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14 de septiembre del 2007

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Iberoamérica
Chile

Precariedad laboral (VIII)


Arnaldo Pérez Guerra
La Insignia. Chile, septiembre del 2007.

 

Se sindicalizaron hace poco. El 1º de marzo de 2007. Pero el Apart-Hotel Time Suites & Apartments Chile, de Explotadora Inmobiliaria El Golf, posee 16 años de existencia. Es primera vez que se forma un sindicato y no ha sido fácil. Según los trabajadores, desde agosto de 2006, cuando hubo un cambio de gerencia, se agudizaron los problemas: les quitaron beneficios y hubo despidos.

"Las condiciones en vez de mejorar, empeoran. Los gerentes nos dicen 'estamos en una nueva etapa', pero la 'nueva etapa' es para ellos, no para nosotros. Nos dimos cuenta que había que formar una organización para mejorar nuestras condiciones laborales. Por eso nos armamos de valentía y se formó el sindicato", afirma Annie Peñaloza, presidenta.

Los trabajadores denuncian bajos sueldos, horarios que no se cumplen, turnos y horas extras que no se pagan. "Últimamente tenemos problemas con el trato hacia los trabajadores, tanto a los dirigentes como a los compañeros sindicalizados. Nos pagan poco. Tienen trabajando a compañeros sin sillas, ocho horas. Baños en muy mal estado. Nos dan pésimas comidas. Los dueños y jefes no se dan cuenta que somos una pieza importante en el funcionamiento de la empresa", agrega.

Roberto Castillo, secretario del sindicato, dice: "En estos momentos tenemos 45 trabajadores afiliados, de un total de 60. Soy jefe de garzones y estoy encargado del restaurante y la cafetería. El dueño es Andrés Fuenzalida, pero no es el único. Es una sociedad. Sus hermanos tienen inmobiliarias. Llevo tres años trabajando acá".

Muchos tienen miedo y dudas. "Piensan que el sindicato es una pérdida de tiempo. Creo que muchas de esas personas se van a sindicalizar cuando vean que el sindicato no está perdiendo el tiempo y que estamos haciendo cosas. Cuando vean resultados positivos. Aún le temen a lo que le digan los patrones", dice Annie Peñaloza.

Acaban de presentar su primer proyecto de negociación colectiva. Solicitan un reajuste de las remuneraciones, bonos de matrimonio, de escolaridad y otros beneficios. Por ejemplo, un paseo anual. Para las mucamas un tope de departamentos por asear.

María Vásquez, tesorera del Sindicato, trabajó 13 años en el Apart Hotel. Se fue un año y volvió. "Llevo unos 15 años aquí. Soy mucama y siempre ha sido el mismo problema. Piensan que esto es un Hotel y no un Apart Hotel con departamentos amoblados. Quieren que la cantidad de habitaciones a limpiar sea como en un Hotel, y no se puede. Los trabajadores no pueden hacer más. El sueldo mensual bordea apenas los 160.000 pesos mensuales. Despidieron a trabajadores que llevaban años acá. A la gente que renunció tampoco le reconocieron sus años de servicio. Por eso nos decidimos a formar un Sindicato. Yo me decidí a ser parte porque vi mucha injusticia".

En el sindicato no sólo hay mucamas, aseadores o garzones. De todos los que están contratados por Explotadora como razón social, no hay un solo departamento que no tenga trabajadores sindicalizados. "Hay áreas que apoyan más, como las mucamas y en recepción todavía falta gente que se inscriba. En Contabilidad están todos inscritos, pero en Ventas aún falta gente", dicen.

Roberto Castillo, agrega: "Algunos trabajadores pertenecen a la empresa pero bajo otra razón social y no podemos integrarlos al sindicato, lamentablemente. La ley nos impide incluirlos. Pero esperamos que con nuestra negociación ellos también logren mejorar sus condiciones laborales y obtengan beneficios".

La empresa ya inició persecuciones. "Ahora último hubo una fiscalización y los jefes lo tomaron como una 'traición', 'cómo nosotros podríamos mandar a fiscalizar al Apart Hotel', nos dijeron. A ellos les duele que saquemos la voz y no aceptemos que pisoteen nuestros derechos. Cuando fundamos el sindicato hablamos todos los problemas con el gerente general, le dimos tiempo para que los chequeara y solucionara, pero no hizo nada, y las irregularidades siguieron. La fiscalización fue por las horas extras de octubre del año pasado. Manuel Leppe Urrejola, gerente general, dijo que se iban a pagar esas horas extras y no se pagaron. También exigíamos los días compensados por los feriados. Le dijimos: 'Si nosotros vamos a la Inspección, tenemos derecho seis meses para atrás para exigir nuestros derechos, pero no vamos a ir para que ustedes lo arreglen antes'. Se le dio un plazo a la empresa y no resolvieron los problemas. A los dirigentes nos han tratado de 'tontos', han dicho que 'no somos cabezas pensantes', y han amenazado diciendo 'que los trabajadores van a empezar a sufrir las consecuencias por culpa del sindicato'. Eso es una abierta práctica antisindical".

Roberto Castillo, agrega: "Continúan las amenazas de despidos. En lo personal, me siento perseguido porque yo estoy marcando mis horarios, pero me llama la Sra. Constanza, y me dice que no hay registrado de los marcajes ni de entrada ni de salida. Le he dicho que eso es absurdo porque yo ingreso con tres personas más a las seis de la mañana, y si mi marcaje no está, tampoco debería estar el de ellos. La respuesta es: 'sáquese los guantes para marcar'. Una persona que tiene su cargo no debería dar ese tipo de respuestas. Es una respuesta absurda, una provocación. También nos han quitado bonos que ya teníamos".

Las mucamas tenían bonos establecidos, pero a la mayoría no se los pagan. La explicación es que pierden el bono "si contestan mal", "si alguien dice que están mal hechos los departamentos", o porque "la mucama está enferma". "Las mucamas se enferman porque les dan 15 departamentos al día. Tienen que subir y bajar con cosas, frigobares, etcétera, y preocuparse de que si el Apart Hotel si no cobra un frigobar a un cliente, lo pagan las mucamas de su sueldo. Hay cosas que de verdad no cuadran. Si una mucama asea un departamento, el bono se lo dan si el departamento está impecable. Pero aunque una mucama lo deje impecable, va una jefa y si lo encuentra 'mal hecho', le quitan el bono. ¿Con qué criterio se fiscalizan ellos? A la mucama que les cae bien, le encuentran todo bien. Incluso han hecho amonestaciones para quitar bonos", agrega María Vásquez.

Los bonos son de 20.000 pesos y 25.000 pesos. "Eso significa comprar un cilindro de gas, más kilos de carne, remedios, útiles escolares. También trabajo en un área con bonos, pero desde que se cambió de jefatura no se entrega ninguno", dice Annie Peñaloza. "Por eso pedimos una fiscalización. Cuál es la explicación, que las bases para ganarse el bono están erróneas. Los gerentes y jefes de áreas se ganan los bonos por mantener los presupuestos bajos. Pero ellos ganan sueldos sobre un millón de pesos. ¿Por qué si un trabajador hace bien su trabajo, se saca la mugre todo el día para limpiar 15 departamentos, le quitan el bono o le tratan mal? ¿Por qué no suben el sueldo a las mucamas que llevan 6, 8, 10 y más años y les siguen pagando un sueldo paupérrimo?", concluye.


(*) Artículo también publicado por CGT, de Chile.

 

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