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10 de mayo del 2001


Entrevista con Liuba Kogan

Tu cuerpo no es tu destino


Rocío Silva Santisteban

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Liuba Kogan es socióloga graduada en la Pontificia Universidad Católica* con un Magister en Sociología de la Comunicación. Ha publicado, entre otras investigaciones, Género, cuerpo y sexualidad en la época de las tecnologías hipercactivas. Sus intereses se centran en temas desdeñados normalmente por la academia.


-Hoy la máquina se incorpora al cuerpo, ¿se produce un quiebre en la identidad del sujeto?

-Hay varios niveles de entrada al tema. Antes nuestro referente como humanos era el animal, ahora nuestro referente de contraste, para construir nuestra identidad, es la máquina. Un segundo nivel se refiere a la gente que introduce en su cuerpo elementos tecnológicos (implantes, marcapasos, siliconas, etc.) y que va a tener que asumir eso extraño de alguna manera. Generalmente la medicina crea un discurso de la necesidad de incorporación de elementos extraños. También hay otro referente que es muy importante: se trata de reflexión visual de la ciencia ficción.

-Pero la gente que vive con marcapasos no vivencian esta situación como extraña.

-No asumen eso como un asunto biónico. Piensan: estoy enfermo y la medicina me da este aparato. Se hace natural en tanto la medicina lo prescribe.

-¿Y si hablamos de algo más radical, de una persona que se queda sin brazos y sin piernas?

-A nivel individual, cada persona construye una identidad desde donde está ubicado. De repente alguien que no tiene una reflexión sobre lo biónico, sobre los cyborgs, va a construir una identidad estigmatizada. Puede sentir su cuerpo como obsoleto. Dos de los héroes de los 90, Terminator y Robocop, esos elementos de ciencia ficción referenciales, son máquinas completas. Ya no se trata de que tienes metido en el cuerpo un aparatejo, sino que te convertiste en máquina.

-Todo esto es explorado de una manera interesante en Crash, la película de Cronemberg. El cuerpo lacerado y la conciencia humana lacerada por la máquina. En esta película se plantea el erotismo con la máquina pero a su vez la idea que la máquina ha destruido al cuerpo. Se trata de la erotización de la obsolescencia del cuerpo: la perversión llevada al límite.

-¿Qué opinas sobre la interacción de dos conciencias más allá de sus cuerpos, me refiero a las relaciones que se establecen vía Internet?

-Internet te permite descorporificarte, eres una presencia en la medida que emites discursos. Pero lo curioso es que la gente siente que tiene que dar una imagen al otro, y como la relación no es cara a cara, inventan una identidad corporal. Esto permite que la gente esté más allá de su cuerpo. Hoy, cuando hay una ansiedad con el cuerpo de insatisfacción debido a las múltiples imágenes que nos dan los medios, el cuerpo ha dejado de ser un destino y se convierte en un proyecto personal.

-Esta descorporización de una imagen que no es la tuya, ¿no plantea conflictos?

-Hay personas que juegan a la fascinación de ser otros y a la hora que se citan para entablar una relación cara a cara se decepcionan: no se les mueve una sola hormona. Pero Internet es un espacio interesante para la gente joven que está construyendo su identidad.

-¿Puede convertirse en una prisión?

-Hay gente que se engancha, a veces es peligroso cuando no distingues esta realidad transicional de la realidad "real", pueden quedar atrapados en un juego de fantasías. Leí que un matrimonio joven se divorció porque el chico mantenía una relación erótica virtual con una chica a miles de kilómetros por Internet... no tenían relaciones sexuales pero existe otro objeto erótico y era tangible, no sólo ficción.

-Internet plantea la posibilidad de que no seas tu cuerpo, siéndolo, ¿no es medio loco?

-La anorexia, la bulimia y todas estas cosas están vinculadas con la idea que tu cuerpo es un proyecto: existe una posibilidad tecnológica y visual de cambiar tu cuerpo y por eso se produce ansias. Esta idea de que tú eres un cuerpo y que a través de él te relaciones con el mundo, ha cambiado.

-¿Por qué el cuerpo es tan importante ahora?

-Hay alguna gente que dice que ante la imposibilidad de cambiar el mundo, la alternativa es cambiar tu cuerpo. Por otro lado, los arquetipos de la sociedad, los mandatos en relación a lo corporal son tan fuertes, que la gente intenta parecerse a esos ideales. Las modelos, por ejemplo, son arquetipos vivientes. La imagen hoy lo es todo, la posibilidad de tener éxito pasa por tu cuerpo.


(*) De Perú.



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