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La insignia
2 de mayo del 2007


Reflexiones peruanas

La hora de los cuerazos peruanos


Wilfredo Ardito Vega
La Insignia. Perú, mayo del 2007.


Hace unos días, el viernes 20 de abril, para ser más precisos, en los salones del Convento de Santo Domingo, a pocos metros de las tumbas de Santa Rosa y San Martín de Porras, se realizó el primer operativo "Cuerazos peruanos". Sin embargo, antes de seguir, creo que debo explicar a quienes no viven en el Perú o están poco familiarizados con los peruanismos, que "cuerazo" es una expresión coloquial, relativamente reciente, para referirse a una persona, hombre o mujer, sumamente atractiva.

También tengo que explicar que este año, la Mesa contra el Racismo de la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos ha otorgado el antipremio "Al más discriminador" a las empresas Saga Falabella y Ripley por sus campañas publicitarias en las que sistemáticamente se presentan solamente modelos de rasgos caucásicos.

En el Perú, la publicidad se ha convertido en uno de los mecanismos más fuertes para mantener los estereotipos de belleza, éxito y felicidad familiar restringidos a las personas de rasgos caucásicos. Algunos publicistas insisten en que sus mensajes son segmentados y que emplean modelos blancos porque se dirigen a un público de estas características, argumento que fácilmente podría desmentirse acudiendo a cualquier centro comercial. Incluso productos que todos los peruanos consumen, como arroz, jabón o leche se anuncian del mismo modo, como también muchos colegios (que proclaman formación en valores"), universidades (especialmente para sus maestrías o doctorados) y clínicas.

El contraste entre el país real y el que muestra la publicidad es escandaloso… y sorprende que las agencias publicitarias peruanas, que tanto se jactan de su creatividad, se hayan quedado estancadas frente a otros países: desde los Estados Unidos hasta el Brasil y desde Inglaterra hasta Sudáfrica, las campañas publicitarias buscan ser inclusivas hacia los sectores tradicionalmente discriminados, además de reconocer su capacidad de consumo. En el Perú, en cambio, el permanente uso de imágenes monorraciales atenta directamente contra la autoestima en la mayoría de peruanos, especialmente niños y adolescentes, que pueden terminar convencidos que sus rasgos físicos los hacen inferiores .

Los peruanos mestizos o andinos sólo aparecen asociados a una situación de pobreza o, en todo caso, si aparecen felices, es cuando se busca dar un toque exótico, como algunos avisos de Altomayo, Telefónica o Claro: felices, pero muy lejos de las zonas urbanas donde su presencia todavía molesta a los sectores racistas.

El panorama es generalizado, pero hemos considerado que el caso de Saga Falabella y Ripley merece el "antipremio" de este año, por sus grandes inversiones en publicidad, que no sólo incluyen la televisión, sino el envío de catálogos a los domicilios y el uso de la vía pública a través de gigantescos paneles y anuncios en los paraderos. Esta vez, además, la entrega del "antipremio" se llevará a cabo mediante una protesta simbólica contra la publicidad racista: el operativo "Cuerazos peruanos".

Aquella tarde en el Convento de Santo Domingo, se impartía un curso de formación a jóvenes de San Juan de Lurigancho y Vitarte y, después de una charla sobre racismo, se pidió a los asistentes que, si querían, salieran a posar ante dos banderolas que asemejaban la publicidad de Ripley y Saga Falabella. Hubo un primer momento de desconcierto, pero cuando el primero decidió salir al frente, los que tenían cámaras o celulares con cámara comenzaron a tomarle fotos a su compañero. Después se lanzó una chica, luego otro muchacho. Algunos pedían que les fotografiaran en pareja o en grupo, otros querían salir solos. "¡Vamos, todos tenemos que salir!", escuché que alguien decía, como si estuviéramos ante un nuevo rito de pasaje.

Había quienes, con mucha naturalidad, imitaban a los modelos de las revistas y los que ensayaban nuevas poses. Era muy agradable cuando se decidían a posar, o eran motivados por sus amigos, quienes rompían más el estereotipo de belleza, sea por ser más gordos o más flacos, llevar el brazo en cabestrillo, tener el uniforme del trabajo, tener anteojos o acné. En todos los casos, finalmente, cada uno se sentía feliz de ser como es… y los demás se daban cuenta de ello. Tres días después, con un grupo de estudiantes de la Universidad Católica , el resultado fue igualmente satisfactorio (pueden verse en la página www.cuerazosperuanos.org).

¿Cambiará la publicidad en el Perú con más operativos como "Cuerazos peruanos"? Esperemos que sí. Ya el año pasado logramos que Backus modificara los avisos de Cristal y Pilsen. Sin embargo, para lograr un cambio radical, los publicistas tienen que sentir la presión de la población. Por eso, le invitamos a participar este 5 de mayo, al mediodía, frente a las tiendas Saga Falabella y Ripley de Las Begonias en San Isidro, o en las tiendas de Trujillo, Chiclayo y Piura.

Será un acto al mismo tiempo contundente y divertido… y ojalá que, como sucede en otros países, los actuales catálogos monorraciales se conviertan dentro de algunos años en una curiosidad para coleccionar.



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