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23 de diciembre del 2008

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España, 1936-1939

La antesala de la sublevación casadista


Juan Modesto
De Soy del V Regimiento.

 

Recibimos la orden anunciada por el general Rojo. En ella se precisaba que el enemigo estaba terminando la concentración de sus fuerzas operativas, las cuales tenían como objetivo la invasión y ocupación de Cataluña (...) A continuación, se fijaba la misión del Ejército en la zona catalana: "intentar contener al enemigo con las fuerzas en líneas; en caso de ruptura, maniobrar con las reservas sobre los flancos del enemigo y su retaguardia; de ser obligados a ello, asegurar el repliegue metódico de la defensa a líneas interiores".

En lo que concierte a la zona centro-sur, se indicaba empezar el 8 de diciembre a dar cumplimiento al Plan de Operaciones para la zona occidental, de fecha 20 de octubre. En dicho plan se ordenaba:

1.- Una acción ofensiva combinada en el sector de la costa, al sur de Granada, con la participación de las fuerzas de tierra de aquel frente y de la Flota. La Flota tenía como misión convoyar, proteger y asegurar el desembarco en Motril de una brigada reforzada, especialmente preparada para esta acción.

2.- Con la participación de tres cuerpos de Ejército, cinco días después de iniciada la operación de Motril, se realizaría un ataque en el frente Córdoba-Peñarroya para ocupar ambas poblaciones o al menos una de ellas, abriendo así los caminos de penetración en dirección sudoeste sobre las provincias andaluzas occidentales.

3.- Una semana después de lanzada la ofensiva en el frente suroccidental, se emprendería la ejecución de una tercera, que tendría como misión principal el corte de las comunicaciones de Madrid con Extremadura.

(...) Entrado enero, cuando la ofensiva enemiga estaba en pleno desarrollo, se puso en marcha, en la zona occidental, la operación de Extremadura. El día 10 de dicho mes, estando mi puesto de mando en Valls, nos visitó Rojo. Hablamos precisamente de la otra zona.

-¿No dan señales de vida?
-Sí, tengo noticias. Van a comenzarla de un momento a otro.
-¿Cómo estaba prevista en las directivas y órdenes de octubre?
-Quita, hombre, quita. Nos han hecho la faena. Han suspendido lo de Motril.

Con el fin de respetar el pensamiento del general Rojo, creo que es mejor transcribir lo que escribió sobre la operación de Motril en su libro Alerta a los pueblos:

"Habíamos hecho, personalmente, el general jefe del Estado Mayor del Grupo de Ejércitos y yo, el reconocimiento de la zona de maniobras, elegido la línea de ruptura del frente enemigo y comprobado la posibilidad de lograr esa ruptura en cuanto había asegurado el jefe de la Flota que dejaría las tropas en el puerto. La razón principal de la dificultad que este jefe señalaba era el temor de que fuesen descubiertos los transportes por la luna; dificultad que yo apreciaba también, pero que no estimaba suficiente para suspender el ataque, ni siquiera para aplazarlo, pues la eficacia del plan radicaba en su oportunidad (...)"

Luego, insistiendo sobre las posibilidades de éxito, Rojo prosigue: "Por el mar iba a actuar una brigada reforzada y especialmente preparada para la operación, apoyada por toda la Flota, en condiciones de superioridad sobre la adversaria y no digamos sobre el puerto, que contaba con pocas y malas defensas. A tal amenaza seria ib a unirse un ataque por tierra en un frente estrecho, con una división, para cortar las comunicaciones enemigas, cosa calculada y posible, como en otras operaciones realizadas, a pocas horas de comenzada la operación; apenas teníamos enfrente cuatro batallones de reservas locales, repartidos en diversos puntos para acudir a los lugares amenazados; unidades éstas acreditadas por su pasividad y con mandos cuya suficiencia no se había contrastado aún en la guerra..."

La suspensión de la operación de Motril, decidida por Miaja, Matallana y Buiza, no debió quedar impune (...)

La operación de Extremadura, de acuerdo con las directivas de octubre, debía empezar el 16 de diciembre. No fue así y su ejecución se retardó casi un mes -es decir, hasta la segunda decena de enero-, cuando ya el enemigo se había empeñado a fondo en la zona oriental y sus grandes unidades salían a la línea Tarragona-Cervera-Pons. El sabotaje del mando y del EM del Grupo de Ejércitos resalta no sólo en el retraso de la operación, sino también en otros aspectos de la misma, desde el comienzo hasta el fin de su preparación (...)

(...) La tercera (en el tiempo) de las acciones encomendadas por el Alto Mando republicano a la zona occidental -a realizar en el frente de Madrid- fue puesta en marcha "a su manera" por el jefe del Ejército del Centro, coronel Casado.

La operación de Madrid (enero de 1939) fue la antesala de la sublevación casadista. Con ese fin fue montada por Casado, que buscaba asestar así, con las manos del enemigo, un serio golpe a las mejores unidades republicanas del Ejército del Centro (...) Hoy estamos en condiciones de afirmar lo que entonces sospechábamos: que el mando franquista estaba minuciosamente informado de los planes y directivas de Casado. Por eso, el enemigo concentró una potente masa de artillería, morteros y ametralladoras en el sector elegido para el ataque y destruyó la ofensiva en la primera jornada, ocasionándonos una cantidad enorme de bajas.

Los centenares de combatientes lanzados por sorpresa e indefensos, entregados a la muerte ante las bocas de fuego de la artillería enemiga y de sus ametralladoras en el sector de Brunete, los necesitaba el coronel "apolítico" y "profesional puro" para consumar su política de entrega de la zona Centro-Sur al enemigo (...)

Las acciones en la zona Centro no lograron ejercer la menor influencia sobre el desarrollo de los combates en Cataluña, donde el enemigo prosiguió su ofensiva.

 

Transcripción para La Insignia: J.G.

 

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