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12 de diciembre del 2007

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Iberoamérica
España

Pirómanos que se disfrazan de bomberos


José Luis López Bulla
Metiendo Bulla / La Insignia. España, diciembre del 2007.

 

Hace días que estoy observando la reedición de viejos hábitos en ciertos medios y en determinadas personas. Unos medios de comunicación afirman que Fidalgo está preparando las condiciones para acercar su sindicato al Partido Popular; otros afirman que la ausencia de Comisiones Obreras en la manifestación barcelonesa del 1 de diciembre se debe a la obediencia de dicho sindicato al PSOE. Comoquiera que ambas afirmaciones son contradictorias, la primera conclusión es que alguien está desinformando a queriendas y sabiendas. También cabe la aproximada posibilidad de que quienes propalan tales informaciones no tengan los tornillos de sus cabales regularmente ajustados. En todo caso, sea como fuere, ninguna de ambas versiones explica los argumentos de lo que dicen. Tal vez porque desinformar no requiere argumentación alguna y no tener la cabeza medianamente ajustada impide el hecho de razonar. Pues bien, ¿dónde está el gato, quiero decir, el problema? Helo aquí.

Si alguien mantuviera la vieja hipótesis de Comisiones-sindicato comunista la hilaridad sería superlativa. Así pues, hay que cambiar de registro. Por una sencilla razón: según las antañonas creencias, lo que no se perdona en un sindicato es su carácter independiente, esto es, ser él quien decide -y sólo él-- sus líneas de comportamiento. Todo poder extraño al sindicalismo pretende que éste sea un sujeto cooptado, una prótesis, un mandao, un monaguillo, bien por separado o todo a la vez. Cuando aquel, no sólo se resiste sino que reafirma su propia personalidad, reaparecen las perplejidades ante ese seguir siendo independiente. De manera que, ante cada posición que tome el sindicato no compartida por Anás, éste dirá que Comisiones es amiga de Caifás; y si es al revés, Caifás dirá desparpajadamente que el sindicato depende de Anás. Porque ninguno de estos dos sacerdotes concibe que un sindicato quiera ser y sea independiente. Cosa que, también en esta ocasión barcelonesa, se ha puesto de manifiesto. Es más, como bien recuerda Andrés Querol en L'esquerra davant de la manifestació de dissabte, el sindicato trató de generar un marco propio, junto a otros sujetos sociales, con la propuesta articulada en el Manifest per un servei ferroviari de qualitat. Me permito recordar que las propuestas de este manifiesto indican cualquier cosa menos seguimiento al PSOE o al Lucero del Alba. Es más, no son pocos los que hablan de que esa propuesta tiene verdadera enjundia.

Y puestos a hablar sin pelos en la lengua, diré que algunas formaciones políticas convocantes de la manifestación barcelonesa del sábado no podían aceptar `metodológicamente´ que el sindicato propusiera el mencionado Manifest. La razón es la siguiente: el partido político piensa que la primacía la tiene él. De manera que observe como una interferencia que el sujeto social se salga de sus competencias tradicionales: una vieja concepción segundointernacionalista que ha contagiado a dios y la madre.

Así pues, Comisiones no sólo no renuncia a la intervención sobre un problema tan agudo y lamentable como es el de las infraestructuras sino que -como ha quedado dicho antes- comparte con otros sujetos sociales la fatiga de un proyecto concreto para salir de la actual situación.

Por otra parte, algunos se inquietarán por su no presencia en la manifestación barcelonesa del sábado pasado. Posiblemente es una decisión discutible, pero hay algo más clarificador que su asistencia a la misma: ¿no es un poco cargante que en una manifestación contra el fuego estén del bracete los pirómanos y los bomberos? Es un lugar común que el actual estado de las infraestructuras tiene, también, sus raíces en antiguos comportamientos de quien ha gobernado Cataluña durante tantísimos años, esto es, el nacionalismo conservador? Y sin embargo, estos caballeros salieron a la calle a exigir explicaciones de lo, ciertamente, mal que están las infraestructuras. Lo dicho, me parece que es un poco jartible que, de manera frecuente, las derechas se disfracen de bomberos cuando han ejercido de pirómanos durante algunos lustros.


Apostillas finales. 1) Si alguien piensa que el sindicato se ha aislado debería prestar atención a los próximos procesos electorales en los centros de trabajo. Eso es lo que cuenta. 2) En mis años mozos discutimos ad nauseam lo que se llamaba, en aquellos entonces, "las relaciones partido y sindicato"; hoy eso no tiene razón alguna, pero tal vez tenga alguna utilidad debatir las relaciones entre el sindicato y la política (la política en general). Porque, estoy seguro, entre las conclusiones que se hicieran algunas formas de entender y hacer política recibirían algunos merecidos coscorrones. Dichos con naturalidad y buena educación, por supuesto.

 

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