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La insignia
20 de septiembre del 2006


Los sindicatos exigen a FMI y BM
que escuchen a los trabajadores


CIOSL, septiembre del 2006.



Bruselas.- Mientras los ministros de gobierno de todo el mundo se disponen a encontrarse con funcionarios del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional en las reuniones anuales de esas instituciones, a realizarse esta semana en Singapur, el movimiento sindical internacional hace sentir su presión sobre los principales debates de esas reuniones, incluyendo la reforma de la nueva campaña del FMI y del Banco Mundial contra la corrupción.

En una declaración conjunta dada a conocer por la agrupación Global Unions (*) y la Confederación Mundial del Trabajo (CMT), el movimiento sindical sugiere un gran replanteamiento de los papeles que desempeñan el FMI y el Banco Mundial en la economía mundial, dado que cada vez son más los países que cuestionan la influencia de esas instituciones en sus economías nacionales al igual que su eficacia para responder a los grandes desafíos internacionales.

"Creemos que el Banco Mundial y el FMI podrían desempeñar un papel positivo para que haya una mundialización equitativa", dijo el secretario general de la CIOSL, Guy Ryder, "pero para ello deben adoptar enfoques diferentes en cuestiones como la privatización y la desreglamentación del mercado laboral. En lugar de insistir en que se apliquen nocivas condiciones de política económica, el Banco Mundial y el FMI deben trabajar más junto a los sindicatos, las organizaciones de la sociedad civil y organismos de la ONU como la Organización Internacional del Trabajo para elaborar políticas que sustenten el programa de trabajo decente."

El secretario general de la CMT, Willy Thys, se refirió a "la falta de coherencia política dentro del Banco Mundial en lo concerniente a su actitud hacia el trabajo decente. Por una parte, el Banco ha refrendado el respeto de las normas fundamentales del trabajo de la OIT y ha elaborado estudios que muestran su importancia para el desarrollo. pero, por otra parte, en la publicación del Banco de mayor difusión -Haciendo negocios- se encomiara como países que tienen "el mejor rendimiento" por su reglamentación laboral a países donde no hay ninguna protección para los trabajadores y que ni siquiera son miembros de la OIT."

El movimiento sindical considera que el Banco Mundial y el FMI deben redistribuir la representación de los países de sus consejos ejecutivos a fin de que los países de bajos ingresos tengan más voz en las cuestiones que los afectan, una cuestión que se espera que el FMI aborde en Singapur. En la declaración sindical se dice asimismo que todas la nuevas medidas del FMI apuntadas a evitar crisis económicas internacionales se debe elaborar de manera abierta y transparente y no estar condicionadas a la aplicación de medidas de austeridad y ajuste estructural que eliminen puestos de trabajo. También se hace hincapié en que el Banco Mundial debe mejorar su transparencia, especialmente en sus renovados esfuerzos por combatir la corrupción.

"Los esfuerzos contra la corrupción que realiza el Banco Mundial deberían girar en torno a una mejor cooperación y respaldo de los derechos de los sindicatos, la sociedad civil y los medios informativos independientes", dijo Ryder.

Señaló que si el Banco Mundial y el FMI optaran por trabajar con el movimiento sindical internacional y otras organizaciones de la sociedad civil podrían hacer importantes avances hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. "El compromiso que el Banco Mundial y el FMI hicieron en las reuniones anuales de 2005 de cancelar la deuda de los países pobres es un ejemplo perfecto del progreso que se puede hace cuando esas instituciones cooperan y dialogan abiertamente con los sindicatos y la sociedad civil", dijo Ryder.

La CIOSL y la CMT manifestaron su profundo desacuerdo con la decisión de las autoridades de Singapur de impedir que algunos grupos de la sociedad civil ingresen al país para asistir a las reuniones como así también de prohibir las manifestaciones. Señalaron que los sindicatos han tenido problemas en reuniones anteriores del FMI y el Banco Mundial, especialmente en Dubai en 2003, cuando el gobierno local -que prohíbe los sindicatos- intentó impedir que sindicalistas árabes asistieran a las reuniones. "Si el Banco Mundial y el FMI creen verdaderamente en mantener mejores relaciones con los sindicatos y la sociedad civil, deberían evitar celebrar sus reuniones en países que no respetan plenamente los derechos de esas organizaciones de asistir a las reuniones y expresar libremente sus opiniones", dijo Willy Thys.


(*) La Agrupación Global Unions está compuesta por la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres, las Federaciones Sindicales Internacionales y la Comisión Sindical Consultiva (CSC) ante la OCDE.



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