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16 de junio del 2005 |
La incoherente propuesta del ministro Sevilla
Héctor Maravall
Es evidente la necesidad de racionalizar las plantillas de las tres Administraciones
Públicas, adaptándolas a la nueva realidad de un Estado
descentralizado. Como también la importancia de una permanente actualización
profesional de los trabajadores públicos, cualquiera que sea su
edad, en unas Administraciones que han mejorado notablemente su eficacia
y su trato al ciudadano. Pero la propuesta del ministro Sevilla de presentar un
plan de prejubilación de los empleados públicos con mas de 58 años es, en primer
lugar, incoherente con las directrices de la Unión Europea en materia de
edad de jubilación y con el diseño de un sistema de pensiones que debe reforzar
su contributividad si quiere ser viable a medio y largo plazo.
Además, como ha demostrado la experiencia, las prejubilaciones no generan más empleo para jóvenes, sino amortización pura y dura. Y algunas de las justificaciones utilizadas son impresentables. Resulta que un funcionario entre 40 y 50 años ya es una persona semienvejecida y a medida que va cumpliendo años se vuelve más inservible e incapaz. Cuando las expectativas de vida se sitúan en torno a los 80 años, los procesos de envejecimiento se retrasan y se mantienen cada vez más tiempo la capacidad física e intelectual, el ministro se agarra al tópico de una Administración envejecida y da por buenos todos los falaces argumentos de aquellas empresas que han venido forzado prejubilaciones, incluso antes de los 50 años. Supongo que Telefónica, BSCH y tantas otras estarán contentas al ver que un ministro socialista utiliza sus mismas razones para desprenderse de parte de la plantilla. Por no hablar de las formas: ni se consulta a los sindicatos, ni al resto del Gobierno y menos aún a las Comunidades Autónomas y Corporaciones Locales a las que se les lanza un torpedo a sus políticas de personal. Ahora rectifican y dicen que era sólo una reflexión. Este ministro sí que debería prejubilarse del Gobierno. |
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