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La insignia
11 de diciembre del 2005


Taiwán

Nuevo revés para Chen Shui-Bian


Xulio Ríos (*)
La Insignia. España, diciembre del 2005.


Como se aventuraba, los resultados de las elecciones municipales celebradas el pasado día 3 de diciembre en Taiwán amenazan con serias consecuencias más allá del ámbito estrictamente local. Los principales contendientes, el KMT (Kuomintang) y el PDP (Partido Democrático Progresista) habían elevado las apuestas. Primero fue el presidente del Kuomintang (KMT), Ma Ying-Jeou, alcalde de la capital, elegido el 16 de julio como principal dirigente de la primera fuerza de la oposición, quien advirtió que de no obtener unos resultados satisfactorios en dichos comicios, no dudaría en presentar la dimisión ipso facto. ¿Qué eran "resultados satisfactorios" para el? Como mínimo, ganar la mitad de los puestos en liza.

El actual líder del KMT, que pretende rivalizar con el candidato del Partido Democrático Progresista (PDP) en las importantísimas elecciones presidenciales de 2008, planteaba estos comicios como un doble plebiscito. No solo trataba de revalidar su reciente liderazgo al frente del KMT, sino que llamaba a los votantes a considerar estas elecciones como un voto de no confianza al PDP, lo que equivaldría a sancionar positivamente la política de acercamiento a China continental que el KMT y sus aliados, los llamados azules (Partido el Pueblo Primero y Partido Nuevo) han impulsado en los últimos meses para desbloquear las relaciones con Pekín.

Para tensar un poco más la cuerda, el presidente del PDP, Su Tseng-chang, también amenazó con dimitir si su partido, actualmente en el gobierno central, no lograba obtener por lo menos 10 escaños, es decir, mantener su nivel de representación. Su también se incluía en la lista de postulantes como probables candidatos en las elecciones de 2008. El caso es que ni Ma ni Su se presentaban a estos comicios y su rivalidad cristalizó en Taipei y a través de terceros (Luo Wen-Jia, en el caso del PDP, y Chou Hsi-Wei, por el KMT).

En el condado de Taipei, el mayor del país, con una población de 3,7 millones, se concentraron todas las miradas. Los candidatos del PDP y del KMT llegaron a la jornada electoral muy igualados, aunque en el PDP parecían haber hecho mella las denuncias de corrupción e irregularidades en la segunda ciudad del país, Kaoshiung. Competían un total de 77 candidatos por 23 puestos para alcaldes de ciudades y magistrados. En las elecciones de 2001, el PDP y el KMT habían obtenido nueve puestos cada uno, mientras que los aliados del KMT obtuvieron 3 escaños, restando aún dos candidatos independientes.

Aunque no abarcaban la totalidad del país, en estas elecciones estaban llamados a participar el 89 por ciento de los habitantes de la isla y, por lo tanto, la muestra obtenida podía ser muy representativa para tomar el pulso político al país. El derecho de sufragio solo puede ser ejercido por los mayores de 20 años. En el complejo sistema electoral taiwanés, los comicios en Taipei y Kaoshiung, los dos grandes municipios subordinados directamente al poder central, se celebrarán a final de año próximo.


Los resultados

En total se elegían 23 alcaldes y magistrados, 901 concejales de ciudades y condados, así como a 319 jefes de pueblos alrededor de la isla. El KMT pasó de 9 a 14 puestos, en la primera categoría, obteniendo más de la mitad de las alcaldías a nivel de distrito. Mientras, el PDP, pasaba de 9 a 6. Entre las demás formaciones, el PPP (Partido el Pueblo Primero), obtenía 1 representante, al igual que el PN (Partido Nuevo) y un independiente. La UST (Unión Solidaria de Taiwán), aliada del PDP, no obtenía representación a este nivel.

De los 901 concejales, el KMT obtenía 408; el PDP, 192; el PPP, 31; la UST, 11; el PN, 2; e independientes, 256.

De los 319 jefes de pueblos, el KMT obtuvo 173; el PDP, 35; el PPP, 3; la UST, 1; y los independientes, 107.

Según los resultados publicados por la Comisión Central de Elecciones, el KMT obtuvo el 50,96 por ciento de los votos válidos emitidos en las elecciones de alcaldes y magistrados, frente al 41,95 por ciento de los obtenidos por el PDP. La tasa de participación fue del 66, 22 por ciento, ligeramente inferior al 66,45 por ciento que se registró en las elecciones de 2001.


El impacto sobre el desarrollo político de Taiwán

El KMT ha conseguido un aplastante triunfo en estas elecciones. En la noche electoral, mientras su presidente, Ma Ying-Jeou, eufórico, agradecía el apoyo recibido; el presidente del PDP, Su Tseng-chang, afirmaba asumir la derrota y anunciaba su dimisión del cargo. Annette Lu, la actual vicepresidenta de Taiwán, asumirá provisionalmente la presidencia del PDP, por espacio de un mes, mientras no se encuentra un nuevo líder. Lu parece ganar posiciones para candidatarse a las elecciones de 2008 como rival de Ma.

En el PDP, algunas voces han urgido a revisar sus políticas, en especial, el distanciamiento operado entre sus dirigentes y la base electoral. Otros han atribuido la derrota, directamente, al escándalo del metro de Kasohiung en el que se ha visto implicado un próximo del presidente Chen. Chien Hsi-Chieh, líder de la Alianza por la Justicia, considera que se ha puesto en duda la integridad de los dirigentes y la disposición del propio presidente para implicarse en la lucha contra la corrupción, una de las principales banderas que le auparon al poder en 2000.

La crisis podría tener consecuencias en el gabinete ministerial. En medio de especulaciones acerca de la supuesta invitación de Chen al presidente del Yuan legislativo, Wang Jin-Pyng, del KMT, a liderar un nuevo gobierno, el presidente del KMT instaba a diálogos directos entre el KMT y el PDP. Los días de Frank Hsieh al frente del gobierno parecen contados después de estos resultados, la mayor derrota sufrida por el PDP desde que en 2000 accedió al gobierno de la isla. Ma, aún alcalde de Taipei, no se opone a que un dirigente del KMT asuma el gobierno de Taiwán, pero considera que ese arreglo, que tendría su amparo en la precaria mayoría legislativa que ostentan, debe ser objeto de consultas entre ambos partidos políticos. Hsieh, que ha adelantado al presidente Chen su dimisión, asumió el cargo en febrero de este año y también se ha mostrado favorable a una remodelación del gobierno, si bien su alcance aún es impreciso. En cualquier caso, Ma, a pesar de lo sugerido por algunos medios, no tiene intenciones de servir como primer ministro en un gobierno del PDP.

Por otra parte, la vicepresidenta Annette Lu, ante la magnitud de la crisis y el desconcierto existente en las filas del PDP, se ha visto obligada a declarar que no habrá anticipación de las elecciones presidenciales.

Así pues, a las dificultades que encuentra Chen para implementar su programa de reformas con la oposición de un Yuan legislativo controlado por los azules, debe sumar ahora una nueva adversidad, la presencia mayoritaria de la oposición en los gobiernos locales, lo que puede aportar más inestabilidad a la situación política de la isla. Hasta el momento, una veintena de textos promovidos por la alianza verde han sido objeto de bloqueo, entre ellos, una propuesta de reforma de la ley de referéndum, una reglamentación sobre el origen de los fondos de los partidos políticos, o un texto sobre las compensaciones para las familias de las víctimas del Incidente de 28 de febrero de 1947, la primera gran represión del KMT en la isla. Los rechazos a la propuesta de compras de nuevas armas a EEUU suman ya el número de cuarenta ocasiones en lo que va de legislatura.

Por otra parte, en las filas de la oposición, los principales líderes del KMT y el PPP, aceleran su acercamiento e incluso existen expectativas fundadas para pensar en una fusión de los dos partidos, que algunos califican como inminente. Conviene recordar que el PPP es el resultado de una fracción del KMT, originada en 2000, después de que su líder, James Soong, entonces secretario general del KMT, decidiera presentar su propia candidatura independiente a las elecciones presidenciales de aquel año, rechazando la candidatura oficial que lideraba Lien Chan y abriendo el camino a la victoria de Chen Shui-Bian.

El acercamiento parece inevitable, sobre todo después de que en estas elecciones los resultados del PPP no hayan sido especialmente satisfactorios. Solo ha obtenido 1 de los 23 puestos para alcaldes de ciudades y magistrados, en Matsu, donde ningún candidato del KMT se presentaba. Además, este partido viene experimentando una severa hemorragia desde hace algunos meses, y varios de sus miembros ya se han reintegrado a las filas del KMT. Así las cosas, la fusión podría producirse antes de finalizar el año, según declaraba un portavoz del KMT, Cheng Li-Wen, o antes del Nuevo Año Chino, que se inicia el próximo 29 de enero.

En una reunión mantenida el pasado 8 de diciembre entre una comisión de cinco dirigentes del PPP y el propio Ma, se ha adelantado un acuerdo básico para el procedimiento de fusión en dos fases. De aquí a finales de enero, los dos partidos establecerán un mecanismo de nominación de candidatos comunes para todos los niveles de responsabilidad política. James Soong podría ser el candidato del KMT a la alcaldía de Taipei el año próximo, aunque deberá vencer en las primarias internas.

El PN, que cuenta con un solo diputado, también podría desaparecer muy pronto. Por último, el alargado manto del KMT también incluiría medidas de aproximación a un grupo de ocho diputados independientes, que podría compensar la salida de otros cuatro del KMT que han sido elegidos en las elecciones locales del sábado.

Más allá de los cambios personales en algunas dirigencias políticas, ¿habrá cambios en la política del PDP hacia China? En las jornadas previas a las elecciones locales, el presidente Chen aseguraba que la política económica de Taiwán en relación a China no se modificaría, afirmando incluso que de ganar las elecciones la alianza azul, podría volverse más restrictiva, pues tendría que "salvaguardar los intereses" del pueblo.

En la dirección del PDP, algunos piensan que ha llegado el momento de superar las restricciones que dificultan las relaciones económicas con China, mientras que otros insisten en mantenerlas, promoviendo, como contrapartida, los intercambios con el resto del mundo y con el evidente objeto de reducir la dependencia del continente. Datos económicos recientes evidencian que la parte de las exportaciones hacia China se ha elevado a más del 30% y que los capitales taiwaneses invertidos en el continente equivalen a las dos terceras partes del monto total de las inversiones exteriores de la isla.

Mientras esa circunstancia preocupa en el gobierno, la comunidad de negocios, por el contrario, reclama la liberalización total de las relaciones comerciales con China, eliminando las restricciones que aún pesan sobre el intercambio bilateral. Unos reclaman facilidades para las deslocalizaciones en el continente de la industria de alta tecnología; el sector servicios urge la eliminación de restricciones que pesan sobre el turismo de China y el establecimiento de vínculos aéreos directos. Se reclama también una política de cambio monetario favorable a las empresas exportadoras insulares, ante una posible reevaluación del yuan chino.

En Pekín, naturalmente, los resultados de estas elecciones han servido para confirmar la idoneidad de la política iniciada en 2005 de acercamiento a los partidos azules, que ha acentuado el aislamiento del presidente Chen Shui-Bian, agravado el bloqueo político de la isla y reducido el respaldo electoral del PDP.


(*) Xulio Ríos es director del IGADI (www.igadi.org) y autor de "Taiwán, el problema de China" (La Catarata, 2005)



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