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1 de julio del 2008

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Alterglobalización

UE

Energía y geoestrategia


Manuel Gómez Acosta
FSE. España, junio del 2008.

 

La nueva geografía de la energía: Nuevos escenarios

El transcurso del cambio del siglo XX al XXI, ha dibujado un nuevo escenario en el panorama global de la energía. El pasado siglo XX significó un mercado energético dominado por dos realidades: el Oriente Medio y la antigua URSS concentraban las fuentes de suministro, mientras que la demanda estaba liderada por EEUU y Europa Occidental, los dos grandes consumidores de energía.

Sin embargo en la última década, se ha producido un desplazamiento del centro de gravedad de la oferta energética hacia el norte, lo que ha supuesto un mayor protagonismo ruso, y un intenso crecimiento de los recursos energéticos en la región del Asia Central y el Mar Caspio, que han adquirido un gran protagonismo en ese ámbito. En la otra vertiente del mercado, desde el lado de la demanda aparecen dos nuevos consumidores gigantes: China y la India, que como consecuencia del auge de sus economías y su importante potencial demográfico, provocan un efecto telúrico en el panorama global de la energía.

Se produce pues en la última década un desplazamiento del centro polar del suministro Arabia Saudí de finales del XX, hacia un nuevo eje orientado hacia el Mar Caspio, que atravesando Rusia y su territorio asiático de Siberia, llega hasta el Canadá en la América del Norte, lo que los geopolitólogos han llamado el eje SCSC (Saudí-Caspio-Siberia- Canadá).

Esta reflexión inicial nos obliga a detenernos un momento en la aparición de Rusia como superpotencia energética, ya lo era pero ejercía su protagonismo en el pasado desde una vertiente más ideológica (URSS). Rusia después de una década de decadencia y estancamiento económico, vuelve hoy al escenario de gran potencia, utilizando sus credenciales irrebatibles: el 13% de las reservas mundiales de petróleo (segundo mayor exportador del mundo) y el 45% de las de gas.

La importancia estratégica del gas natural sitúa a Rusia en el centro del escenario de la "energía de la geopolítica" en el siglo XXI. Así lo hace saber el Presidente Putin invitado al Consejo Europeo del 20 de Octubre del 2006 celebrado en la ciudad de Lahti (Finlandia). Dentro de este nuevo eje energético, es digno de destacar el papel de Canadá que posee las mayores reservas del mundo en forma de arenas petrolíferas (bituminosas), se estiman en un total entre 1,7 y 2,5 billones de barriles, eso sí con mayores dificultades de recuperación en la extracción que el crudo convencional.

A pesar del importante papel que siguen jugando como suministradores de crudo, países como Irán, Irak, Africa Occidental, Brasil, Venezuela, Méjico y Argentina, será sin embargo el eje SCSC quién dominará la "geopolítica de la energía" en el siglo XXI

Protagonismo del Asia Central y Rusia

Detengámonos un momento en el papel de Rusia, en el centro de la energía en Europa y en el nacimiento de un "nuevo nacionalismo energético", como algún experto en política exterior ha apuntado muy certeramente "Rusia se renacionaliza".

La explosión de los precios de algunas materias primas (metales como el titanio que ha aumentado más un 180% o los hidrocarburos más de un 200%) han generado en Rusia un milagro económico, eso sí provocando serias dudas sobre su evolución y duración. Una situación envidiable que ha llevado a un crecimiento del PIB en el 2006 de más del 6,5%, con un superávit presupuestario del 7,5% y con unas reservas de cambio que alcanzaron los 250.000 Millones de dólares, lo que les permitió durante el 2006/2007 enjugar en unos meses la importante deuda exterior en el Club de París y al mismo tiempo incentivar la participación del Estado ruso en numerosos sectores estratégicos internacionales , como la aviación (EADS), la energía (Rührgas/Alemania, Centrica/ UK,..) o el acero (ACENOR/Unión Europea).

Es cierto que este "maná" no ha mejorado sensiblemente el nivel de vida de la población, pero sin embargo ha servido para aumentar la presencia y la participación del Estado en los diferentes sectores estratégicos (metales y energía) cerrados a la inversión extranjera.

Rusia desde finales de los 90 impulsa una importante opción estratégica de potenciación del eje Oriente-Occidente, que supone una mejora de las relaciones con Berlín y París y por otra parte estrecha vínculos con las potencias asiáticas: Pekín, Tokio y Seúl.

EE.UU contempla con recelo esta estrategia y propone dos triángulos de cooperación: uno que incluye en la zona de Asia-Pacífico (Rusia-China- USA/Japón) y un segundo dirigido a Occidente formado por Rusia-Europa- EE.UU. Es obvio que toda la estructura energética debería pivotar sobre los EE.UU, que además actuarían como "gendarme-controller" de esta doble estructura triangular. Esta estrategia genera profundas dudas e incertidumbres sobre su equlibrio y sobre todo su dinámica evolutiva: competencia, cooperación o conflicto. ¿Una nueva dinámica de "guerra fría", de disuasión mutua o de construcción cooperativa del mercado de la "energía".

La geopolítica de las infraestructuras

Surge en el escenario anteriormente descrito de Rusia como "superpotencia energética", la dinámica de la consolidación de este "rol" a través de la construcción de una "geopolítica de las infraestructuras".

Para poner en marcha su estrategia de potenciación del eje Oriente-Occidente, dónde Rusia sería su "centro polar", se diseña una red de infraestructuras energéticas (gasoductos y oleoductos), que exponemos de forma sucinta:

- Oleoducto de la amistad (Druzbha), que transporta el 25% del petróleo ruso a Europa Occidental, a través de Bielorrusia, dónde se bifurca al norte (Polonia y Alemania) y en el sur a través de Ucrania, a la Republica Checa, Eslovaquia llegando al centro de Europa.

- El gasoducto Rusia-Ucrania por el que transita el 90% del gas ruso hacia Europa: Moscú ha decidido para evitar el "peaje-veto" ucraniano, construir una derivación del mismo por Samara y Novorossisk (en el mar Negro) privando a Kiev de importantes derechos de peaje.

- Gazprom, el gigante ruso del gas, se posiciona aún más en el sur del viejo continente, participando en el gasoducto "Blue Steam" (Corriente Azul) aliada con ENI (Italia), que desde Liberia atraviesa el Mar Negro hasta Turquía y que llegará hasta los puertos italianos del Adriático.

- Hacia oriente, el gasoducto transiberiano llevará gas de Liberia a China y está prevista ampliación hasta Tokio.

- El gasoducto del Báltico (desde el nuevo puerto de Primorsk al margen de los puertos bálticos) para recuperar la influencia, "by-passeando" el peaje Ucraniano y reforzando la alianza energética con Alemania (Schroeder- Putin).

Frente a esta estrategia, la UE plantea una de tener abiertas todas las opciones en una política de rutas múltiples, con la apertura del oleoducto BTC (Bakú- Tiflis-Ceyhan) en octubre del 2005, que une los pozos petrolíferos en alta mar de Azerbaiyán, cruzando Georgia, evitando el paso por Rusia, atravesando el Mar Negro en un gran alarde técnico y terminando en el puerto turco en el Mediterráneo de Ceyhan.

La apertura de este oleoducto es también y sobre todo un importante éxito de la política exterior norteamericana. De acuerdo con la estrategia de EE.UU de garantizar y estabilizar sus fuentes de suministro, se han puesto en marcha distintos acuerdos con los países del Asia Central, estableciendo bases militares y construyendo nuevos oleoductos que eviten el paso por territorio de Irán y Rusia. El objetivo de esta estrategia pasa por facilitar una cada vez mayor independencia de las antiguas Repúblicas soviéticas con respecto a Moscú.

Los orígenes de esta geoestrategia energética fue inicialmente diseñada por el antiguo secretario de Estado, desde 1977 a 1981, Zbigniew Brezinsky, que la expresa con enorme claridad en su libro "El gran tablero mundial", utilizando el término de los "Balcanes Euroasiáticos" (*) al referirse a los países del Asia Central como el escenario geopolítico por excelencia donde se dirimen los liderazgos entre las grandes potencias (EE.UU, China, Rusia,..) y aspirantes "second players" como Irán, Turquía, Pakistán, India, derivados del control de las materias primas energéticas.

Por todo lo anterior no deja de llamar la atención las quejas hipócritas de la actual secretaria de Estado norte-americana, Condoleeza Rice que declaraba ante el Comité de Exteriores del Senado en Abril del 2006, que se encuentra "sorprendida ante la forma con que la política energética está pervirtiendo la diplomacia en todo el mundo"

Europa frente al nuevo escenario

La dependencia energética de Europa nos margina como potencia económica y política, nos desplaza de los centros de decisión y nos hace muy vulnerables. Según datos de la Comisión en el 2020, el 70% de las necesidades de gas y el 90% de las de petróleo serían satisfechas por suministradores externos. Esta dependencia aún se haría mayor en el 2030, cuando el suministro del gas foráneo podría alcanzar el 84% y en el caso del petróleo llegar hasta el 93%. Lo que supondría un 70% de dependencia energética global en el 2030 , en el caso de no producirse un giro copernicano en política y estrategia energética por parte de la Unión.

Un ejemplo de lo que puede llegar a sucedernos , fueron los acontecimientos derivados de la grave crisis de abastecimiento de gas, conflicto Rusia con Bielorrusia e Ucrania, de los primeros meses del 2005 y del 2006.

- Una estrategia común: Ante la gravedad del escenario descrito la Comisión Europea redacta un informe-comunicación al Consejo Europeo y al Parlamento Europeo, titulado "An energy Policy for Europe" / "Una política energética para Europa" con fecha 10.1.2007. Este informe sitúa los retos de futuro y plantea que Europa debe actuar ya, en su conjunto, para generar una energía sostenible, segura (garantía de suministro) y competitiva. Al mismo tiempo plantea un plan de acción (mercado interior de la energía, reducción de gases efecto invernadero, medidas para incrementar la eficiencia energética, potenciación de renovables, utilización de combustible fósiles de baja emisión de CO2, plan estratégico europeo para el desarrollo de tecnología energética, debate sobre el futuro de la energía nuclear,..).

Posteriormente en el Consejo europeo del 8 y 9 de marzo del 2007, se decide la Creación de un Observatorio Europeo y un plan de medidas que fija cuales son los compromisos que obligan a todos los estados miembros, para abordar una estrategia energética solidaria y posible, es el acuerdo conocido como "3/20" que fija como objetivos obligatorios para el año 2020, cubrir el 20% del consumo energético con energías renovables, la reducción de un 20% de emisiones de CO2 y lograrlo mediante un incremento del 20% de la eficiencia energética.

Esta estrategia energética tiene como objetivo garantizar el suministro, combatir el cambio climático y asegurar la competitividad económica. Supone poner en marcha una política energética global y compartida, que defienda activamente los intereses europeos, a través de políticas de cooperación, entre los Estados miembros y el resto de los países del mundo, en la búsqueda de soluciones globales para los problemas de la mundialización energética.

- Una mala estrategia "ir por libre". Alternativas estratégicas bilaterales, al margen de la UE:

- Acuerdo franco-británico: Habrá que analizar desde la perspectiva de futuro cuales son las repercusiones sobre el mercado energético europeo del acuerdo francobritánico suscrito el pasado 1 de abril en Londres, en el que ambos países deciden poner en marcha una estrecha colaboración en el diseño, construcción y exportación de centrales nucleares de tercera generación. Hablamos de un negocio que supone mover 3.600 M? (precio de construcción), con unos costes de gestión de 4.600 M?, por cada central nuclear con reactor modelo EPR (tecnología francesa de tercera generación).

- Alianza estratégica Rusia-Alemania (acuerdo Putin-Merkel del 2006), esta alianza debe ampliarse, es absolutamente necesario integrar a Rusia en un proyecto común europeo, al margen de los intereses estratégicos- comerciales- financieros del nuevo matrimonio franco-británico.

No deja de ser paradójico que un país como EE.UU., que ha hecho de su abastecimiento energético un elemento fundamental de su política exterior acuse de politización de sus recursos a un gran suministrador como Rusia. Acosar y poner contra las cuerdas al gigante eslavo (ampliación OTAN a Ucrania y Georgia.., bases militares en la frontera rusa, escudos "protectores"..) crear una especie de "cordón sanitario", alrededor de Rusia, sería la peor de las equivocaciones posibles.

Rusia debe ser un aliado estratégico de la Unión Europa, tanto desde el punto de vista político, que favorezca la democratización y modernización de ese gran país, sino también como nuestro principal suministrador de productos energéticos, el gas y el crudo ruso seguirán siendo un elemento básico del "mix" energético europeo, por todo ello el diálogo y la cooperación entre ambas partes es absolutamente necesaria e imprescindible.

Reflexión final

Si la política es el arte de lo posible, la geopolítica no será otra cosa que ese mismo arte aplicado a nociones de espacio y en el caso de la energía a un espacio muy sensible para nuestro futuro como sociedad (Benavides Salas, embajador y ex director general de Energía de la Comisión Europea dixit)


(*) Afganistán, Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Kazajistán, Kirguizistán, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán MGA (ParapandaSchool of Economics)

 

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