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La insignia
16 de marzo del 2007


España: Madrid

17 de marzo, de Cibeles a Atocha, por la paz


Javier López
Madrid Sindical. España, marzo del 2007.


Madrid se debate entre la desazón y la crispación generadas por aquellos que pretenden convertir la vida política y la propia sociedad en un campo de confrontación permanente. Todo vale y todo puede convertirse en un arma arrojadiza. Las clases de religión o los estatutos de autonomía; los matrimonios entre personas del mismo sexo o la política hidrográfica; los atentados del 11-M o la política antiterrorista del Gobierno. Da igual, todo vale, mientras los medios de comunicación como Telemadrid son utilizados para retransmitir una tras otra todas las manifestaciones en las que participa el PP en Madrid y para sembrar dudas permanentes sobre un proceso judicial en curso, como el del 11-M, en el que cada línea del sumario, cada prueba, cada testigo, cada actuación policial, son puestos en cuestión al servicio de la teoría de la conspiración, para demostrar que los auténticos autores fueron los terroristas de ETA y que el PSOE actuó en connivencia con ellos para llegar al poder. De esta forma adquiere legitimidad este "golpe de estado social" en el que intentan sumirnos para conducir a unas elecciones anticipadas que permitan la vuelta al poder. Todo vale, desde alentar las más oscuras corrientes de la ultraderecha hasta fomentar la mentira mil veces repetida hasta que termine adquiriendo apariencia de verdad. Hasta tal punto llegan las cosas que algunas acusaciones particulares en el proceso judicial parecen más defensores de los islamistas, en sus ansias por conducir los derroteros del juicio hacia conclusiones que vinculen el fundamentalismo islamista con ETA, que auténticos defensores de las víctimas para obtener una condena de los culpables y una reparación del Estado para cuantos sufrieron el brutal golpe del atentado terrorista en los trenes. No compartimos estas posiciones, como no las comparte la mayoría de la sociedad madrileña y española. Creemos que es necesario un poco de serenidad y de sosiego para afrontar las citas electorales que tenemos por delante. Creemos que es necesario recordar a las víctimas y hacer que sientan toda nuestra solidaridad. Creemos que hay que exigir el castigo de los culpables, el imperio de la ley y la voz de la justicia para que los asesinos de ETA, los asesinos islamistas, sus colaboradores, paguen con la cárcel la violencia que se lleva por delante la vida de tantas personas, ya sea en el 11-M o en el 30-D. Creemos que las instituciones, desde el Jefe del Estado o el presidente del Gobierno hasta el último alcalde, no pueden convertirse en rehenes de quienes alientan el miedo y los peores fantasmas de nuestro pasado para condenar al silencio a la gran mayoría de los españoles. Creemos que es necesario recordar aquella guerra injusta, ilegal e ilegítima que los Estados Unidos declararon en Irak hace ya cuatro años, y que avalamos como comparsas aliadas en el Trío de las Azores. Para entender el despropósito de esta guerra, que ha producido entre 100.000 y 150.000 muertes anuales a lo largo de estos cuatro años, hay que tener en cuenta el historial de sus promotores. El actual presidente de los EE.UU. es el heredero de una compañía petrolífera que, una vez arruinada, vendió a otra petrolera a cambio de 600.000 acciones y un sueldo de 120.000 euros al año. Bush mantiene intereses conocidos en empresas como General Electric, BP, Exxon o Penzoil. Por su parte Dick Cheney ha aumentado un 3.000 por ciento su número de acciones en Halliburton, una de las principales empresas suministradoras del ejército estadounidense. Además mantiene intereses en empresas como Electrónica Data Systems o Union Pacific. Además forma parte de Compass, un Comité de Seguridad y Soberanía Americana que presionó abiertamente a Clinton contra el protocolo de Kyoto. En cuanto a Donald Rumsfeld, tiene intereses conocidos en industrias como Gulfstream Aerospace o compañías farmacéuticas que elaboran el Tamiflu, ese medicamento que parece ser eficaz para combatir la gripe aviar y que ha sido suministrado a todos los soldados estadounidenses. Con respecto a Condolezza Rice, baste saber que su nombre sirvió para bautizar un petrolero a cuenta de sus intereses en Chevron-Texaco. No es extraño que las mayores contribuciones a la campaña presidencial de Bush provengan de los sectores del transporte, las finanzas, la energía, la construcción, la comunicación y electrónica, la salud o el agropecuario. Para muestra el botón de Halliburton, empresa que se ha beneficiado de todas las guerras desde Vietnam a las del Golfo e Irak. Empresa que reporta beneficios siempre superiores a los previstos en sus actividades vinculadas al ejército y campos petrolíferos. Empresa que traslada su sede principal a Dubai para acercarse a su fuente de negocios y huir de las acusaciones permanentes de sobrefacturación en sus contrataciones, casi siempre obtenidas de forma directa. Esta es la clase de piratas corporativos que alentaron y mintieron al mundo para emprender la guerra de Irak. Ante la convocatoria internacional para que los países se movilicen contra la guerra, con motivo del cuarto aniversario de la misma, Madrid no va a faltar a la cita. Madrid fue un referente mundial en las movilizaciones contra la Guerra de Irak y los trabajadores y ciudadanos madrileños volveremos a expresar el día 17 de marzo, a las 6 de la tarde en Cibeles, nuestro 'no' a la guerra, nuestro rechazo a la violencia y al terrorismo islamista que asola cada día Irak, como asoló Madrid, Londres o Nueva York. Nuestra voluntad de acabar con la ocupación de Irak y reivindicar la paz. El mundo no puede verse sometido a la violencia terrorista, como no puede ser la víctima propiciatoria de los más inconfesables intereses de grandes corporaciones que hacen de la vida humana un negocio, ocupando el poder del gobierno del planeta y colocando bajo su tutela las decisiones sobre la guerra y la paz, los intereses generales, el ejército o la seguridad, la energía o los medicamentos, los servicios públicos y la calidad de vida cotidiana de la ciudadanía. Es la hora de la paz, la vida, la justicia y la libertad.


Javier López es secretario general de CC.OO. de Madrid.



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