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23 de agosto del 2007

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Cultura

El nuevo canto de las favelas


Paul Medrano
La Insignia. México, agosto del 2007.

 

Bonde do Role

Uno de los inconvenientes de que México esté tan cerca de Estados Unidos es que muchos de los reflectores están puestos hacia allá, en cuanto a propuestas musicales se refiere. Los canales de televisión y la simpatía tradicional por los grupos yankis, nos mantiene atentos a dicho país.

Eso propicia que muchos músicos sudamericanos lleguen primero a Europa, pasen a gringolandia y finalmente reboten en nuestros altavoces, cuando debería ser al revés. Algo así sucedió con Bonde do Role, un trío carioca integrado por Pedro D'eyrot, de 22 años; Marina Ribatski, de 21 y Rodrigo Gorky, de 25. La historia es más o menos la misma: tres chicos amantes del funk, del rock, de las películas de ciencia ficción, que se pusieron a hacer música con las influencias musicales que tenían. No imaginaron que le volarían la cabeza a un productor y dueño de una prestigiosa disquera de música electrónica: Mad Decents. Así editaron Melo do tobaco (2006), que les regaló un boleto a escenarios de todo el mundo. Luego llegó su placa más reciente, With Lasers (2007), editado por Domino.

Sú música es el resultado es una divertida mezcla de ritmos cariocas; sampleos de Alice in the Chains, The Smiths, AC/DC y el rapero Tone Loc, entre otros; mucho sonido e imagen kitsch, empezando por la portada de los álbumes; bandas sonoras de Hollywood; parodias metaleras con inumerables y bien ejecutados rifts, todo aderezado con letras ácidas, directas y sin tapujos.

Tal como andan las cosas en el país, si este trío hubiera surgido en México, ya serían objeto de innumerables críticas y censuras mamilas. Sus letras hablan de manchas de semen, dedos en el culo y mujeres mojadas. Frases como: "Es la caca de papá / y nadie más la toca / Dedo en el culo de mi zorra / venme a comer que estoy sabrosa". O "Qué es la mierda que estamos haciendo/ el hombre o materia repugnante/ sexo con alimento o perversión general".

Pero propuestas como Bonde do Role, así como Cansei de Ser Sexy, Bonde do Tigrão, Mc Batata, Bonde Faz Gostoso y Deise Tigrona, sólo son ejemplos de un misterioso mundo musical que vive y baila desde hace 20 años en los barrios y favelas de Río de Janeiro.


Algo de historia

El funk carioca (también conocido como funky do morro) surgió como un respuesta de los jóvenes de los barrios bajos de Río de Janeiro, quienes en la década de los 70 empezaron a organizar fiestas ante la imposibilidad de acceder a los clubes exclusivos de la ciudad, demasiados caros.

Hacían una especie de sonido rudimentario y montaban su precarios equipos con partes nacionales o de donde pudieran conseguirlas. Los mezcladores empezaron a notar algo: cuanto más potente era el sonido, más gente asistía a la reunión. Por eso se pusieron a invertir en equipos cada vez más grandes. Iban y venían de Estados Unidos con maletas llenas de discos y fue la gota que colmó el vaso; infinidad de cariocas empezaron a elaborar sus temas, rescatando las raíces caribeñas y sumando ritmos nuevos.

Las primeras grabaciones de funk local fueron producciones musicales hechas en estudios caseros y distribuidas a una escala regional. Este tipo de música permaneció al margen del público internacional. Son temas con estribillos repetitivos y rasposos, con influencia del hip-hop, de la electrónica y de la música negra brasileña. Todo cantado en un portugués de sonoridad cruda.

Hasta mediados de los 80, la clase media y alta de Río vivía ajena a los bailes, debido a la mala fama de los habitantes de las favelas. Sin embargo, el impacto del movimiento fue arrollador. El baile se transformó en una subcultura que empapó la vida de la ciudad, aportó palabras y refrendó su personalidad en todos los estratos sociales. En México hay dos compilaciones de esa época, Rio Baile Funk: Favela Booty Booty Beats y Slum Dunk presents Funk Carioca, que reúnen lo más representativo.


Un nuevo estilo

Filmes como Ciudad de Dios y Carandirú, así como la generalización de Internet y el intercambio cultural constante, provocaron que mucha gente se fijara en Brasil. Tal fue el caso del DJ y productor Diplo, quien luego de varios viajes a Río conoció y saboreó el funky do morro, el cual retomó para plasmarlo en el disco de su novia, Maya Arulpragasam, más conocida en todo el planeta como M.I.A., la mujer-bomba que hizo bailar a toda Europa con sus discos Piracy Funds Terrorism (grabación casera en cinta magnética que gracias a la Red llegó a millones de internautas) y Arular.

Discos como los de MIA y los remixes de Diplo, hicieron que en los tres últimos años el funk de las favelas se volviera cool en Europa y EEUU. Algunos temas como el repetitivo Follow me, Follow me (de Black Alien & Speed) se han usado en comerciales de Nissan. Medios como The New York Times y Rolling Stone han abierto sus páginas a sesudos análisis sobre esta manifestación urbana. Lo curioso es que la música underground que tanto gusta en clubes chics de otros países es un viejo fenómeno de masas en Brasil, sobre todo entre las clases marginadas.

A pesar de la diversión y de la invitación subliminal a bailar como un poseído, Bonde do Role no son los mesías de la rítmica brasileña ni los herederos de Andres de Moraes, Gilberto Gil, Caetano Veloso, Carlinhos Brown o Tom Ze. Representan a un movimiento urbano que día a día canta y pervive entre favelas.

 

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