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La insignia
6 de julio del 2007


__Especial__
España, 1936-1939
España, 1936-1939: Brunete

Un hito en la historia de la aviación


Ignacio Hidalgo de Cisneros
De Cambio de rumbo



En la batalla de Brunete ocurrió un hecho de inmensa importancia en aviación. Por primera vez en la historia, un avión de caza derribó, en combate nocturno, a uno de bombardeo. Expondré brevemente las circunstancias en que se produjo este caso sin precedentes.

La situación de las fuerzas de tierra republicanas era verdaderamente crítica. Los fascistas, que habían recibido grandes refuerzos, iniciaron una tenaz ofensiva para recuperar los pueblos y terreno conquistado por nuestras unidades. Se luchaba intensamente durante todo el día. Por la noche, cuando las tropas republicanas intentaban descansar para reponerse de aquellos agotadores combates, los trimotores alemanes emprendían bombardeos que se prolongaban hasta el amanecer. Los pilotos de la Legión Cóndor realizaban estos bombardeos y ametrallamientos casi impunemente, merced a la carencia de artillería antiaérea en el campo republicano.

Los jefes de aviación tuvimos una reunión con los jefes de las tropas terrestres, en la que nos dieron a conocer esta penosa situación en que se encontraban nuestras fuerzas.

Era indudable que había que hacer algo, pero la cosa era peliaguda: la aviación republicana no tenía aparatos de caza nocturnos; tampoco teníamos reflectores ni servicios de localización.

Fui al aeródromo de las escuadrillas de "chatos", reuní al personal y expuse con toda crudeza la situación, pidiendo que me dijesen con franqueza su opinión. Hubo un instante de silencio. Pero inmediatamente pidió la palabra un piloto soviético llamado Serov y se ofreció para volar de noche con sus "chatos" e intentar el combate nocturno. Sin dejarle casi terminar, con un entusiasmo admirable, los demás pilotos, como si se tratase de ir a una fiesta, hicieron suya la propuesta de Serov. Allí mismo fueron designados cinco pilotos y, con los escasos medios de que disponíamos, se prepararon provisionalmente cinco "chatos" para volar de noche y realizar rápidamente la primera prueba.

Cuando los aviones fascistas, como tenían por costumbre, comenzaron la noche siguiente su misión de impedir que nuestras fuerzas descansasen, salieron en su busca dos de nuestros improvisados cazas nocturnos, pilotados por dos soviéticos, Yakushin y Serov (que en España se llamaban Carlos Castejón y Rodrigo Mateo).

Era una noche estrellada. Yakushin fue el primero que vio, en las sombras del cielo, la silueta de un aparato enemigo; se acercó a él y disparó sus ametralladoras. Todo el ejército republicano del frente de Brunete presenció, con un júbilo fácil de comprender, cómo caía, envuelto en llamas, el trimotor alemán, que fue a estrellarse contra el suelo.

Durante tres noches consecutivas, nuestras tropas pudieron descansar, pues los fascistas no dieron señales de vida.

Al cuarto día, ante un nuevo intento enemigo de bombardear a nuestras tropas, se repitió la gran hazaña. Esta vez el héroe fue Serov.

Copio a continuación una parte del informe en que dio cuenta de su vuelo:

"Era muy difícil -escribía Serov- buscar en la oscuridad de la noche los aviones enemigos. Finalmente tuve suerte. De repente veo un reflejo de luna en las alas de un avión. Me acerco y veo que es un Junkers-52. Abro fuego. Los fascistas me responden inmediatamente, pero yo volaba más bajo que ellos y no me veían. Me aproximé al avión por la derecha y, desde abajo, a unos treinta metros, abrí fuego con las cuatro ametralladoras, alcanzando el depósito de gasolina. Veo las llamas. Era un blanco magnífico. Disparé otra ráfaga y vi al Junkers picar de morro y estrellarse contra el suelo."

Ésta fue la última tentativa de los fascistas de bombardear nuestras líneas durante la noche.


Transcripción para La Insignia: E.G.



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