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La insignia
12 de septiembre del 2004


Xacobeo o Forum: ¿tú que consumes en el 2004?


Alberto Arce
La Insignia. España, septiembre del 2004.


Cada vez es más fácil sentarse delante de la televisión para ver anuncios que para ver películas. De hecho, deberíamos escribir a los redactores de los periódicos (perdón, a los becarios) y pedirles que modifiquen la estructura de las parrillas televisivas que publican en sus últimas páginas. A partir de ahora deberían programar los anuncios como tronco principal de sus emisiones y las películas como interrupciones momentáneas de la programación. Pero esta idea, tan repetida y poco original, nace en realidad de una duda sinceramente profunda, una de esas cuestiones de poca entidad en la que los "enciclopedistas de rebajas de la FNAC" solemos fallar y demostramos ante nuestros amigos que estamos realmente fuera de circulación por más que intentamos no descabalgarnos de la línea de tendencias de El País. Y es una duda respecto de la publicidad televisiva que se emite en nuestro país.

Estoy acostumbrado a responderme preguntas de gran complejidad intelectual. Pero esta duda publicitaria me supera porque implica, más allá de su resolución, una forma de entender la sociedad. Mi diversión más cotidiana pasa, como alguien me ha dicho, por intentar arreglar el mundo. Unas veces lo hago jugándome el pellejo por llamar la atención y la mayoría de las veces me limito a dar el coñazo en las salidas de los viernes, apoyado por el fernet con cola que me acompaña desde Buenos Aires. Pero, en todo caso, siempre me hago preguntas sobre cómo sería posible enderezar lo mal que va el mundo o comprender qué está pasando con nuestro país.

Obviamente, reconozco que quienes arreglamos el mundo solemos tener poco éxito en nuestros menesteres asumiendo la autocrítica que tan bien nos enseñaron a utilizar en aquellas escuelas de formación que nos nublaban la comprensión de que nuestros "maestros" representaban, en realidad, todo aquello que nos enseñaban a combatir. La mayoría de las cuestiones sobre las que nos preguntamos son preguntas sin respuesta. Por eso, entiendo que la pregunta que llevo planteándome varios días pertenece a la categoría de obviedad de fácil respuesta. Y raíz de esta comprensión pienso, progresivamente con más claridad, que pertenezco a otro mundo, a otro idioma, a otro mapa mental, a otra dimensión, en definitiva.

Me gratificaría más encontrar personas que se plantean estas preguntas que conocer sus respuestas. Es un llamamiento a la solidaridad de ex -compañeros de militancia de la última generación de la UJCE o de la primera generación de las ONG y los voluntariados, los últimos de Mazinger Z, la última generación de españoles que recuerda una televisión enteramente pública. Y la duda, nada retórica, es la que sigue: ¿Por qué algunas empresas deciden poner en la esquina inferior izquierda de sus anuncios el logotipo del Forum 2004? ¿ y por qué otras prefieren, en cambio, insertar el logo del Xacobeo 2004 en la superior izquierda? Parecen dos preguntas diferentes pero se trata en realidad de un solo dilema, difícil de responder desde la lógica: ¿por qué las empresas, símbolo perfecto de la racionalidad del coste beneficio del capitalismo que tan bien comprendemos todos invierten en aire y malgastan el dinero que se ahorran en nuestros contratos precarios con tanta facilidad?

Tanta complejidad solo puede responderse desde la teoría de la conspiración o desde los efectos de la marihuana, procesos bastante paralelos. El primero lleva a la paranoia del izquierdismo y el segundo al pinopuente boca abajo o, siguiendo de nuevo a El País, nuestra nueva Biblia de estilo, al consumo de drogas duras como la cocaína o la heroína (como podía leerse en la revista dominical del periódico, que en cada número me sorprende más hasta el punto de que ya no sé si leo El País o el ABC). Cuando intento responderlas privándome de las dos fuentes de inspiración en las que vengo basando mi credo sólo soy capaz de encontrar explicaciones eficaces como las teorías del marketing corporativo, la segmentación de mercados o el público objetivo. Y como que no me gusta hablar ese idioma. Porque si acepto comprenderlo estaré perdido. Empezaré a comprarme camisas sin botones, gafas sin montura y zapatos sin cordones. Buscaré restaurantes para cenar con mi novia en los que haya que hacer cola o reservar mesa con tres días de antelación y además aceptaré comprarme un teléfono móvil de última generación.

Así que, de vuelta a las teorías omniabarcantes que nos ayudan, todavía hoy, a muchos, a seguir adelante, la respuesta al dilema que enfrentan hoy por hoy los responsables de imagen de las grandes compañías españolas debe ser, probablemente, producto de las peculiares relaciones de cada empresa con el partido político de turno. Caigo, una vez más, en el conspiracionismo más primario, nuestro último refugio. Tanto el FORUM 2004 como el XACOBEO 2004 no son más que chiringuitos para el autobombo de los respectivos presidentes, conselleiros, directores generales, alcaldes, concejales y demás caterva de adláteres y chupópteros que viven a su alrededor y de los regalitos que estos colocan a modo de subvenciones, ayudas, favores o tratos preferentes en estas, sus ferias de promoción. Y estos dos inventos de diseño, aire caliente y globos de colores pop, que son proyectos altamente deficitarios, tienen que ser cubiertos por alguien.

Los gastos que genera la Xunta de Galicia al contratar a los Red Hot Chili Peppers para actuar y promocionar Santiago de Compostela, el centro de reunión de peregrinos católicos en el año que celebra la llegada de los restos del apóstol Santiago a España sólo pueden salir de la recaudación cautiva de nuestros impuestos o del impuesto revolucionario al que se somete a las compañías que luego pujan en los concursos de contratación pública o a quienes deben eludir de algún modo elegante controles sanitarios, inspecciones de trabajo o controles fiscales. Como cada vez es más complicado atosigar a los ciudadanos con nuevos impuestos, esa hucha sin fondo que las empresas aportan porque sí sirve, por ejemplo, para pagar las deudas políticas contraídas con los prejubilados o tapar los agujeros de la publicidad regional y local de la que viven muchas de nuestras administraciones. Pura conspiración.

Y que nadie piense que tengo algo especial contra el Xacobeo y la banalización de la peregrinación a Compostela que el gobierno del último baluarte del nacional-catolicismo que nos queda en España lleva diseñando desde hace más de una década. El FORUM 2004 no es nada más y nada menos que lo mismo -pese a ser responsabilidad de tres partidos progres de la izquierda plural, ejemplo del respeto cultural, la igualdad de oportunidades y la justicia social que guían su acción de gobierno desde hace casi un año en Cataluña-. No es más que un invento de un grupo de políticos de discurso agotado que no sabían qué hacer después de las olimpíadas.

Si el conservador gobierno Fraga consideró que llevar grupos internacionales de rock era el mejor modo de promocionar el peregrinaje católico a su ciudad, el PSC dirigido por Maragall y Montilla y "sonreído" por Joan Clos podía promocionar el turismo europeo de fin de semana hacia la suya a través de una reforma urbanística que olvidase a los barrios marginales de su ciudad y reforzase la imagen "progre" de la marca Barcelona. Que el principal reclamo de esta feria sean los "Guerreros de Xiang", símbolo funerario y militar de una milenaria cultura de oriente, puede resultar, además, funcional como excusa perfecta para montar unos diálogos políticamente correctos donde todos sus amigos políticamente correctos se ganen unos dinerillos extras por venir a contar películas. Los progres de antaño tienen que ganarse buenamente la vida hablando de lo mal que va el mundo. Así pueden limpiarse la conciencia de la responsabilidad que tienen en que esto suceda y de la mierda en que nos envuelven con su comportamiento desde hace años.

Todo esto es fácilmente explicable desde la teoría de la conspiración (lo he conseguido, vuelvo a sentirme como si militase en Izquierda Unida). Pero la disyuntiva que se plantea entre cual de los chiringuitos deben apoyar las empresas, pagando por insertar los logos del FORUM o el XACOBEO en sus anuncios, de veras, que sólo puede responderse desde los derivados del cannabis. Y menos mal que nos quedan las drogas. Así que me voy a hacer el pinopuente boca abajo. Lo recomienda el dominical de esta semana. A ver si así me relajo un poco.



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