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25 de agosto del 2004 |
Ante un infamatorio escrito Siglo Veintiuno. Guatemala, 21 de agosto del 2004.
En la página 12 de esta edición, donde se publican las opiniones de
los columnistas habituales y de esporádicos articulistas invitados,
aparece hoy un libelo que cuestiona el grado de independencia y
libertad de expresión que disfrutan y ejercen distintos medios de
comunicación escritos, radiodifundidos y televisados de nuestro país.
Aquí en Siglo Veintiuno, donde respondemos únicamente por nuestras
actuaciones, se publica el escrito infamatorio, precisamente porque
la libertad y la independencia constituyen principios fundamentales
de nuestro ejercicio periodístico, pese a que difama, injuria y
calumnia al servir de sospechoso eco de un basuriento texto que
acude al anonimato como único sustento y cuyo progenitor, sin duda,
es un maldiciente y peor escribiente.
Consta a todos nuestros lectores, periodistas y columnistas, que en Siglo Veintiuno por ninguna razón se mutilan o archivan notas o escritos. Se corrigen, editan, amplían y mejoran en estricto apego a la verdad, el fiel cumplimiento al dictado de la Constitución y las leyes, y al respeto del derecho ajeno. Y en concordancia con lo anterior es que, desde el año pasado, los columnistas de este periódico se comprometieron a respetar una serie de "Lineamientos de Ética y Estilo", entre los cuales se establece claramente que "el columnista de Siglo Veintiuno tiene un alto sentido de la ética y lo refleja en sus escritos", y que "se distingue por la seriedad de sus propuestas; la veracidad de sus denuncias, exactitud de sus apreciaciones, observaciones e investigaciones, y porque es capaz de hacer de estas páginas una tribuna del pensamiento y no un canal para ventilar disputas o rencillas personales". De manera que resulta inaceptable, repudiable, que uno de esos articulistas repita la falsa especie -aun cuando apenas lo pregunte- de que, entre otros medios, en Siglo Veintiuno se pudiera modificar o desechar los materiales relacionados con supuestos actos de corrupción de funcionarios del actual gobierno, como lo han sugerido algunos de los más conocidos y recientes inquilinos del sector 12 del Centro Preventivo para Hombres de la zona 18. Rechazamos de plano cualquier vano intento por enlodarnos o mezclarnos con quienes atropellan el periodismo en Guatemala. Ante todo porque los guatemaltecos, entre ellos el columnista de marras, bien saben que tal presunción no tiene fundamento alguno, y porque no podrá él, ni nadie, ofrecer la mínima razón para dudar de la honesta, justa y equitativa forma en que se manejan las informaciones y opiniones en las páginas de Siglo Veintiuno. Resulta impropio, entonces, que un columnista piense -si así fuera- que nuestras páginas son indignas y continúe utilizando espacio en ellas. |
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