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La insignia
9 de mayo del 2007


Chile

Precariedad laboral (VII)


Arnaldo Pérez Guerra
CGT* / La Insignia. Chile, mayo del 2007.

Fotografías: Rubén Sepúlveda.


Rosa Hueraleo, es la presidenta del Sindicato Nº 1 de Fundación Integra, que posee unos 1.200 afiliados. En la Fundación trabajan unas 10.000 personas. Actualmente hay tres sindicatos. El Sindicato Nº 1 se fundó a principios de 1990, pero, en un principio, no fue capaz de llegar a todas las ciudades y regiones. "Por ese problema se formaron otros dos sindicatos, pero mantenemos una relación permanentemente con ellos. Trabajamos juntos el tema de la negociación colectiva cada año. La fundación siempre nos pide que entreguemos un solo petitorio", señala Rosa Hueraleo.

- ¿Cuáles son los principales problemas laborales
en Fundación Integra?

- Son los de todo trabajador en este país, los bajos sueldos y el exceso de trabajo. Siempre se nos exige más del cien por ciento.

- ¿Hay prácticas antisindicales, maltrato laboral?

- Con la dirección nacional de la fundación no existe mucha relación. Con los jefes directos que están en los jardines infantiles pueden ocurrir ciertas arbitrariedades hacia los trabajadores, pero prácticas antisindicales no hemos detectado. Mantenemos constantemente reuniones mensuales, a veces hasta dos o tres veces en el mes para tratar diferentes temas, ya sea por remuneraciones, bienestar laboral, condiciones laborales en los jardines infantiles, problemáticas de despidos y algunas acusaciones de maltratos de funcionarias. Se podría decir que tenemos una relación cercana con la dirección ejecutiva.

- ¿Cuál es la labor que cumplen las funcionarias?

- La mayoría de las trabajadoras son técnicas en párvulos, atienden niños a lo largo de todo Chile. Son niños de extrema pobreza y riesgo social. Nuestro horario es de 8:30 de la mañana hasta las 17:30. Los niños asisten hasta las 16:30 y hay una 'extensión horaria' para un 10 por ciento, más o menos. El sueldo promedio es de 180.000 pesos. Quienes ganan menos son los de 'extensión horaria' que tiene una remuneración de alrededor de 70.000 pesos. La Fundación funciona en todo Chile.

- ¿Qué ha ocurrido con el proceso de negociación colectiva?

- Para nosotros es un proceso bastante largo. Empezamos a entregar el pliego en abril-mayo. La Fundación Integra funciona con una mezcla extraña, estamos regidos por el Código del Trabajo, pero aparecemos como una 'empresa privada', aunque los recursos provienen del Estado en un 95 por ciento. Dependemos del Presupuesto Nacional. De esa forma nos pueden asignar recursos.

- ¿Ha habido alguna huelga o movilizaciones?

- Huelgas no, pero si varias movilizaciones… La más grande fue el año 2002 a raíz del aumento del IPC. No era un aumento, sólo nos estaban ajustando el sueldo según el IPC y había cero posibilidades de seguir negociando poco más que el IPC. Así que nos movilizamos en tres ocasiones hasta finalizar con una gran movilización un día completo. Obviamente, por las necesidades de la institución que atiende niños en extrema pobreza, ese mismo día se nos dio como solución instalar una Mesa Tripartita entre la Fundación, el Ministerio de Hacienda y los sindicatos. Logramos hacer una negociación por 4 años. Obtuvimos para todas las funcionarias un reajuste que fue desde un 9 a un 12,2 por ciento. Pero para los bajos sueldos que teníamos en ese entonces, en la práctica la plata líquida que llegó a nuestros bolsillos no fue muy significativa.


Zoila Caro es una de las fundadoras del sindicato. "Comenzamos en un tiempo muy difícil, porque recién había terminado la dictadura militar. Fue muy complicado organizar a las trabajadoras. Comenzamos en el jardín donde trabajo, en Maipú. Comenzamos a organizar jardín por jardín. Pensábamos hacer un sindicato. Teníamos todo listo pero sólo éramos un pequeño grupo al comienzo. Éramos un grupo de unas 26 tías, más o menos. Se nos dijo que podíamos formar el sindicato… y todo fue con mucha cautela y silenciosamente… No podíamos hablar mucho del sindicato. Hasta que lo formamos. Empezamos primero en Santiago y después comenzamos a afiliar a trabajadoras de regiones… Salimos a buscar trabajadoras de otros jardines, en distintas comunas".

-¿Les costó mucho organizar el sindicato?

- Sí. Nos costó mucho porque teníamos que movilizarnos grandes distancias. Los jardines no están muy cerca unos de otros. Por ejemplo fuimos a San Bernardo, a Peñalolén… Nosotras como dirigentes tuvimos que movernos de esa forma. Muchas veces fue complicado, porque no teníamos vehículos, andábamos en locomoción… Pero de todas formas lo logramos. Con el tiempo fuimos afiliando más gente hasta llegar a lo que hoy somos. Desde 1990 hasta 2007 se han producido muchos cambios en el sindicato. Han pasado varias directivas. Yo también fui presidenta un período.

-¿Cuando fundaron el sindicato hubo prácticas antisindicales?

- No. Nunca hemos sufrido prácticas antisindicales ni problemas de maltrato laboral... Somos muy unidas y cuando hemos tenido algún problema laboral y llamamos a alguna protesta, la gran mayoría todas las tías se movilizan... Por una dirigente que tuvimos, Hilda Ferrada, que en estos momentos ya no está, conocimos a la Confederación General de Trabajadores (CGT)... Y finalmente nos afiliamos a la CGT, el 30 de noviembre de 1995. Aunque desde mucho antes estamos acá. Desde ahí que no nos hemos ido de esta casa. Es importante el apoyo que hemos tenido acá en la CGT.

- ¿Por qué prefirieron afiliarse a la CGT y no a la CUT?

- Nunca hemos tenido llegada a la CUT y nunca confiamos en ellos. Nosotros vimos esta posibilidad de afiliarnos a la CGT y desde que estamos acá nos ha ido bien. No es necesario estar en la CUT. No creo que nos hubiesen respaldado… Hemos visto que no es así.

Por su parte, Rosa Hueraleo agrega que el apoyo que han tenido de la CGT y antes del MOSICAM ha sido fundamental para el Sindicato Nº 1 de Fundación Integra. "En los inicios, cuando nos afiliamos a la CGT, Manuel Ahumada fue una de las personas que nos acompañó a terreno a captar afiliados, a convencer a la gente… Así que para nosotros como sindicato ha sido primordial la asesoría de la CGT. En todas las negociaciones siempre nos han ayudado, nos han dado asesoría, viendo qué es lo mejor para los trabajadores… La CGT tiene mucha experiencia y están alertas siempre de que podamos ser víctimas de prácticas antisindicales. Creo que como la empresa sabe que tenemos una buena asesoría hasta el minuto no hemos pasado por eso de las prácticas antisindicales. Como el año 1997 empezamos a venir a la CGT. Yo llegué después, pero soy una de las que siempre estuvo inscrita en el sindicato. Como dirigente sindical estoy desde el año 2000, pero mucho antes conocí a Manuel Ahumada. Supe de la CGT porque era una de las delegadas bastante activa. Con respecto a la CUT, no nos afiliamos porque creo que en estos momentos no representa a ningún trabajador. Además ellos viven mucho del partidismo y nosotros acá somos independientes. Acá en la CGT nunca nos han pedido tener un 'color político', cada uno tiene su pensamiento. Aquí lo que importa es el sindicalismo y defender a los trabajadores", concluye.


(*) CGT, Confederación General de Trabajadores de Chile.



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