España: Mejor callado

"Mientras que otros países se plantean recortes sociales, este Gobierno amplía el Estado de Bienestar." Eso dijo el presidente Zapatero el pasado 29 de diciembre.

No puede extrañar, y menos de un político profesional, que se retuerza la realidad y, en fin, se venda gato por liebre con tal de proclamar las excelencias de la política que se defiende. Pero en el caso que nos ocupa hubiera sido aconsejable callarse y no hacer comparaciones. Porque si las estadísticas europeas no mienten ("Eurostat") los últimos datos confirmados nos dicen que mientras España dedica el equivalente al 19,7 % de su PIB a la financiación del gasto público en protección social, el promedio en la UE es del 28%.

Tan abrumadora diferencia no permite andar por ahí en tono triunfalista, sobre todo si se tiene en cuenta que no sólo en relación a Europa sino en comparación con lo que se llegó a emplear en España en los años 90 -en 1993 el gasto equivalía al 24 por 100 del PIB- el retroceso es más que notable.

Es cierto que en 1993 había más paro. Pero, aún descontando la diferencia en esa partida del gasto, está claro que la proporción de la riqueza creada que se dedica cada año a protección social ha ido a menos. En otras palabras: en políticas redistributivas hemos ido a peor respecto de esos "otros países". Por eso habría sido recomendable que el presidente del Gobierno se callara.