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31 de enero del 2005 |
Fragmento de Mujeres migrantes ocupadas en servicios sexuales Editorial: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. España, 2001.
Iniciativas en España. Diversidad de posturas y estrategias
Proyectos de rescate y reinserción Desde mediados del siglo XIX, y en ocasiones desde antes, surgieron en España varios grupos religiosos dedicados al rescate y a la reinserción de mujeres marginadas y/o prostitutas (379). En la actualidad, varios de estos grupos llevan adelante proyectos dirigidos a prostitutas o que las incluyen en sus programas dirigidos a mujeres marginadas. En general, los informes internos producidos para dar cuenta de sus actividades no están disponibles; pero, de vez en cuando aparecen publicaciones que recogen su posición y los resultados de sus intervenciones (380). Además, existen proyectos de intervención más pequeños en el ámbito de la prostitución, que plantean actuaciones como acompañar a personas con problemas, proveer lugares de acogida, ofrecer asesoramiento y defensa de sus derechos. A veces, también colaboran en estudios epidemiológicos porque tienen contactos de interés en muchos lugares. Entre estos cabe mencionar a APRAMP (Madrid), que ha participado con el Plan Nacional del Sida en investigaciones socio-sanitarias, ALECRIN (Vigo), Mujeres de la Noche Buscando el Día (Alicante), Hiedra (Córdoba), y Proyecto Esperanza (Madrid), asociado con las religiosas Adoratrices, que se orienta a ayudar a las víctimas del tráfico internacional de mujeres, sobre todo a las colombianas. La línea general del discurso de las intervenciones basadas en el rescate, reinserción o rehabilitación de mujeres prostitutas, se vuelve incoherente cuando las destinatarias son migrantes. Reinsertarlas ¿dónde?: si la propuesta fuera devolverlas a sus países de origen, tendríamos que llamarlo deportación; si es hacerles llegar al espacio propuesto como normal (trabajos "dignos"), se enfrentan con las políticas migratorias (irregulares, sin permiso de trabajo) o con las posiciones de muchos migrantes que no quieren ser rescatados de la industria del sexo sino de su estatus irregular, por su condición de no ciudadanos. La posición de las asociaciones de inmigrantes respecto a la prostitución de sus connacionales se caracteriza, en general, por la falta de referencias explícitas: el silencio suele ser la táctica empleada con el objeto de preservar la imagen del conjunto del colectivo. Sólo en algunas ocasiones se hacen referencias a la cuestión (381). Por otra parte, tampoco se conoce ninguna coordinadora de trabajadores sexuales extranjeros, en cuanto sector diferenciado de los autóctonos. Proyectos educativos Europap opera en España a través de Médicos del Mundo; TAMPEP trabajadores sexuales ha abierto recientemente un proyecto en España a través de Cruz Roja Juventud de Madrid. Las otras dos redes de proyectos europeos que no se dirigen directamente a trabajadores sexuales también operan en España: AIDS & Mobility (SIDA y Movilidad) lo hace a través del Plan Nacional del Sida; y la Red europea de Prevención del SIDA entre población subsahariana desde el Instituto de Salud Carlos III. Existen materiales y proyectos que tienen fines educativos y se dirigen a personas ocupadas en la prostitución, incluidas las inmigrantes. Son resultado de programas de salud que tienen como objetivo fomentar el acceso a los servicios sanitarios para personas marginadas. Médicos del Mundo incluye la prostitución en su programa de Exclusión /Cuarto Mundo en varias zonas de España, utilizando unidades móviles para llegar hasta ellas y prestarles atención básica en el lugar e información sobre otros recursos disponibles. Otros proyectos también utilizan unidades móviles para tomar contacto sobre todo con prostitución de calle . Algunos de estos programas ubican personas voluntarias o técnicas en los lugares en los que se realiza el encuentro entre oferta y demanda; a veces se trata de actos de presencia y acompañamiento más que de educación propiamente dicha. En otras ocasiones se utiliza la técnica de llamar a todos los números de teléfono que anuncian servicios sexuales para darse a conocer como programa educativo y presentarles las prestaciones que ofrecen. Varios proyectos educativos que se centran en la prostitución migrante comparten las posiciones abolicionistas. Un caso ilustrativo es un texto publicado por Médicos del Mundo y el Ayuntamiento de Madrid y presentado por su alcalde: los recursos sociales municipales son presentados tras aclarar que la prostitución es sinónimo de "deterioro humano" y que por lo general está vinculada a las redes de inmigración ilegal (tráfico) (382). Además, los autores del texto caracterizan de forma estereotipada a determinados colectivos (las latinoamericanas: "con muy bajo nivel cultural"; las europeas: "mediterráneas que son habitualmente drogodependientes"; las saharianas: "analfabetas"), desconociendo la diversidad que atraviesa a cada grupo, que no se reduce sólo a las trabajadoras "de calle". Un ejemplo ilustrativo de inadecuación de los materiales respecto a sus teóricos destinatarios, es la Guía de autocuidados para las mujeres inmigrantes, publicada por el Instituto de la Mujer y el Instituto de Salud Carlos III (383). El formato contiene dibujos pero el texto es de un carácter técnico que presupone un nivel de interés y un importante grado de alfabetización en castellano por parte de las lectoras. Por otra parte, no existe mención a las trabajadoras sexuales ni en la sección de sexualidad ni en la de normativa legal ni en la de recursos para mujeres migrantes. Más allá de las intenciones de las instituciones o los autores, los textos de carácter educativo pueden producir el efecto de mayor estigmatización del colectivo de las prostitutas. Así cuando se las menciona suele hacerse en términos de víctimas, a quienes se identifica por su condición de prostituida; cuando no se menciona a las trabajadoras del sexo, conlleva el claro mensaje, por elusión, de la indignidad de su trabajo. El resultado en ambos casos es que produce la separación entre "buenas y malas" mujeres, en función de su ocupación, y no funciona adecuadamente como recurso educativo. Por otra parte, resulta cuestionable la validez de producir materiales (tales como listados de recursos o de prácticas) para sectores de trabajadores itinerantes como son muchos de los trabajadores del sexo: cuando viajan de un lugar a otro los listados de direcciones y teléfonos se vuelven inútiles. La pretensión de aislar o silenciar socialmente la realidad de la prostitución de mujeres migrantes se observa incluso en materiales elaborados para la prevención del SIDA. Así el texto ¿Qué es el VIH/SIDA?, producido por entidades de la Unión Europea, el Estado español, ONG y asociaciones de inmigrantes africanas reproduce esta situación. A pesar de que el sexo oral es una práctica extendida entre trabajadoras sexuales, no sale en ninguna de las dos listas del folleto: "¿Cómo sí entra en tu cuerpo [el VIH]" y "¿Cómo no entra?" En términos de educación para la prevención del SIDA no hay argumento para excluir ninguna práctica de ningún folleto, pero el argumento de que esta práctica no forma parte de la "cultura" de las poblaciones a las que está dirigido el folleto más bien totaliza a las muchas culturas en los países del oeste de África y anula la presencia de trabajadoras sexuales entre esos grupos. Este caso de omisión permitiría entender el funcionamiento de la estigmatización de la prostitución o de prácticas asociadas con ellas; el silencio no es pues inocuo. Actuaciones policiales El primer informe policial conocido que abordó la situación de las prostitutas extranjeras en España se realizó en 1986, bajo el prisma de la acción de la delincuencia internacional (384). El interés de la institución radicaba en controlar aquellos grupos de personas que, a través de la trata de mujeres extranjeras, perseguían planear acciones "de mayor envergadura" delictiva. La prostitución de extranjeras no era pues un asunto de preocupación en sí mismo. En cambio, en el año 2000 la policía es referente de información sobre cuestiones relacionadas con la prostitución migrante y la industria del sexo (385). La policía es una instancia que está obligada a demostrar que vigila y protege a la sociedad; necesita ser percibida socialmente como fuerte y, sobre todo, controladora de las situaciones irregulares. Puesto que desde 1995 la prostitución está despenalizada en España, no es posible detener a quien la practique de forma voluntaria e individual. Además, cuando se trabaja de forma organizada el acceso a los trabajos se realiza mediante acuerdos verbales y en ocasiones ni siquiera los trabajos tienen nombres claramente vinculados con el sexo. Por eso si alguien se introduce en el sector con la intención de descubrir actividades irregulares o penalizadas puede que no sorprenda a nadie infraganti o que no encuentre a presuntas víctimas dispuestas a formular denuncias. Sin embargo, la presencia de migrantes en el sector del sexo, que es socialmente percibida como desestabilizadora, da pie ocasionalmente a intervenciones de la policía (386). Las redadas que se realizan en algunos lugares y que llevan a las mujeres inmigrantes a las comisarías terminan frecuentemente al día siguiente con la devolución de las mismas a sus lugares de trabajo. Por ejemplo, una nota de prensa de la policía en la que se describe una actuación investigadora en un club, dice que encontraron "un número considerable de mujeres extranjeras en situación de ilegalidad, las cuales son obligadas al trabajo" (387). La prueba sobre la ilegalidad es sencilla: basta con que las inmigrantes carezcan de permiso de residencia o trabajo; sin embargo, la coacción para dedicarse al trabajo sexual sólo puede probarse cuando existe una denuncia al respecto, cosa que no ocurrió en dicha actuación policial; incluso algunas de las detenidas manifestaron que nunca habían observado maltrato o amenazas a ninguna mujer en los establecimientos de trabajo y que el trato recibido era "inmejorable". Aunque es posible que una persona no cuente toda la verdad cuando está siendo interrogada en una comisaría, no parece probable que todas las personas mientan sobre la misma cuestión. En resumen, con frecuencia la policía afirma la existencia de redes mafiosas y criminales, coacciones, engaños, etc., pero en la documentación recogida y en las declaraciones de los implicados no siempre hay constancia de estos delitos. La interpretación frecuentemente expresada por policías y por otros agentes sociales es que estas mujeres en tales circunstancias no se atreven a decir la verdad por miedo a represalias personales o familiares; la posibilidad de que algunas mujeres no tengan quejas del trato recibido en los establecimientos de trabajo, es rechazada de entrada. Esta actuación refleja el impulso (casi instintivo en los segmentos bien pensantes de la sociedad occidental) de rechazar cualquier afirmación de las prostitutas extranjeras en contra de los estereotipos previamente establecidos. Tal estrategia tiene como efecto justificar la labor de control policial y de intervención social de los agentes de atención a estos colectivos. Las redadas policiales en los locales de alterne se realizan con el objetivo declarado de vigilancia sobre un sector irregular. En la práctica el efecto real más habitual es un incremento de la movilidad de las trabajadoras y, por tanto, de la dificultad para controlarlas como para que se produzca su arraigo social: "...la elección de dirigirse a uno u otro club depende fundamentalmente de las redadas policiales. Así, las inmigrantes eligen su destino teniendo en cuenta no solo la cantidad de trabajo, sino también el tiempo que ha tardado en pasar la policía en cada negocio. En efecto, las redadas policiales son el principal inconveniente del club de alterne como modalidad de ejercicio de la prostitución para las inmigrantes, que arriesgan ser deportadas o ver limitadas las posibilidades de regularizar su situación jurídica en otro tipo de empleo en el futuro, una vez abierto un expediente policial de expulsión" (388). Sin embargo, en algunos clubes la policía nunca hace redadas, sin importar la actuación del establecimiento ni el número de trabajadores extranjeros en el mismo; al parecer, tal como nos comentaba una trabajadora del sector en Pamplona, "cada jefe tiene su amigo o no sé quién en la policía". En otras ocasiones, las redadas tienen que ver más con los intereses del propietario del establecimiento que con los objetivos de seguridad de la policía o de los propios trabajadores migrantes; un estudio se pregunta si las expulsiones de España de mujeres inmigrantes no son un medio de enviar gratis al país de origen al grupo de mujeres de las que el dueño desea prescindir para poder contar con nuevas trabajadoras: "Generalmente son las propias mujeres las que contactan con amigas o conocidas de su país para que vengan a sustituirlas cuando llega el momento de la vuelta a su país de origen. Sin poder afirmarlo con rotundidad, se puede intuir que la 'vuelta a su país' está 'organizada' por el dueño del club, ya que se organizan las redadas de la policía de la zona cada cierto tiempo, que coinciden con la caducidad de algunos permisos de estancia; de esta forma son detenidas y deportadas a su país de origen, evitando el coste del billete de vuelta" (389). Por otra parte, es común en muchos países, y también en España, que las mujeres prostitutas en general y las migrantes en particular se quejen de la actuación de la policía, por ejemplo cuando exigen servicios sexuales gratuitos como forma de chantaje a prostitutas en situación vulnerable. Según se constata en una investigación realizada en Barcelona: "Muchas veces la policía va al ambiente vestida como una persona cualquiera y exige algún 'privilegio', es decir, alguna práctica no habitual. Cuando éste le es negado, enseña la identificación de policía e intenta hacer uso de su autoridad. De esta forma, amenaza a la prostituta, que muchas veces es forzada a atender su solicitud. Esto pasa en especial con las extranjeras que están ilegales o con las personas que ejercen la prostitución en secreto, a escondidas de su familia o comunidad" (390). No obstante lo anterior, aunque que la instancia policial es una entidad de vigilancia y control, se debe destacar también que algunos agentes a modo individual pueden ser clientes convencionales de mujeres prostitutas migrantes y/o mantener un trato adecuado con las mismas; incluso se conocen casos de que han sido medios de liberación de alguna mujer migrante que quería escapar de situaciones de extorsión y coacción. Posiciones de grupos feministas Sobre la prostitución existen diversas posiciones teóricas en el movimiento feminista y, también varias líneas de actuación política, tanto en España como en otros países. Para un sector del feminismo la prostitución voluntaria es imposible y, por tanto, la migración para ocuparse en la industria del sector equivale siempre al tráfico de personas y a la violación de los derechos de las mujeres. Para otro sector se trata de dos cuestiones diferentes: el tráfico obligado de personas (sea cual sea el motivo) atenta contra los derechos humanos y debe ser combatido, pero la prostitución es una actividad que puede ser ejercida voluntariamente, por tanto es posible migrar para trabajar en dicho sector sin ser objeto de tráfico. En este caso la ocupación en el sector del sexo debe ser tratada como un trabajo más, que genere todos los derechos laborales y sociales que corresponden a los demás trabajadores. En España, R. Osborne incluyó un capítulo sobre el desencuentro entre el feminismo y la prostitución en 1989; otros argumentos dirigidos a conseguir la no estigmatización de la prostitución y a promover la defensa de sus derechos personales y laborales han sido propuestos por la Asociación Hetaira y C. Garaizábal (391). Para apoyar esta posición algunas portavoces del movimiento de derechos para las prostitutas han participado en encuentros de discusión en España sobre el tema. Durante algún tiempo el objetivo central de esta posición fue el fomento del asociacionismo entre las prostitutas. Por otro lado, algunos sectores representantes de la primera posición feminista muestran también gran actividad, no exenta de sectarismo hacia quienes no comparten sus postulados. Estos grupos han sido los encargados de la organización de dos encuentros internacionales: uno directamente sobre la temática en Madrid (junio 2000) y otro con una sesión relacionada en Valencia (noviembre 2000). En el primero no se permitió la asistencia de prostitutas y sus organizaciones para expresar su palabra, tampoco se permitió expresarse a la posición que aboga por el reconocimiento de la prostitución; en el segundo, hubo un conflicto provocado por la redacción de un texto de "consenso" y la censura de las opiniones no abolicionistas (392). La investigación social Hasta la fecha, más allá del mantenimineto de posturas de principio existen pocas investigaciones empíricas sobre las inmigrantes ocupadas en el sector del sexo en España; incluso hay quien insiste en que no es necesario "hablar con prostitutas para saber lo que es la prostitución" (393). Por otra parte, algunos estudios realizados abordan cuestiones como los motivos para entrar a trabajaar en el sector o las barreras que tienen los inmigrantes para acceder a los recursos sociales y sanitarios pero al no utilizar grupos de comparación como, por ejemplo, mujeres ocupadas en el servicio doméstico o la hostelería, tienen el efecto de aislar el fenómeno de la ocupación en el sector del sexo y presentarlo como si todo lo relacionado con el mismo necesitara ser explicado (y regulado) mientras que los demás sectores laborales en los que trabajan las mujeres fuesen un dato normal de la realidad social. En suma, la presencia de mujeres migrantes en el sector del sexo se ha visto envuelta en tal perspectiva de anomalía. No obstante, va surgiendo una nueva perspectiva para abordar el fenómeno de la prostitución como ocupación de mujeres migrantes. A esta situación están contribuyendo tanto estudiosos y profesionales de diversos ámbitos como personas conocedoras del sector por su implicación en el mismo. El núcleo de interés no es considerar la prostitución en sí, sino la situación jurídica y social de las personas migrantes que la ejercen (394): la prostitución es observada como una ocupación laboral que apoya proyectos vitales de los migrantes. Este cambio en la mirada sobre la prostitución permite romper el silencio sobre los trabajos y los desplazamientos realizados por mujeres extranjeras hacia España, recogiendo una línea de investigación abierta por autores de diversos lugares del mundo (395). La presencia de migrantes ocupados en el sector del sexo en España, al igual que en otros países europeos, se puede decir que es coextensiva, esto es, siempre que ha existido algún tipo de migración parte de ella ha tenido como motivo ocuparse en el sector del sexo. A parte de los flujos migratorios del campo a las ciudades o áreas industriales dentro del mismo país, entre los que se trasladaron mujeres jóvenes para buscar suerte en los nuevos lugares y en ocasiones directamente para trabajar en la prostitución, en España es conocida una segunda modalidad de migración de mujeres para ocuparse en el sector del sexo derivada del flujo tradicional procedente de países limítrofes, Portugal y Francia; en particular, el sexo oral ("el francés") se asimiló durante tiempo a una novedad que habrían introducido las prostitutas francesas. Ambas modalidades de migración, desde el interior a zonas en expansión y desde el extranjero próximo, continúan en la actualidad aunque no reciban la atención de los estudiosos. Sin embargo ha sido la tercera modalidad, la que vincula directamente migración transnacional con industria del sexo la que ha despertado más atención, esto es, los flujos migratorios procedentes del tercer mundo y de Europa del Este para ocuparse en el sector de los servicios personales en general (atención a hogares, a personas) o, en particular, en el sector del sexo. Sobre esta modalidad apenas se dispone de resultados de investigaciones en España, lo que produce una situación de desconcierto ante afirmaciones como la mayoría de mujeres procedentes de determinados países se ocupan en el sector sexual (396) o, por el contrario, el silencio sobre el tema en investigaciones que estudian la situación de algunos grupos de mujeres de los que se conoce una cierta ocupación en dicho sector desde hace décadas (397). En general, encontramos varias razones que pueden ayudar a enmarcar la ausencia de estudios sobre esta problemática: primera, la preocupación y el estudio sobre la prostitución de migrantes extranjeras no ha surgido desde el campo de las migraciones, que se ha mostrado elusivo al respecto, sino de la problemática vinculada a la prostitución (epidemiología, asistencial, policial, etc.); segunda, el retraso en abordar estas temáticas en los estudios sobre migraciones parece vinculado al retraso por contemplar la presencia y situación de las mujeres migrantes en España (398). Si a finales de los años 70 apenas de pasada en algún artículo se aludía a la presencia de mujeres inmigrantes ocupadas en el sector sexual (399), por el contrario a finales de los 90 parece que el sector se encontraba saturado por las mismas. En dos década la percepción social sobre el tema ha dado un vuelco total. En la década de los 80 diversos estudios comenzaron a ofrecer algunos resultados sobre la presencia de extranjeras en el sector del sexo. Se destacaba precisamente la falta de conocimiento de su situación por la dificultad de llegar a ellas, sobre todo en el caso de algunas nacionalidades como dominicanas, filipinas y nigerianas, "al estar recogidas en clubes y burdeles al cuidado de proxenetas organizados" (400); la proporción de extranjeras se estimó en un 9,1% del total. Con excepción de las portuguesas, a las que se supone conocidas por llevar más tiempo en España y trabajar en la calle, del resto de extranjeras europeas jóvenes tampoco se conocía su situación porque no se acercaban a los servicios generales de salud. Una característica común a las extranjeras a mediados de los años 80, según el estudio de A. Comas, era el alto índice de irregularidad administrativa y, por tanto, la clandestinidad a la que se veían sometidas, temerosas de ser expulsadas a raíz de la aprobación de la primera ley de extranjería de 1985. Por todos estos motivos y desde la perspectiva epidemiológica, se consideraba que las migrantes extranjeras junto a las madres solteras y toxicómanas eran los sectores de prostitutas que necesitaban atención prioritaria de los servicios sociales. Otros dos estudios sobre la prostitución ofrecieron algunos datos sobre el segmento de mujeres extranjeras. El de la Fundación Solidaridad Democrática (401) destacó que el 4,5% del total de mujeres prostitutas callejeras era migrante, aunque no se informó de su procedencia ni de ningún otro dato al respecto; el que realizó la Policía Judicial (402), tal como se ha expuesto, no considera que la prostitución migrante sea el objetivo central de la delincuencia internacional a la que se la asocia y tampoco es motivo de preocupación policial; la procedencia de las mujeres extanjeras era: Centro y Sur-América, Filipinas, Corea, Marruecos, Egipto, Sur de África y Guinea Ecuatorial, de Europa se cita a Portugal, Alemania y Holanda. A partir de los años 90 aparecen multiplicidad de estudios sobre prostitución vinculados a diversas perspectivas académicas y a preocupaciones relativas a la salud pública; también ha entrado en el debate la perspectiva feminista y la asistencial. Sin embargo, la mayoría de aproximaciones al fenómeno prostitucional en España es de tipo histórico (403), aunque como señala F. J. Váquez existan todavía muchas lagunas de conocimiento y, a veces, los estudios se deformen por prejuicios morales de los investigadores (404). Quizás las investigación empíricas basadas en fuentes médicas o sanitarias han sido las primeras y las numerosas a la hora de incluir la prostitución migrante en sus informes, ya desde mediados de los años 80, recuérdese el estudio citado de A. Comas. En general, el tono de las aproximaciones epidemiológicas que han abordado el tema en España es normalizado, sin caer el los prejuicios moralistas ante los que advertía F. J.Vázquez. Estas aproximaciones se han centrado en los contextos sociales en los que ocurren los contactos entre trabajadores del sexo y clientes o entre trabajadores sexuales y (la accesibilidad a) los recursos de salud. Cuando se aborda el tema de la prostitución de migrantes es porque se los considera trabajadores sexuales pero no porque sean migrantes; así los únicos datos que suelen aportar de modo específico son los del país de origen. Sin embargo, con el incremento de la presencia y atención que han ido recibiendo los migrantes en los servicios de salud, esto ha ido cambiando y en el momento actual hay dos entidades estatales que promueven y/o financian investigaciones epidemiológicas relacionadas con migrantes: el Plan Nacional del SIDA y el Instituto de Salud Carlos III. Algunas de las investigaciones se han realizado a nivel nacional, con la colaboración de dispositivos sanitarios de los servicios de salud de las distintas comunidades autónomas; en otros casos se han realizado con la colaboración de ONG que desarrollan programas específicos de prevención del VIH entre trabajadores sexuales. De los resultados que ha aportado esta perspectiva, basados en aproximaciones etnográficas a pequeños grupos de población usuaria de ciertos servicios o instituciones, se pueden señalar: que la presencia de inmigrantes en el sector del sexo en España es importante; que están presentes casi todas las nacionalidades; y que se desempeñan en el mismo los diversos segmentos de hombres, mujeres y transexuales (405). Por su parte, algunas investigaciones médicas que se enmarcan en la crítica al racismo y a favor de poblaciones "desfavorecidas", "vulnerables" o marginadas, han abordado el tema de la prostitución, en general, en donde se considera también a los migrantes; el concepto del cuarto mundo justamente propone romper la barrera entre sectores marginados, sean migrantes o nativos (406). Otros estudios realizados desde la antropología médica se han dirigido a conocer si se usa el condón o no en relaciones sexuales con clientes y con la pareja afectiva. Este punto se ha convertido en tema clave para las campañas de prevención del VIH/SIDA; por lo general se concluye que es el cliente quien se niega a utilizarlo a pesar de la insistencia de la trabajadora sexual. El texto más reciente sobre la prevención del VIH/SIDA en población migrante (407) destaca entre otras informaciones que del total de casos diagnosticados de SIDA, los que corresponde a población de origen extranjero es el 1,9%, esto es, la epidemia es autóctona y no es relevante la aportación de la población extranjera; por otro lado, la población inmigrante debe considerarse vulnerable en cuanto población en riesgo de infectarse, debido a su menor protección sanitaria y a situaciones de precarización en las condiciones de vida y trabajo; además, por lugares de procedencia, la mayor parte de infectados es de europeos (41%), seguida de lejos por africanos (28%) y ambas Américas (23%); no existe más prevalencia de la enfermedad en los colectivos que ejercen la prostitución; y, finalmente, que debe priorizarse el derecho a la salud de las poblaciones ante las enfermedades transmisibles. Para terminar este punto, destacamos dos aspectos relacionados con investigaciones sociológicas. El primero se refiere a situaciones que no están contribuyendo ni al conocimiento de la situación ni a evitar prejuicios sobre la misma: se trata, por un lado, de que existen varias investigaciones promovidas por instancias públicas, que abordan directamente el tema de la prostitución en España y/o que incluyen el sector de la prostitución migrante y que están sin publicar, por lo tanto sus resultados no están disponibles para consultarlos públicamente (408); por otro lado, se constata que algunos estudios sociológicos recientes sobre la prostitución en España, como señala I. Pons (409), reproducen actitudes puritanas sobre la sexualidad o sobre el comercio del sexo desde las que se enjuician las distintas problemáticas estudiadas. El segundo aspecto a destacar hace referencia a otros estudios (410) recientes -o en marcha- que abordan la temática de la ocupación en el sector del sexo desde la perspectiva desde las migraciones: se analizan tanto las estrategias de inserción socio-laboral de estas mujeres como las diferentes modalidades de movilización de la mano de obra desde países del tercer mundo a Europa y España ante la demanda que se realiza en el primer mundo de servicios personales (entre ellos los sexuales) a cubrir por mujeres procedentes del tercero; las políticas migratorias restrictivas impuestas para introducirse en el primer mundo dificultan el encuentro entre demanda y oferta aumentando la irregularidad de tales flujos pero sin detenerlos; por otro lado, la estigmatización del sector afecta a las mujeres que se ocupan en el mismo. Pese a tales cortapisas, se constata un incremento de la ocupación de inmigrantes en el sector de los servicios sexuales en España, y en general en el primer mundo. La nueva perspectiva opta por no cerrar los ojos ante tal situación e intentar analizarla y comprenderla de modo coherente.
Notas
(379) Estos grupos en España han incluido instituciones de religiosas como las Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad, las Oblatas del Santísimo Redentor, las Dominicas de la Presentación, Hermanas de Nuestra Señora de la Caridad del Buen Pastor, Hermanas Trinitarias, Hijas de la Inmaculada Concepción para el servicio doméstico y protección de la joven y Sirvientas de la Pasión. Ver BADA, J., "La iglesia católica frente a la prostitución", en Dossier, Historiar 2, julio 1999, págs. 62-70. Además han existido instituciones seglares como el Patronato de Nuestra Señora de la Merced, Asociación Católica Internacional de Obras para la Protección de las Jóvenes, Villa Teresita y Caritas. Algunos de estos grupos, tanto los religiosos como los seglares, han cambiado de nombre durante su historia. |
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