: o hay ningún péndulo que tenga todas la masa concentrada en un punto. Entonces, si de verdad es un interés estético de determinado péndulo, claro que lo esencial para él, no es la ley del péndulo, aunque también tiene su importancia cómo funciona un péndulo. Para toda la escuela histórica por un lado y para Marx en paralelo con ella, ocurre que el objeto de conocimiento se parece mucho al péndulo de la casa de la abuela, por así decirlo.Su verdadero interés es el conocimiento individualizado de ciertos momentos históricos. En el caso de Marx, con la diferencia de que él tiene asumido (el Marx maduro) que incluso para conocer el péndulo de la abuela necesita la teoría física del péndulo. Dicho de otro modo, que también para su investigación necesita la economía clásica y las matemáticas. Nota: Sacristán recordaba en su presentación de la traducción castellana del Anti-Dühring de Engels que la dialéctica era el intento de comprensión de las realidades concretas con las que trata el hombre que "no son las ecuaciones diferenciales de la mecánica clásica, ni la ecuación de Dirac, sino otros hombres, otros todos concretos y estructurados compuestos por hombres, estados concretos de la naturaleza, la resistencia y el apoyo concretos de ésta -la vida". 6. Método y dialéctica A. En este sentido estricto inventado por la cultura burguesa, y por la filosofía de la ciencia burguesa, método es un conjunto de operaciones, muy simples, normadas en el sentido de que como son muy simples todos los podemos practicar del mismo modo sin necesidad de ser genios, ni poetas, ni filósofos. Nos basta con saber la ciencia basica de la burguesía, contabilidad... La actitud que consiste en despreciarlo, en decir "¡Fuera!, eso no es método", me parece equivocada, es perder historia. Sería como rechazar las técnicas de fundición del acero porque las han inventado los burgueses... yo creo que es digno de conservación ese uso de la palabra "método" como sucesión normada de operaciones simples, tales que toda persona competente, si parte de los mismos datos, puede llegar, con su ayuda, a los mismos resultados. No me parece abandonable pero me parece que si uno tuviera que vivir sobre la base de esos métodos, lo mejor era pegarse un tiro rápidamente, porque esos métodos no sirven más que para contar, medir y pesar. (...) Entonces, efectivamente, hay un sueño de ir a por más. Por supuesto. Claro que es un sueño, es un objetivo. No existe un método dialéctico. Existe un pensar dialéctico por objetivos dialécticos ¿Estos cuáles son?. Los objetivos de totalización, de conseguir visión total, visión del todo" B. Aquí tropezamos otra vez con palabras. Cuando uno usa en este final del siglo XX palabras como "método" , "demostración", "definición, etc., está aludiendo a instrumentos que se han depurado mucho, que se han formalizado o exactificado considerablemente. Cuando un filósofo del siglo XIX (como Marx) dice "método" está pensando "manera general de pemsar", estilo intelectual. Cuando nosotros decimos "método" estamos pensando, por ejemplo, en el método de los mínimos cuadrados o, en un terreno material, en el método de las cámaras de plomo para la obtención de ácido sulfúrico (...): en suma, en artefactos tan exactificados que sus operaciones se pueden describir como una sucesión formada de pasos tales que cualquier profesional competente los puede repetir en el mismo orden y con el mismo resultado.Esto no es método para un filósofo del siglo XIX, que apenas conoce, con ese grado de formalización, más que las operaciones matemáticas que domina, y está, por el contrario, acostumbrado a usar la palabra "método" a propósito de la marcha general del pensamiento de Aristóteles, Kant o Hegel". Nota: De todo ello, infiere Sacristán, que al toparse con la consideración de la dialéctica como método en la obra de Marx no hay que pensar en lo que hoy entendemos por método ("una serie de operaciones, de manipulaciones atómicas, por así decirlo, simplícisimas, que toda persona competente puede realizar del mismo modo, obteniendo el mismo resultado si parte de los mismos datos", Conferencia sobre dialéctica, 1973), paradigma del cual sería, por ejemplo, el método de igualación para la resolución de las ecuaciones de primer grado con dos incógnitas, sino el concepto usado en tiempos de Marx. Es decir, entender método como marcha general del pensamiento o estilo intelectual. No hay reglas precisas en esa consideración decimonónica del concepto. No es una crítica ajustada menospreciar las "leyes dialécticas", como la de transformación de la cantidad en cualidad, o la de la negación de la negación, o la afirmación de que "todo se mueve", de no ser exactas, rigurosas o metódicamnete aceptables. No se trata de esto. No son "leyes" en esa acepción del término. 7. Vindicación de la dialéctica A. En vez de decir, "abandonemos la dialéctica", acordémonos de que dialéctica ha querido decir muchas cosas en la tradición. Ha querido decir la escolástica de la negación de la negación; el cierre categorial desde el mal Hegel hasta Gustavo Bueno, pasando por Althusser; pero dialéctica ha querido decir también, para Platón por ejemplo, el razonamiento inseguro. Eso ha querido decir dialéctica en Platón y en el mismo Aristóteles: el razonamiento incierto, el trabajo con lo difícil, el trabajo con lo impreciso, con lo que no se puede precisar, con aquello que si se precisa daría lugar a un caso de falacia de falsa exactitud... Dialéctica ha querido decir también globalización, conocimiento de totalidades, atención a las totalidades... Ocurriría por tanto con la palabra "dialéctica" lo mismo que con las expresiones "materialismo histórico" o "materialismo dialéctico" (...) Por lo tanto, yo no sería partidario de decir: "se acabó la dialéctica". Lo que hay que hacer es repensarla". B. Mi tesis positiva es que "dialéctica" significa algo, contra lo que tantas veces han afirmado los analíticos, por ejemplo, Popper o Bunge. "Dialéctico" es un cierto trabajo intelectual que, por una parte, está presente en la ciencia, pero, por otra, rebasa con mucho, en el doble sentido de que actúa también en el conocimiento ordinario pre-científico y en otro tipo de conocimiento, posterior al científico metodológicamente. Ese tipo de trabajo intelectual existe como programa (más bien oscuro) en la filosofía del conocimiento europea desde el historicismo alemán, tiene en Hegel una realización especulativa y busca en Marx una realización empíricamente plausible. (...) A mí me parece que ahí está la clave de lo que (lo haya pensado Marx o no) es el programa dialéctico: buscar un tipo de conocimiento que, utilizando el producto científico "normal", lo integre como "artísticamente" en una totalidad concreta que evoque el concreto real (histórico) que se está estudiando. Nota: Sobre las posiciones de Bunge y Popper pueden verse los textos seleccionados en el último apartado. La utilización del saber positivo es, según Sacristán, lo que distingue a las concepciones dialécticas occidentales de las orientales. Un pensamiento dialéctico occidental, decía Sacristán, aunque se realice en Oriente, en Pekín, por ejemplo, en vez de partir tan sólo de la experiencia vivida, como en el caso del pensameinto dialéctico de Lao-Tsê o las escuelas heterodoxas hindúes, puede partir tanto de esa experiencia como de la experiencia elaborada por la ciencia positiva. Ésta sería la singularidad de la dialéctica marxista. Sobre este punto verse el texto 8 de nuestra selección. |
|