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27 de agosto del 2007

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Derechos humanos

De Putin a Yukos pasando por Suiza


Luis Peraza Parga
La Insignia. EEUU, agosto del 2007.

 

Cuando la URSS se disolvió, la privatización de las únicas empresas que entonces existían, las públicas, sobresaturadas de mano de obra barata, fueron malvendidas a los nuevos ricos que de la noche a la mañana se habían convertido en clase empresarial. Yeltsin la dejó actuar pero Putin la golpeó en su buque insignia: el ruso más rico y la empresa petrolera más fuerte. A aquel lo sentenció a ocho años de trabajos forzados en Siberia; ésta fue absorbida por la petrolera estatal.

El Comité de DDHH de la Asamblea Parlamentaria europea (1) señaló el 18 de noviembre del 2004 que en el arresto y procesamiento de ejecutivos de Yukos se había violado el principio de igualdad ante la ley. Las visitas y entrevistas posteriores han confirmado la existencia de interferencias graves en el proceso judicial que podrían constituir una violación del derecho a un juicio justo consagrado en el artículo 6 de la Convención Europea de Derechos Humanos: atención médica insuficiente, retrasos en la comunicación abogado-cliente y confiscación de documentos de la defensa. La negativa a conceder órdenes de libertad bajo fianza tras la conclusión de la investigación previa (que podría vulnerar las sentencias Kalashnikov contra Rusia y Letellier contra Francia del Tribunal Europeo de los Derechos Humanos) y las tácticas de intimidación de agencias gubernamentales completan un cuadro de acoso coordinado por el Estado ruso.

Hace unos días, el Tribunal Supremo de Suiza (2) rechazó una solicitud relativa al caso y presentada por las autoridades rusas en el año 2003 por entender que el procedimiento contra Yukos y su magnate, Jodorkovski, hay "sesgo político y discriminador" así como "violaciones de los derechos humanos y el derecho a la defensa". La opinión del tribunal coincide con la del Comité de DDHH, que en su momento exigió plena garantía de la independencia de los procesos judiciales, profesionalidad e imparcialidad a los fiscales rusos y acceso público a las sesiones salvo en casos de legítima necesidad del secreto.

Rusia sigue siendo el único Estado de los 47 miembros del Consejo de Europa que no ha ratificado el fundamental protocolo 14 de reforma del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, lo que bloquea su entrada en vigor e impide lidiar de manera más eficiente con los casos. Sólo en el año 2006, el Estado ruso ha sido condenado en más de un centenar de ocasiones, de las que seis son por violación al derecho a la vida, tres por torturas y nueve por trato degradante.

No sabemos cómo reaccionará Putin ante un desafío judicial proveniente de un verdadero Estado de Derecho. Con su nueva y agresiva política exterior, no sería de extrañar que colocara su bandera en un cantón alpino donde sólo haya vacas pastando. Pero el TS suizo debe tomárselo con calma; goza de la suficiente categoría moral como para alejarse de la neutralidad del país al que pertenece y denunciar una persecución política.


(1) Dependiente del Consejo de Europa, al que Rusia pertenece desde febrero de 1996.
(2) Suiza es miembro del Consejo de Europa desde mayo de 1963.

 

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