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19 de marzo del 2008

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Iberoamérica
Chile

Los ricos están bien


Arnaldo Pérez Guerra
La Insignia. Chile, marzo del 2008.

 

El Banco Central de Chile había proyectado una inflación de un 2,3 para el 2007 y un crecimiento de 6,25%. Pero la cifra real triplicó la estimación y el crecimiento no alcanzó lo esperado por los economistas, empobreciendo más a la población, principalmente a los sectores populares que vieron aumentar su pérdida de poder adquisitivo. La cifra de inflación del 2007 fue de un 7,8 por ciento. El Banco Central elevó la tasa de política monetaria desde un 5 a un 6 por ciento anual, lo que acrecentó el endeudamiento de los chilenos. Paul Walder, periodista económico, señala: "A noviembre, la tasa anual para las tarjetas de crédito alcanzaba hasta un 49 por ciento en el caso de Presto, o una tasa similar para un crédito de consumo de 500.000 pesos en la financiera Atlas, del Banco de Chile. En otras palabras, por cada millón prestado, el prestamista recibe un millón y medio. ¿Servicio financiero? Tal vez simple usura. Porque las ingentes utilidades de la banca y de las casas comerciales son de una claridad palmaria", advierte.

Según el Ministerio de Planificación durante 2007, sólo un 13 por ciento de la población se mantuvo en la pobreza. Cifra engañosa como mínimo, y es que el 2007 fue año de alzas. Los combustibles subieron en un 18 por ciento. Frutas y verduras frescas, en más de un 50%. El resto de los alimentos también aumentó su precio. La alimentación para las familias pobres significa la mitad del gasto total mensual de su exiguo presupuesto. Uno de los artículos de consumo que más subió fue el pan que durante el año pasó de 600 a más de 850 pesos. Y sigue subiendo. Una familia consume en Chile más de 35 kilos de pan al mes. La leche alzó su valor en un 50 por ciento y más. La alimentación encareció como promedio en un 15 por ciento el presupuesto familiar durante 2007, según datos oficiales.

La leche encabezó el alza, que también afectó al queso y otros productos lácteos, huevos, porotos, manzanas, pimentones, repollos, papas, tomates, lechugas, cebollas y arroz. La canasta básica de CEPAL -para satisfacer necesidades alimentarias mínimas de una persona, 2.176 calorías diarias-, incluye 53 productos esenciales. Es la misma canasta que usa el Ministerio de Planificación para fijar la línea de pobreza e indigencia. Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), mientras el quintil de más altos ingresos destina en promedio el 18,3 por ciento de su presupuesto a alimentos, el quintil más pobre, destina el 43,6 por ciento y más. Y el gasto promedio en alimentos del total de hogares es del 26,7 por ciento. La leche fresca y en polvo aumentaron su precio de forma alarmante, al igual que otros productos de impacto relevante en el presupuesto, como el arroz y el azúcar -en Chile se consumen, en promedio, 4 y 7 kilos al mes, respectivamente-.

Otras alzas se registraron en los servicios básicos y en los gastos de vivienda (arriendos y dividendos), que subieron en un 12 por ciento promedio, según el INE. El agua potable aumentó su costo en un 5,4 por ciento. El gas, casi un 30 por ciento, y la electricidad, un 41 por ciento. "Con las alzas pasadas y las que vendrán durante el año en curso, la electricidad acumularía un incremento del 50 por ciento, progresión relacionada en parte con el aumento en el precio internacional del petróleo -durante los primeros días de enero tocó la marca de los cien dólares el barril- que, según la Comisión Nacional de Energía, no tiene aún señales de estabilización", dice Paul Walder. Chile posee las tarifas más altas de América Latina, triplicando las de Colombia, Ecuador, Brasil y Uruguay. En Venezuela y Bolivia las tarifas están congeladas. Chile las supera en diez veces, según el diario El Mercurio. En noviembre de 2007, la electricidad subió un 15% para los clientes del Sistema Interconectado Central (SIC). El alza impactó con mayor crudeza a Santiago y Valparaíso, con un 19 y 20 por ciento, respectivamente. En abril las tarifas subirán otra vez.

"Nuestra economía está bien, repite el gobierno, lo que significa, al revisar algunos números, que los ricos están bien. La economía chilena 'blindada', eslogan espurio repetido por los hombres de Hacienda de la Concertación, desde Foxley a Velasco, sólo protege a las corporaciones. No hay blindaje para el encarecimiento de los alimentos, tampoco para el alza de las hipotecas ni de los servicios básicos. Sí lo hay, y así las cifras lo demuestran, para mantener la buena ceba empresarial. En la Bolsa de Comercio de Santiago los grandes siguen ganando a manos llenas. A septiembre de 2007 -últimos resultados publicados- Copec lideraba las ganancias, con una suma sideral de 385.858 millones de pesos, cifra que resultó ser un 15 por ciento más alta que la obtenida un año atrás. Más atrás, pero muy arriba, estaba el Banco Santander, con utilidades por 237.872 millones, CMPC (Papelera), con 188.389 millones, cifra que creció ¡un 128 por ciento! respecto a las ganancias que tuvo en septiembre del 2006", dice Walder.

El retail también aumentó sideralmente sus ganancias: Cencosud (dueño de Jumbo, Almacenes Paris y Santa Isabel y otros) obtuvo 157.730 millones, un alza de un 100 por ciento más que en septiembre de 2006. Falabella obtuvo 137.248 millones. "El crédito, o, con más exactitud, el consumo mediante el crédito, como se observa en la banca pero principalmente en las casas comerciales, ha inflado las utilidades de estas compañías. Han sido también estas empresas las que protagonizaron durante el 2007 las principales fusiones y adquisiciones, en no pocos casos bajo la polémica y la impugnación de los organismos reguladores. Bien se sabe, y la Fiscalía Nacional Económica lo ha señalado con claridad, que la mayor concentración de los mercados genera perjuicios para los pequeños y no tan pequeños proveedores, en la competencia más débil y en los consumidores."

Ya comenzó a operar la fusión de los bancos Edwards y Citibank -de propiedad del grupo Luksic, también dueño del Banco de Chile-. Falabella sigue empeñada en su fusión con D&S, creando un monstruo que verá aumentar sus ganancias tras el control del mercado del retail y los supermercados. Cencosud anunció la compra de la cadena de supermercados Wong en Perú por 500 millones de dólares. Falabella, inversiones por 2.500 millones de dólares. Farmacias Ahumada compró la cadena de farmacias Benavides de México.

Pero el crecimiento de los créditos de consumo subió sólo un 9 por ciento. Un año atrás crecía a un 22 por ciento: "Puede ser un agotamiento de esta actividad, que tendrá sus efectos en las personas pero también en la banca. Las personas, altamente endeudadas y crecientemente empobrecidas como consecuencia de la inflación; los bancos, sin nueva clientela para hacer sus buenos negocios".

El alto nivel de explotación a que son sometidos los trabajadores incluye a un elevado número de niñas y niños, obligados a trabajar para llevar algo de dinero a sus familias que sobreviven la pobreza y la indigencia. Según cifras oficiales del Ministerio del Trabajo 197.000 niños trabajan en Chile: 18.000 niños tienen una jornada laboral que supera las 49 horas por semana. 13.000 niños trabajan en la calle. 23.000 niños trabajan de noche. Pero en esas cifras no se incluye a los niños que viven y trabajan en la calle y los que deben ejercer, a su pesar, el comercio sexual. Más de 3.700 niños y niñas son víctimas de explotación sexual, según las estadísticas. La UNICEF dice que en Chile trabajan más de 230.000 niños y niñas entre los 5 y los 7 años. Más del 70 por ciento de ellos abandonan la enseñanza primaria, no llegan a la enseñanza media. Es el jaguar latinoamericano.

 

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