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11 de enero del 2001 |
La creíble y vera historia de Kalimán, el hombre increíble
César Güemes
El único superhéroe mexicano: Suena fuerte y lo es. No ha habido en toda la existencia de la historieta mexicana un éxito nacional comparable al que tuvo y mantiene la publicación Kalimán. Un solo dato bastaría para sostener la afirmación: hasta la fecha, y desde que comenzó a circular semanalmente en 1965, el cómic ha vendido mil millones de ejemplares.
Pero esos mil millones repartidos en los más variados seriales de aventuras del personaje no impiden que su gusto entre el público tenga una explicación concreta, lógica, acorde con la idiosincrasia que nos caracteriza. Vamos, la cifra es muy elevada y tan sólo equiparable a los grandes éxitos de marketing que provienen del mercado editorial estadunidense. Kalimán, por su parte, llegó a los puestos de periódicos cuando en el mexicano domicilio el índice de analfabetismo era considerablemente más amplio de lo que hoy campea. Y, sin embargo, a partir de un fenómeno de comunicación que poco tiene que ver con la publicidad o el "mercadeo" modernos, ha sobrevivido ya 35 años, impasible ante los embates de cualquier historieta trasnacional que pueda conseguirse en nuestro país. Lejos del chovinismo, el hecho de que el 17 de noviembre de 1965 se haya realizado el primer tiraje de la revista con un total de 100 mil ejemplares, y a media semana fuese necesario imprimir otra suma considerable por la demanda de los lectores, merece la pena de formularse varias interrogantes y encontrar sus consecuentes respuestas. De dos de ellas se pueden desprender las secundarias del presente texto: ¿a qué podemos atribuir la buena suerte con que ha corrido el personaje desde su nacimiento? Y, desde luego, aunque no sólo como curiosidad periodística, ¿a quién pertenecen los derechos de impresión de un cómic a la vista tan entrañable para México? La radio como fuente materna: De la imaginación de Modesto Vázquez González y Rafael Cutberto Navarro vino a nacer con el nombre de Kalimán el sujeto que nos ocupa en el año de 1963. Hoy el serial clásico se lanza al aire a través de una veintena de emisoras a lo largo de la República. En su primer momento lo hizo sólo en una, entonces llamada RCN, hoy parte de lo que es Radio Red. Desde el inicio consiguió una buena cantidad de seguidores debido a las adaptaciones que hizo Víctor Fox de los argumentos de Vázquez y Navarro. En la radio nacional de ese periodo, vale recordar, la hegemonía estaba ya en manos de la XEW, estación que llevaba a sus estudios bautizados como Azul y Oro, y Verde y Plata, a lo más granado de cantantes y actores de la llamada época de oro del cine mexicano. Competir con personajes de la locución como Pepe Ruiz Vélez o el todavía en activo Héctor Martínez Serrano, requería de apostar por la diferencia. Ciertamente, RCN contaba entre sus filas a un serial importado de Cuba para dar la batalla en contra del consorcio de la calle de Ayuntamiento, La tremenda corte, con actores o "voces" de primer orden: Leopoldo Fernández, Aníbal de Mar y Mimí Cal en los papeles principales. Sin embargo, dejar el rating en manos de Trespatines, por magnífico que fuera el personaje y por relativamente lejano que fuera su acento caribeño, era excesivo, sobre todo porque la XEW transmitía en horario estelar, es decir, a partir de las 14 horas, diversas radionovelas que se llevaban la mano de los radioescuchas. Ante ese panorama, RCN no tuvo más que apostar por la imaginación a tope: un personaje creado en México que viviera en un lugar indefinido pero cercano paradójicamente al lejano Oriente y a Egipto, acompañado de un niño-discípulo y cuyas hazañas mezclaran la ciencia ficción, excelente para la radio, con las más conocidas tradiciones y leyendas nacionales. Así nació Kalimán, llamado "el hombre increíble", acompañado siempre por Solín, un púber que se mantuvo como tal hasta que la serie dejó de grabarse. De este modo, bajo la dirección de Marcos Ortiz, la emisora salió al aire con la voz protagónica de Luis Manuel Pelayo como Kalimán, Luis de Alba en el papel de Solín, y como narrador, responsable de crear al menos la mitad de la atmósfera auditiva, el locutor y actor Marcos Ortiz. Este fue el caldo de cultivo de lo que sería luego el semanario más leído del país entero. Un superhéroe sin superpoderes: Ricardo Jiménez Todd es uno de los dos especialistas mexicanos en el tema. Según declara para este reportaje, la excelente recepción que desde el inicio tuvo la versión impresa de Kalimán se debe a que "no es un superhombre, sus 'poderes' teóricamente los podemos alcanzar todos con disciplina y voluntad, de tal manera que representa realmente al ideal humano dedicado al ejercicio físico y al desarrollo intelectual. Además, Kalimán no se disfraza de mundano para luego convertirse en superhéroe. No tiene necesidad de ocultarse tras una segunda personalidad. Todo esto, además de lo original y universal de sus aventuras, lo convierten en un ser fascinante y admirable, que cautiva lo mismo a personas de todas las edades, clases sociales y ambos sexos. El formato diseñado para capítulos semanales, o diarios en el caso de la serie radiofónica, en los que la intriga queda siempre vigente, hace que la 'adicción' a nuestro personaje sea del nivel que actualmente es". Ante la pregunta de cómo se explica uno de los más grandes coleccionistas del cómic, que éste viva cómodamente de sus rentas pese a la existencia de semanarios similares importados, responde Jiménez Todd: "Muchos de los lectores aficionados actuales somos personas de 35 años, poco más o menos, que vivimos en la infancia la época dorada de Kalimán, y esto se convierte en un elíxir de nostalgia difícil de resistir. Otros de los aficionados son gente trabajadora que no puede dedicar mucho tiempo al ocio recreativo y aprovecha las entregas del serial para este fin, donde Kalimán ocupa el indiscutido primer lugar. El tercer grupo en importancia de aficionados corresponde a gente humilde, que difícilmente se gasta un dineral en tarjetitas de Pokémon o revistas caras como Supermán; Kalimán actualmente cuesta sólo cuatro pesos. Pero aún así, el resto de los niños y jóvenes, cuando se les expone al personaje, se ven muy atraídos y no es difícil que se tornen en aficionados también." Es el propio Ricardo Jiménez Todd, investigador especializado dentro del comic mexicano en la variante de Kalimán, quien descubre uno de los que pueden ser los secretos mejor guardados del semanario: la identificación que ocurre, independientemente de la edad, entre el personaje Solín y el lector. Ahí reside, según Todd, uno de los pilares de la aceptación masiva que ha tenido. En sus palabras, recogidas para este reportaje, señala: ''Kalimán utiliza un método fascinante que no descubrí sino hasta estas fechas en que me he dedicado a estudiar el fenómeno. Solín, su pequeño amigo, no es otro sino que el mismo lector". -Es un buen hallazgo: Solín como el reflejo de quien desea aprender de un profesor que gusta de acercarse, así sea tangencialmente a la filosofía y a las llamadas artes marciales. -Sí, cuando Kalimán quiere dejar una enseñanza a los niños que leen o escuchan sus aventuras, se dirige a Solín. El niño en ocasiones participa ayudando a Kalimán, con lo cual queda satisfecho el ego personal de nosotros al sentirnos parte de la solución. Ese es un logro de sus creadores que me parece de lo más interesante porque explica una de las razones a las cuales se debe que fuera tan aceptado. Sin violencia y sin alcohol: Desde luego es natural sospechar que las peripecias del personaje fueran susceptibles de repetirse, ya sea por cansancio de sus creadores o por el éxito de una estructura narrativa probada. Sin embargo, Jiménez Todd encuentra una salida a este argumento: ''Kalimán mantiene y mantendrá un aspecto muy romántico de la literatura de folletín. El dueño actual del personaje mantiene la idea de que el principal objetivo de esta subdivisión es formativa y de entretenimiento. Aunque ya se exploran nuevas formas de difundirlo y comercializarlo, como es el juego para computadora que está a punto de lanzarse al mercado. Aclaro que nunca se ha intentado explotar indiscriminadamente su fuerza pública para fines comerciales. Una prueba de esto es que nunca verás un anuncio de cerveza, licor, cigarros, armas, pornografía ni nada parecido en las revistas de Kalimán." Y sin un estudio formal: Así como el carácter del personaje y la política de la empresa que lo edita no lo hace candidato a anunciar cierto tipo de productos, tampoco ha recibido Kalimán un tratamiento decoroso en cuanto a su historia, su efecto en el público o su actual presencia. Otro tanto ha ocurrido, salvo excepciones que hacen más bien un compendio que un análisis crítico, con personajes del comic mexicano de indiscutible renombre: Chanoc, Memín Pinguín, Aguila Solitaria o La Familia Burrón. El arte del sepia: Hasta aquí tenemos ya casi todos los elementos que dieron por fruto al semanario que nos ocupa. Falta, sin embargo, dar crédito a quienes llevaron al color sepia las aventuras de Kalimán. Víctor Fox conservó su puesto como guionista luego de los dos años que pasaron entre que se transmitió la primera emisión del serial y que apareció el primer número impreso del comic. Pero la ausencia de las voces en el medio editorial, fue si no superada sí equiparable gracias al trabajo de dibujantes profesionales. Cabe destacar en este momento que la actual versión que se tiene cada siete días en los puestos de periódicos dista mucho de la calidad que al nacer para la vista le confirieron con su impecable desempeño personas como Leopoldo Z. Salas, responsable del trazo, fondo y tono del superhéroe mexicano. Fue él quien le imprimió el característico tono sepia que por vía distinta gozaron Memín Pinguín y el melodrama editado de Lágrimas y Risas. A Salas se le unieron pinceles como los de Heladio Velarde y José Luis Gutiérrez, que en distintos momentos se hicieron cargo de las espectaculares portadas que dejaban sin oportunidad a Batman, El Hombre Araña o el mismo Supermán. El entintado del Kalimán original fue de Cristóbal Velazco, mientras que Navarro y Vázquez González se dedicaban a generar historias que después de Fox fueron adaptadas por Jorge Díaz de León. Ese fue el equipo que semana a semana desde su primera entrega hasta que se desintegró y algunos de sus miembros fallecieron, incluido el propio Modesto Vázquez González, convenció al público lector de historietas que apostar por un personaje nacional, así viviera sus lances como una especie de exiliado literario, valía la pena. Y tan lo valió que a lo largo de la emisión semanal se han publicado ediciones especiales, ya por su tamaño, ya por su colorido o duración de la anécdota. De este modo tenemos las versiones impresas tituladas Grandes aventuras (1983), Kalicolor (1987), Kalimán de lujo (1989), Kalimán gigante (1993) y Libro Kalimán (1994). Después de esta última fecha las entregas semanales sufrieron un impasse y que para fortuna de los asiduos al personaje fue solventado de forma que la historieta reanudó su vida normal a partir de octubre de 1998. El factor Solín: Antes de llegar al cierre de este reportaje con la respuesta a quién goza de los derechos del personaje y la opinión de tan singular miembro de la cultura impresa, continuemos desvelando los resortes ocultos que hacen de la revista una de las preferidas de los lectores a ya largos 35 años de que apareciese por vez primera. Al también ensayista Javier Delgado, el otro de los dos únicos especialistas que sobre Kalimán hay en México, lo que más le seduce del personaje es su reminiscencia de caballero medieval, por una parte, y su relación fraternal con el personaje Solín, por otra. Así lo explica: ''Somos latinoamericanos y Kalimán encarna el ideal de la hombría del mexicano y de muchos habitantes de América Latina: respeta siempre a las mujeres y protege a los niños; curiosamente, lo más valioso que tiene no es su riqueza que radica en gran medida en sus conocimientos, sino su honor. Es un caballero galante, con dejos de ternura pero implacable en cuanto se trata de batirse por una causa, noble desde luego entendido esto como en beneficio de una persona o un grupo que se vea desprotegido o amenazado. La entrada del programa radiofónico lo define muy bien y casi lo dice todo. ¿Quién no querría conocer o tener cerca de alguien así? La relación de Kalimán y Solín, por su lado, no es la de maestro-aprendiz, sino de padre-hijo. Es una relación abierta, de camaradería, enseñanza y juego." Puede considerarse una licencia entre lírica y pedagógica de sus creadores aquello de las lecciones, pero Delgado lo ve de otra forma: ''Los autores aprovecharon la popularidad para repetirnos una serie de enseñanzas que siguen siendo vigentes, y que en esencia dicen 'piensa antes de actuar' o 'evitar los hechos violentos' bajo el llevado y traído lema de 'serenidad y paciencia, mi querido Solín, siempre hay un camino cuando se sabe mirar con los ojos de la inteligencia'. Esto se repitió hasta el cansancio en cada uno de los ejemplares, los seriales de radio y sus dos películas." -Lo que ocurre con la actual publicación es que sí se repite, no por la vía del autoplagio sino de la reiteración de aventuras ya editadas. Replica Javier Delgado: -Eso se permite merced a que el personaje ya es parte de la cultura popular. Muchos no saben que se está reeditando, aunque la calidad de la revista deja mucho que desear si comparamos el inicio con el comic actual. Pero una cosa me queda muy clara: el público que lee el comic extranjero no es el que lee Kalimán. La historieta se encuentra arraigada en lo que hoy son las clases medias y sin duda a los trabajadores cuya remuneración es de las más humildes del país. El público que puede pagar 4 pesos por una revista, que ante el salario mínimo distan mucho de los 10 a 20 pesos que cuesta un comic extranjero, es muy definido y definitorio. Esa es la raíz de su popularidad. Son aventuras exóticas y hasta podría admitir que pueden funcionar para escaparse de la realidad, pero al mismo tiempo resulta que esos mundos lejanos e imaginarios son comprensibles para la mayoría de sus lectores y de quienes nunca lo han leído. Entonces, hay una relación de orden sociológico entre el personaje y sus seguidores. En palabras de Delgado: ''Lo mismo en Calcuta, Egipto o la India, los amigos de Kalimán son siempre los pobres, los que están en desventaja ante un sistema que los mantiene así o los ignora. Sin embargo son supervivientes que pese a la adversidad mantienen la esperanza. Lo mismo en México, Colombia, Perú o Venezuela siempre hay personas que se identifican con estas condiciones. Se escapa de su realidad, pero no tanto que su existencia se vuelva pura fantasía". Un personaje capaz de vivir en la imaginación colectiva y en el mundo real y constante de los programas radiofónicos o de las ediciones impresas, despierta, por último, una duda: ante el éxito del producto, ¿quién es su dueño, poseedor o tenedor de los derechos? Esa es parte de la historia que se encuentra detrás de la ficción y que, para fortuna del desarrollo del personaje, es transparente. Adaptadores adaptados: Quién sabe si Kalimán, luego de sus orígenes ciertamente románticos por su paso en la radio, con su singular estilo desarrollado en principio por Víctor Fox, después por Clemente Uribe Ugarte, y luego su traducción al sepia del comic esté por convertirse en una empresa que reitera sus mensajes y puede vivir de glorias pasadas. El investigador Javier Delgado, fiel al personaje al que ha dedicado años de estudio y de coleccionismo, defiende una postura distinta y también verosímil: ''La cultura de la televisión nos impone una serie de valores, un código de conducta y uno visual. En el proyecto de la serie animada, que por cierto está en 'animación suspendida', se trató de buscar una nueva imagen, más acorde con esta nueva cultura pero sin quitar el pie en la generación anterior, pues la ruptura no sería válida. ''La estructura básica del semanario se mantiene, pero se busca dar una mejor explicación a los fenómenos que ocurren al interior de las aventuras del personaje. Es por eso que se han introducido elementos que hace 30 años eran increíblemente fantásticos para el público en general, pero que ya estaban planteados en la literatura con mayúsculas. ''Ahora se exige una mayor vida interior a los personajes, las mujeres tienen un papel mucho menos dependiente, los finales de suspenso tienen que ser más sofisticados y se deben evitar las falsas expectativas. Sin embargo, el arraigo que tiene Kalimán todavía le da muchas posibilidades de crecimiento. En el fondo, todos esos ingredientes están en la historias de Kalimán y en su época se tuvieron que adaptar a lo que se consideraron las necesidades del público de los años setenta, por dar un ejemplo de fecha y de los cambios que tuvieron que meter los adaptadores o guionistas." -Hemos dicho en este reportaje que existe escasa información específica sobre Kalimán. Es posible encontrar una gran cantidad de lectores en al menos tres generaciones, pero los estudios sobre el impacto del personaje brillan por su ausencia, ¿a qué lo atribuyes? -A que en los años sesenta y setenta, hitos del auge de Kalimán, la historieta, que aún no recibía el nombre culterano de comic se consideraba algo para personas poco ilustradas. ''Kalimán estaba y está orientada a la clase trabajadora y dentro de ella a lectores varones. Además no resaltaba, porque no le era preciso atacar el mercado por ese flanco, ningún valor nacionalista de los que estaban de moda en esos años. Luego, pese a que el personaje es mestizo, como se explica en su genealogía, las portadas lo mostraban como un blanco casi anglosajón. ''En el fondo los mexicanos aún tenemos un complejo que asocia el color de la piel con el status económico y nos rehusamos a aceptar que existe ese prejuicio. ''Así que para los intelectuales Kalimán era un mero personaje escapista y de pretensiones extranjerizantes. Lágrimas y Risas, con todo y el tipo de valores que difundía, se supone que albergaba pretensiones más literarias y por eso es una historieta muy mencionada.'' Para desdicha de la posible aceptación de Kalimán dentro del comic, continúa Delgado, ''cuando los intelectuales comenzaron a hacerle caso se le trató de ver con una lente intelectual que no poseía, no correspondió nunca a los valores que quisieron buscar en la propuesta. Se le clasificó de literatura de escape sin considerar un paralelismo, por ejemplo, con Rice Burroughs, creador de Tarzán. Irónicamente es más fácil hallar a un mexicano de la clase trabajadora que se identifique con Kalimán que con cualquier otro personaje de historieta. Así que a pesar de los escenarios fantásticos, el mundo de Kalimán es reflejo de la sociedad". Un requiebro en el cine: Eso fue el paso del personaje cuando se lo llevó al celuloide. Pese a las buenas intenciones de sus realizadores, la cintas dedicadas a trasladar la historieta a la pantalla fueron vistas más con devoción que con ojo crítico por sus seguidores. La recreación interna a que motivaba el serial radiofónico, la experiencia compartida y casi cómplice a que invitaba la historieta vuelta comic, se desvaneció en el cine. Sin embargo, las dos producciones con el personaje y sus aventuras al menos merecen el beneficio del registro. La primera, basada en la saga Los profanadores de tumbas, lleva en los créditos de filmación el año de 1972 y se tituló Kalimán, el hombre increíble. Con dirección de Alberto Mariscal, el papel estelar recayó en Jeff Cooper, mientras que Solín fue interpretado por Nino del Arco. La segunda, Kalimán en el siniestro mundo de Humanón (1976), cumplió con la ambición visual del mismo Mariscal al incluir locaciones de México y Brasil, hacer que repitiera porque daba el tipo Cooper aunque, asuntos de la biología, como ya no alcanzaba a representar la edad el joven Del Arco, Manolito Bravo se puso los zapatos de Solín y Milton Rodríguez los de Humanón, uno de los acérrimos enemigos del superhéroe mexicano. La cinta se basó en la aventura Los cerebros infernales. Acaso hablar de estas realizaciones cinematográficas nos sirva al menos para dedicar un mínimo apartado a los seres sin los cuales Kalimán no viviría para contarlo: además de Humanón, sus rivales, por orden de capacidades malévolas pueden ser Kardo, el Conde Bartok, la Bruja Blanca, Karma, la Araña Negra y su némesis por excelencia, Namilak, que no es sino Kalimán escrito al revés y que simbolizaba a un ser con las capacidades de nuestro personaje sólo que aplicadas a tareas delictivas. El dueño del juguete: Se llama Modesto Vázquez, como su padre, uno de los creadores del personaje, tiene al menos 35 años prestando sus servicios para Promotora K, SA. Sus inicios, al lado de Vázquez padre, fueron en el departamento de archivo y hoy es vicepresidente de la compañía. -Es usted difícil de encontrar, señor Vázquez. ¿Cuál es la historia de los derechos del personaje?, ¿en manos de quién están y en virtud a qué procedimiento? Modesto Vázquez hijo explica que a la muerte de uno de los creadores de Kalimán, Rafael Cutberto Navarro, éste ''cedió en favor de mi padre sus derechos, luego, por desgracia, mi padre falleció, y éstos fueron reclamados por mi madre. Así que ella, mi hermano y yo somos legítimos propietarios del personaje y la historieta". -Hoy el público es muy distinto al que de forma original se dedicó la serie de radio y el semanario impreso. ¿Cuál es el secreto para mantenerlo con vida? -El personaje siempre ha estado a la vanguardia en los adelantos científicos. Se actualiza conforme pasa el tiempo. Además sus planteamientos lógicos, sin saltos bruscos, mantiene al lector atento a cuestiones ajenas a la ''normalidad" diaria. -¿Literatura de evasión? -De ningún modo, literatura popular, sencillamente. Modesto Vázquez hijo revela que Kalimán no vive cómodamente de sus rentas, puesto que ''se ha visto muchas veces afectado por comics extranjeros: novedades que llaman la atención y desaparecen a gran velocidad, como fantasmas, víctimas de sus espectaculares logros. ''Se confían y resbalan sobre la miel de su orgullo. Kalimán es una revista sencilla, siempre lo fue y lo será: no tenemos historias grandiosas o dibujantes con extravagancias, por eso estaremos siempre en el gusto de la mayoría. Si las cifras del inicio del presente texto eran mayúsculas, y lo fueron ya desde el comienzo de la publicación, hoy no lo son menos gracias a los múltiples aficionados que un solo ejemplar puede tener.'' Según el dato que revela Vázquez hijo, pese a que el tiraje exacto siempre será propiedad sacra de los dueños de medios impresos, resulta de enorme consideración: ''Sabemos que semanalmente cada ejemplar es leído al menos por cinco personas, así que a tiraje actual estamos hablando de 700 mil a 800 mil lectores, entiendo que mayormente del sexo femenino, cuya edad oscila entre 15 y 45 años". Kalimán para muchos años: No podemos cerrar esta indagatoria sobre el único superhéroe mexicano, sin preguntarle a Modesto Vázquez hijo acerca del periodo vital del personaje. -¿Morirá Kalimán, finalmente? La respuesta del dueño de los derechos de la revista y del propio Kalimán es cortés, pero explícita: -No, mientras yo viva. |
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