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La insignia
22 de febrero del 2003


Razones para la crisis de la deuda externa: 1973-1982 (II)


__SUPLEMENTOS__
Londres + 50

F. Martín Acosta T.
La Insignia, febrero del 2003.


B. Los 52 billones de dólares

Sólo el 41,6 por ciento de los 125 billones de dólares, igual a 52 billones en inversiones de la OPEP que pueden ser rastreados del período entre 1974 y 1976, refuerza la aseveración de que los petrodólares fueron reciclados autónomamente vía los bancos comerciales privados hacia los países en vías de desarrollo. Durante este período, los países en vías de desarrollo que no tenían petróleo, adquirieron déficits de casi 78 billones. Esto fue solucionado en parte gracias a los 16 billones en donaciones de la OPEP y por casi 10 billones entregados también por la OPEP a organizaciones internacionales como el FMI (25). La ayuda directa de la OPEP al FMI y a los países en vías de desarrollo, por lo tanto, financió sólo 26 billones del déficit, dejando 52 billones adicionales para ser obtenidos de algún otro modo. Ethan Kapstein dice que "son estos 52 billones la fuente de la sabiduría convencional. Estos fondos, de acuerdo a la mayoría de cuentas, fueron supuestamente movidos por la mano invisible al mundo en vías de desarrollo" (26). ¿Que pasó con el restante 60 por ciento de las inversiones de la OPEP? Parece que "la proporción del excedente de la OPEP que fue realmente reciclado por el sistema bancario fue muy pequeña" (27). Los fallos de la sabiduría convencional que se han descrito aquí sugieren la necesidad de una explicación alternativa. Como se mostró anteriormente, no es muy probable que existiese una "mano invisible". Como se prueba más adelante, lo que realmente existió fue una "mano escondida".


II. La mano escondida de la política exterior de los Estados Unidos

En abril de 1973, unos pocos meses antes de que la crisis del petróleo comenzara, el Secretario de Estado de Estados Unidos, William P. Rogers, anunció públicamente que "vemos al año de 1973 como uno de construcción... Durante los cuatro siguientes años mantendremos nuestro apoyo a los esfuerzos de América Latina de dar un mejor nivel de vida a sus ciudadanos, canalizando el grueso de nuestra asistencia a través de instituciones multilaterales." Para el final del año, el escenario político económico del mundo había cambiado, y también la política exterior de los Estados Unidos hacia América Latina y el resto del Tercer Mundo. Nada de lo mencionado por Rogers ocurriría. Y es que La política exterior se enfoca en lograr metas específicas para el interés nacional, y necesariamente incluye política extranjera económica. Por esto, las autoridades de los Estados Unidos no tenían otra opción sino contar al interés económico entre sus objetivos en la diplomacia internacional (28).


A. Descubriendo la necesidad de actuar

Luego del colapso del sistema de Bretton Woods en 1971 y la liberalización gradual de los mercados financieros, ya era claro que la inseguridad, el caos monetario, y los vacíos de liderazgo caracterizarían al año 1973, mucho antes de la decisión de la OPEP de subir los precios del petróleo (29). Definitivamente, existía una necesidad de cooperación internacional, particularmente entre las economías industrialmente desarrolladas. El secretario de Estado Henry Kissinger, sería la mente maestra del aparato creador de política internacional de los Estados Unidos con políticas a corto plazo orientadas a bajar los precios del crudo. De este modo, por un lado, dentro de los países industrializados se alentaba la cooperación internacional para artificialmente bajar el precio del petróleo, con el financiamiento de las balanzas de pago como un componente auxiliar. Por el otro lado, Kissinger aseguraba a los miembros de la OPEP que el valor del dinero en efectivo subiría más rápido que el valor del crudo no explotado, para que así incrementaran la producción de petróleo (30).

Cada nación con déficit tenía un incentivo para atraer el capital de la OPEP. Sin embrago, había un dilema del prisionero: si cada nación actuaba en su propio interés para atraer el capital de la OPEP y ajustar su balanza de pagos simultáneamente, el resultado hubiese sido para detrimento de todas estas naciones. Así, los Estados Unidos actuaron primero. Como Kissinger había remarcado, los Estados Unidos estaban en una posición dominante para atraer capital Árabe, y tenía un incentivo muy importante para hacerlo(31)." Además de una economía fuerte pero en declive, esta posición dominante vino del hecho de que los Estados Unidos podía por lo menos utilizar la producción petrolera doméstica, mientras que la mayoría de países europeos, dependían de las fuentes extranjeras. Por lo tanto, los Estados Unidos comenzaron a regatear unilateralmente con los países Árabes y a competir por ese significativo capital extranjero. En marzo de 1974, el secretario de Estado para asuntos económicos, William Casey, anunció: "Vamos a tener que hacer de la seguridad una exportación (32)." Al año siguiente, un oficial de los Estados Unidos declaró que las tensiones que resultaron de los préstamos tomados por la Reserva Federal podrían ser subsanadas sólo si "las naciones de la OPEP ponen una mayor cantidad de sus fondos en inversiones en este país, o si es que el público americano gasta menos y ahorra más (33)". El gobierno, obviamente, favoreció la primera opción.

Entre otras amenazas potenciales para los Estados Unidos, existía un problema con el mercado interbancario. De hecho, dos de los más grandes bancos del mundo, el Franklin National Bank, y el Bankhaus Herstatt, habían cerrado sus puertas en 1974. Esta y otras fallas de los bancos, habían destruido la confianza en el mercado interbancario. Los banqueros centrales estaban preocupados de que el mercado entre los bancos se llegase a "secar", y que los bancos más pequeños serían relegados del mercado interbancario. La diferente distribución de la maduración de activos y compromisos era otra causa de preocupación. Los bancos recibían depósitos a corto plazo de la OPEP, prestando a largo plazo, y dependiendo cada vez más en las decisiones financieras realizadas por los países árabes exportadores de petróleo.

Además, se podían dar cambios de precio como resultado de la decisión de los miembros de la OPEP de cambiar sus fondos entre bancos o entre divisas, o si es que el precio del crudo no se cotizaba en dólares americanos. De esta manera, había una necesidad de convencer a los exportadores de petróleo que evitasen diversificar su portafolio, que conservasen sus excedentes de capital en forma de moneda líquida, y que mantuviesen los precios en dólares (34).

También existía la amenaza de que los miembros árabes de la OPEP pudiesen manipular los mercados por razones políticas, o invertir en industrias estratégicas en el extranjero. De acuerdo a Kissinger, "aquellos que mantienen el poder financiero, tarde o temprano buscarán dictar los términos políticos de las nuevas relaciones, por lo que éste pretendía evitar este fenómeno (35)." No era completamente descabellado, entonces imaginar, que un país como Arabia Saudita podría usar su posición económica en contra de occidente, causando caos financiero al usar sus inversiones como un arma política. Es más, mientras los "tigres" orientales asiáticos, quienes poseían mayores tasas de ahorro, se ajustaban exitosamente a los cambios bruscos del petróleo, la mayoría de las economías en vías de desarrollo requerían de fondos para mantener sus importaciones de crudo. El no proveer estos fondos, hubiese sido muy costoso tanto en términos políticos como económicos para los Estados Unidos. Los creadores de la políticaen Estados Unidos se dieron cuenta que "la solución a casi todos estos problemas, era que el gobierno reciclase los petrodólares y absolviera a los mercados de esta responsabilidad (36)."

Por otra parte, como se explica arriba, existía la percepción de que este reciclaje no sería automático. Los banqueros sabían que no existía ninguna razón inherente para que el reciclaje sucediese automáticamente a través de los mercados financieros internacionales. Por eso, los banqueros querían una solución política: querían que el gobierno interviniese. Luego de algunas negociaciones del lobby por parte de los banqueros, y de la comprensión de los oficiales públicos del problema, "el escenario estaba listo para que el gobierno de los Estados Unidos tome la responsabilidad por el reciclaje de los petrodólares" (37).


B. Las iniciativas especiales del gobierno

En junio de 1974, durante una reunión del Comité de Relaciones Exteriores, el Senador Jacob Javits, de Nueva York, preguntó: "¿Qué es lo que vamos a hacer para usar "nuestra fuerza" para conseguir las increíbles ganancias a corto plazo que estas naciones (árabes) están acumulando, reciclarlas en el largo plazo, y dirigirlas hacia los países que las necesitan urgentemente?" Poco después, como se explica en esta sección, el gobierno de los Estados Unidos "utilizó su fuerza" a través de varias iniciativas clave que no han sido enfatizadas en la mayoría de los escritos al respecto. El gobierno de Estados Unidos creó el escenario para la crisis de la deuda externa; el por qué ya debería haber quedado claro. Analicemos entonces cómo se hizo.


Notas

(25) (Kapstein, 1994: 63)
(26) (Kapstein, 1994: 63)
(27) (Spiro, 1999: 129)
(28) (Cohen, 1986)
(29) (Spiro, 1999)
(30) (Spiro, 1999)
(31) (Spiro, 1999: 30)
(32) (Spiro, 1999: 31)
(33) (Spiro, 1999: 31)
(34) (Spiro, 1999)
(35) (Spiro, 1999: 39)
(36) (Spiro, 1999: 40)
(37) (Spiro, 1999:37)



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