Portada Directorio Buscador Álbum Redacción Correo
La insignia
10 de diciembre del 2002


Otra vez el síndrome de Maximón


Mario Roberto Morales
Siglo Veintiuno. Guatemala, diciembre del 2002.


La segunda edición de mi libro, La articulación de las diferencias o el síndrome de Maximón, empezó a circular esta semana y su presentación pública se hará mañana miércoles 11 de diciembre, a las 18.00 horas, en el Instituto de Cultura Hispánica (Edificio Etisa, quinto piso, Plazuela España). El aparecimiento de esta segunda edición representa la superación de incontables obstáculos interpuestos por la censura "de izquierda" de académicos estadounidenses y guatemaltecos que ocupan cargos de poder, desde los que han impedido que mis planteos se publiquen y se diseminen en congresos especializados y otros foros de pensamiento. Increíblemente, estos académicos se niegan a leer el libro y se limitan a endilgarle planteamientos y propuestas que no hace, como por ejemplo, que está en contra de los indígenas y a favor de los ladinos, y que propugna por una "identidad mestiza (ladina)" en detrimento del derecho indígena a su identidad . En consecuencia, la acusación más generalizada que el libro y yo enfrentamos es la de racistas y la de teorizar en favor de la oligarquía guatemalteca. A pesar de todo, el libro se sigue estudiando en programas de doctorado, como el de la Arizona State University, uno de cuyos profesores, Emil Volek, acaba de publicar Latin America Writes Back (Routlege, 2002), en el que un capítulo de mi libro aparece con el título de Autochthonous Cultures and the Global Market, junto a ensayos de José Joaquín Brunner, Jesús Martín-Barbero y otros. Se los recomiendo.

Aunque quedan resabios marginales de posiciones etnoesencialistas en Guatemala, el problema principal que enfrentaba el debate interétnico para fluir con libertad quedó satisfactoriamente resuelto, y se traduce en la aceptación generalizada de que el esencialismo y el fundamentalismo etnicistas que resultan de la transpolación mecánica del multiculturalismo estadounidense, no sirven para democratizar nuestra interculturalidad ni para comprender nuestros complicados mestizajes interétnicos. El papel desempeñado por mi libro en todo esto me llena de profunda satisfacción intelectual, política y moral, aunque haya sido sistemáticamente censurado, deliberadamente ignorado, reprimido y tergiversado. No en balde Don Alonso Quijano hizo comprender para siempre a su leal escudero que cuando los perros ladran es porque uno está avanzando.

Debido a que fue la primera versión de mi libro la que influyó en el curso del debate interétnico, he decidido que la segunda edición no presente cambios y llegue idéntica a la primera a las manos del lector, también para que se pueda constatar si las acusaciones de las que el texto ha sido víctima son ciertas o no. Lo único nuevo es un "Prólogo a la segunda edición", que consideré imprescindible para ajustar cuentas con mis detractores gratuitos y para situar el libro en la historia reciente de mi país. Permanece intacto asimismo el prólogo de John Beverley a la primera edición, en el que me hace el elogio de decir que mi libro "renueva el género del 'ensayo nacional', cuyos paradigmas en la literatura guatemalteca moderna son Guatemala las líneas de su mano, de Luis Cardoza y Aragón, y La patria del criollo, de Severo Martínez Peláez", por lo que no puedo sino sentirme halagado y agradecido, a pesar del ya intenso debate que él y yo sostenemos sobre el problema de la interculturalidad guatemalteca.

Invito a amigos y enemigos a reunirse conmigo mañana a las seis de la tarde en Cultura Hispánica para abrir un sabroso debate sobre la problemática intercultural guatemalteca y la censura y el intervencionismo académico "de izquierda" (gringo y local), tanto antes como después del coctel (cortesía de la Cofradía de los vinos del mundo). El libro estará a bajo precio, al igual que Guatemala intercultural y Stoll-Menchú: la invención de la memoria. Harán la presentación, Marta Regina de Fahsen y Virsa Valenzuela, con la presencia del editor Juan Fernando Cifuentes, del poeta Francisco Morales Santos, quien diseñó la carátula, y de este inseguro servidor. Los espero a todos. Y como ya saben que mis presentaciones suelen ser agitadas, espero que lleguen preparados para este nuevo brote del síndrome de Maximón, la más democrática de todas las deidades, que hoy contraataca a sus enemigos con más furia que nunca.



Portada | Iberoamérica | Internacional | Derechos Humanos | Cultura | Ecología | Economía | Sociedad
Ciencia y tecnología | Directorio | Redacción