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18 de abril del 2002


Venezuela

Fox y el golpismo en Venezuela


__SUPLEMENTOS__
Golpe en Venezuela

Alejandro Nadal
La Jornada. México, 17 de abril.



Todavía no se asentaba el polvo levantado por la intentona de golpe de Estado en Venezuela cuando el presidente Fox declaraba en San José que la destitución ilegal de Chávez tenía como causa la errática conducción económica.

La declaración lo convirtió en uno más de los que propalan la noción de que la gestión macroeconómica del gobierno de Hugo Chávez ha conducido a Venezuela al caos. La tesis de Fox estuvo en perfecta sincronía con las mal intencionadas aseveraciones de Condoleezza Rice, la ultraconservadora consejera de seguridad nacional de George W. Bush.

Más allá de las implicaciones político-diplomáticas de esta declaración, ¿qué dicen los principales indicadores económicos sobre Venezuela?

En primer lugar, después de la fuerte recesión de 1999 el PIB recuperó un crecimiento positivo de 4 por ciento y 2,8 por ciento en 2000 y 2001, respectivamente. Es decir, el año pasado le fue mucho mejor a la economía de Venezuela que a la mexicana, la cual sufrió un desplome.

Esta recuperación ha sido acompañada de una consistente reducción en la inflación, que pasó de 29 por ciento en 1998 a 12,7 por ciento el año anterior. Desde que asumió la presidencia, el gobierno de Chávez ha reducido la tasa de inflación en más de 50 por ciento. Al igual que México, la sobrevaluación cambiaria ha sido un elemento clave para controlar la inflación en Venezuela.

La recuperación descansó en una política fiscal moderadamente expansiva y en una política monetaria que ha podido conciliar mayor liquidez interna sin sacrificar el control de las presiones inflacionarias. Las tasas de interés han descendido y el margen entre costo y rendimiento del dinero también ha disminuido.

Desde luego, esta política macroeconómica ha sido posible gracias a la expansión de los recursos externos y, por ende, se mantiene la dependencia exagerada de los ingresos petroleros. Pero reducir esa dependencia es una tarea de largo plazo. La cuenta corriente mantiene un saldo favorable superior a los 5 mil millones de dólares, mientras el saldo de la balanza comercial es de 7 mil millones de dólares. Bajo el gobierno de Chávez, Venezuela incluso ha experimentado un proceso moderado de desendeudamiento. La deuda pública externa pasó de 32 mil 596 a 30 mil millones de dólares entre 1999 y 2001.

A diferencia de Fox, Chávez escogió desempeñar un papel activo en materia de política económica. El efecto de sus políticas condujo a la reducción del desempleo urbano de 14,9 por ciento a 13,9 por ciento de la PEA entre 1999 y 2001. Con todo, la polarización social y la pobreza siguen siendo el principal dolor de cabeza en Venezuela, pero provienen de décadas de corrupción y de políticas neoliberales impuestas desde el segundo mandato de Carlos Andrés Pérez. Entre 1982 y 1997 la población con un ingreso inferior a la línea de pobreza pasó de 26,4 por ciento a 62,5 por ciento de la población total. Este estado de cosas es la culminación de 16 años de deterioro del salario real, periodo en el que se cuadruplicó el número de hogares pobres (de 714 mil a 2,6 millones).

Para intentar revertir este proceso, el gobierno decretó en mayo de 2001 un incremento de 20 por ciento en los salarios y pensiones de los empleados públicos, acompañado de un aumento en las transferencias a la seguridad social. Además, como parte de un esfuerzo por alcanzar una mejor distribución de la riqueza, el gobierno chavista impulsó una modesta reforma agraria con su ley de tierras.

Entre las reformas estructurales se prepara la legislación para hacer realidad la autonomía del Banco Central de Venezuela, establecida en la Constitución y aprobada al principio del gobierno de Chávez. Y en 2000 se mantuvo la apertura en el sector telecomunicaciones poniendo fin al monopolio de la anteriormente privatizada compañía de teléfonos.

Entonces, ¿qué concluir de la aseveración de Fox? Con esa declaración, manchó la investidura presidencial porque justifica el golpismo, sabiendo que Hugo Chávez es un presidente electo democráticamente.

La conducta de Fox refrenda su sometimiento a los dictados de Washington. Para nadie es secreto que el venezolano ha representado un problema a las administraciones Clinton-Bush, por su retórica nacionalista, su política petrolera frente a Cuba, y episodios como el discurso en Monterrey.

El programa de Chávez no es un ataque frontal contra el proyecto neoliberal, ni llevó al caos a la economía venezolana. Pero entraña una posibilidad de cambio que los promotores del neoliberalismo no pueden tolerar. Por eso las amenazas sobre fuga de capitales y devaluaciones de las corredurías y del mundo financiero que no pueden soportar ninguna opción de cambio.



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