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La insignia
16 de julio del 2001


Mundo mágico


Emilio Adolfo Westphalen
Presentación de Rocío Silva Santisteban.


Hace cinco años Emilio Adolfo Westphalen golpeó con su bastón a un fotógrafo inoportuno que no lo dejaba terminar de leer un poema con sus abrumadores disparos. "Más respeto" gritó con los puños apretados desde su silla de ruedas. Precisamente hoy cumple 90 años y una forma de respetarlo es obviar los disfuerzos de denominarlo el "mayor poeta peruano vivo", lamentable calificativo, y difundir algunos de sus poemas. Westphalen es intenso y sutil al mismo tiempo, posee el desparpajo de jugar como quiere y cuanto quiere con las formas y el lenguaje; además nos enseña que a la poesía no siempre hay que tomarla en serio sino burlarse de ella y de uno, arrancarle las metáforas y gozarla desnuda.


Mundo mágico

Tengo que darles una noticia negra y definitiva
Todos ustedes se están muriendo
Los muertos la muerte de ojos blancos las muchachas de ojos rojos
Volviéndose jóvenes las muchachas las madres todos mis amorcitos
Yo escribía
Dije amorcitos
Digo que escribía una carta
Una carta una carta infame
Pero dije amorcitos
Estoy escribiendo una carta
Otra será escrita mañana
Mañana estarán ustedes muertos
La carta intacta la carta infame también está muerta
Escribo siempre y no olvidaré tus ojos rojos
Es todo lo que puedo prometer
Tus ojos inmóviles tus ojos rojos
Es todo lo que puedo prometer
Cuando fui a verte tenía un lápiz y escribí sobre tu puerta
Esta es la casa de las mujeres que se están muriendo
Las mujeres de ojos inmóviles las muchachas de ojos rojos
Mi lápiz era enano y escribía lo que yo quería
Mi lápiz enano mi querido lápiz de ojos blancos
Pero una vez lo llamé el peor lápiz que nunca tuve
No oyó lo que dije no se enteró
Sólo tenía ojos blancos
Luego besé sus ojos blancos y él se convirtió en ella
Y la desposé por sus ojos blancos y tuvimos muchos hijos
Mis hijos o sus hijos
Cada uno tiene un periódico para leer
Los periódicos de la muerte que están muertos
Sólo que ellos no saben leer
No tienen ojos ni rojos ni inmóviles ni blancos
Siempre estoy escribiendo y digo que todos ustedes se están muriendo
Pero ella es el desasosiego y no tiene ojos rojos
Ojos rojos ojos inmóviles
Bah no la quiero

(de Belleza de una espada clavada en la lengua. Mexico, 1980.)


¿Para qué poetas en tiempos de miseria?

...me desaliento con frecuencia; recuerdo la angustiada pregunta de Hölderlin en uno de sus poemas, "¿para qué poetas en tiempos de miseria?" ¿No habrá esperanza? Tal vez la reacción más sana sea la actitud de las víctimas del Terror durante la Revolución Francesa. Mientras esperaban turno para ser conducidas a la guillotina se despreocupaban de la amenaza como si no les atañera en absoluto. Hacían en lo posible su vida ordinaria, escribir cartas o versos, enamorarse u odiarse, no mirar para atrás ni para adelante, vivir día a día en la plenitud del presente. Puede que alguno de vosotros me ofrezcáis soluciones más esperanzadas y menos estoicas. Yo me atengo a la sabia propuesta de los organizadores de este Encuentro. Todavía existe la buena poesía, juntémonos a su alrededor y oigamos lo que nos dice. El volcán ruge, mientras ruja tenemos tiempo para la danza, el canto, la poesía, si viene la lava nos cogerá en nuestro mejor momento.

(Palabras inaugurales del «Encuentro con la Poesía Hispano Americana», realizado en Lima en junio de 1994.)



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