Luca Caballero: España: Un Gobierno simpático

En una de las habituales tertulias radiofónicas, el dirigente socialista Pedro Zerolo destacó como una de las virtudes del Gobierno de Zapatero su simpatía: "este es un Gobierno simpático" (en contraste con el antipático Gobierno de Aznar).

Me temo que algunos pregoneros y otras tantas virtudes no sean la mejor carta de presentación para un Gobierno. Cierto que la sonrisa de Zapatero se nos antoja más natural que la de Aznar, pero no se puede abusar del gracejo. El pasado jueves 16 de junio, en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la UE que acabaría certificando el fracaso del proceso constitucional, todas las televisiones del mundo difundieron unas imágenes "simpáticas" del presidente español saludando con generosa sonrisa a los mandatarios comunitarios. Se mascaba el desastre tanto del proceso constitucional como de la política presupuestaria, pero los españoles tan amigos del refranero no dudaron en poner "al mal tiempo buena cara".

Me temo que abusar del gesto amable puede resultar tan inconveniente como la cara avinagrada, sobre todo si como resultado queda un problema sin resolver y un país con menos fondos. Cuando se lleva más de un año gobernando, la sonrisa y el talante han de volver al refranero porque "obras son amores…".

No se puede negar lo evidente. Este Gobierno ha puesto en marcha medidas de claro perfil progresista y las manifestaciones de la derecha más conservadora resucitando viejos demonios dan fe de ello. Ahora bien, la ola de simpatía que nos invade puede derivar en despropósito aunque se haga a modo de publicidad: "si las cosas no van bien, sonría".