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31 de agosto del 2002


Chile: Entrevista con Volodia Teitelboim

Por Volodia


Luis Alberto Mansilla
Punto Final. Chile, 2001.


A Volodia Teitelboim no le hace mucha gracia ser "un anciano de la tribu". Se niega a cumplir con las costumbres y el destino de los llamados adultos mayores. Es un hombre en plena actividad, trabaja durante diez horas diarias y sólo en los últimos diez años ha publicado ocho libros y tiene listos otros dos. Es una presencia frecuente en lanzamientos de volúmenes, aniversarios, seminarios, foros, mitines. No sabe decir que no a las muchas solicitudes para que esté presente en incesantes reuniones. Se le considera el último orador brillante del país y sus invitantes saben que dará realce a sus eventos. Su capacidad para hablar con elocuencia, emoción y convicción en cada escenario que se le presenta es casi asombrosa. Le reconocen en la calle, se acercan a saludarle jóvenes y viejos, dicen que les alegra estrechar su mano, le invitan, le felicitan. No parece envanecido por estas muestras de cariño y admiración. Escucha con atención lo que le dicen y es especialmente gentil con las mujeres.

No le gusta trasnochar pero no elude los compromisos que se prolongan a veces hasta pasada la medianoche. No bebe alcohol ni fuma pero es tolerante con quienes lo hacen. Le gusta dar un paseo diario por los alrededores de la calle en que vive y conversar sin prisa de cuanto asunto le propongan. Su buen humor, su suave ironía, su caudal de anécdotas, su prodigiosa memoria, le convierten en un interlocutor grato y desprovisto de todo empaque.

Escribe a mano o dicta sus artículos y libros. Es disciplinado, metódico y puntual. Cumple cabalmente con sus compromisos y nunca parece agotado. Sólo una gata rubia e irreverente se interpone en el salón de su casa a los visitantes. Quiere siempre llamar la atención y no acepta el anonimato. Volodia la celebra mientras la gata salta de una falda a otra, cualquiera sea la conversación e importancia de sus invitados.

Cumple 85 años el 17 de marzo. A estas alturas no le gustan mucho los cumpleaños pero los amigos insisten en celebrarlo. Lo más importante de la fecha le parece la publicación de su libro "Noches de radio" (LOM Ediciones) que inicia una selección de los 1.500 comentarios que hizo en Radio Moscú a partir de 1973 durante diecisiete años y que es una especie de diario de vida, de ayuda memoria, de crónica inmediata sobre la marcha de los años más siniestros vividos por los chilenos.


LA REPRESA ABIERTA

Sentados alrededor de su mesa con té y pasteles, Volodia Teitelboim se muestra dispuesto a contestar cualquier pregunta sin pauta previa ni temas prohibidos. La primera es de cajón: ¿Qué piensa un hombre de 85 al cumplir 85? Responde con otra pregunta:

"¿Que pensaría un niño en 1926 al cumplir diez años si le dijeran que un día cumpliría 85 y que viviría en el siglo 21? Es seguro que le parecería remoto e inimaginable. Pero el hecho es que llegó a los 85 y se siente joven para realizar su tarea".

-¿Cuál es esa tarea?

"Tener proyectos y trabajar. Gozo de la amada literatura recuperada por fin enteramente. Es como bañarse en la fuente de juvencia y sentir que en cada día la vida está comenzando. Eso puede parecer muy literario. Pero ¡qué le vamos a hacer! Yo lo siento así".

-A partir de la última década usted ha publicado más libros que todos los conocidos antes. ¿Piensa que perdió mucho tiempo?

"Tal vez no perdí tanto el tiempo, no me arrepiento de nada. Pero ahora siento la alegría de un hombre que atravesó casi un siglo entero y que en la nueva centuria sigue trabajando más que nunca y realizando un sueño largamente contenido. Era un torrente que estaba en la represa y ahora la represa se abre para que fluya todo aquello que soñé durante muchos años".

-¿Los años dedicados a la política?

"Mis grandes propósitos en la vida fueron dos: ser escritor y adquirir una conciencia ciudadana en el sentido de que el hombre no se termina en sí mismo, como dice Neruda, si no que es parte de un mundo injusto que necesita cambios. A estas alturas siento la felicidad de haber estado al servicio de un sueño colectivo y milenario que se expresa en la idea de que la tierra es todavía -para la inmensa mayoría- un valle de lágrimas".


LAS UTOPÍAS NO MUEREN

-¿No siente que ese sueño está en el siglo 21 a mal traer y casi derrumbado?

"Pienso que las utopías no se derrumban ni mueren jamás. Lo que muere son las formas de concebir la realización de un proyecto social cuando no están a la altura de su contenido material, espiritual y humano".

-¿Cuando no están a la altura de una vida mejor?

"Sí. Entiendo que el hombre siempre ha buscado una vida mejor. La buscaron los rebeldes de todas las épocas y los fundadores de religiones. Es evidente que Jesucristo fue un revolucionario y al cabo de cuatro siglos de su crucifixión su pensamiento, ya instituido en iglesia, se impuso en el mundo".

-¿Y qué raíz común le atribuye a los cristianos con los rebeldes de otras épocas?

"Creo que los pensamientos sobre cambios en la sociedad humana tienen una raíz común y se realizan en forma diferente porque los tiempos también son distintos y las respuestas deben adecuarse a las evoluciones de las sociedades e incluso a los avances de la ciencia y la técnica".

-¿Pero el derrumbe de la Unión Soviética no le ha golpeado?

"El derrumbe de la URSS por cierto me ha golpeado. Pero no significa que se haya derrumbado el sueño de la justicia. Un siglo después de la muerte de Cristo los cristianos eran una secta, condenada, peligrosa, perseguida, que se reunía en la catacumbas. Pero eso no significaba que la doctrina hubiera fracasado. No podía fracasar nunca como sueño, como utopía. La caída de la URSS no me ha convertido en un desencantado. No quiere decir eso que no viva con los ojos abiertos ni que evite enfrentar las causas de esa caída".


LA CULTURA COMUNISTA

Muchos ex militantes en todo el mundo que todavía se sienten parte de la cultura comunista piensan que ya no tiene sentido tener carnet del PC ¿Qué piensa de ellos?

"Los respeto, pero no estoy de acuerdo. Creo que el PC ha creado una cultura muy importante en el siglo XX y que esas formas de cultura tuvieron también el sello de las naciones en las que fracasó. El ensayo soviético no es el mismo que el chino o el cubano. Las improntas fueron distintas aunque el punto de referencia fuera Marx. Yo creo en la necesidad absoluta del partido que es como la levadura que levanta el pan. Estoy consciente de que todos los cambios sociales tienen que ser la obra de la historia, de la acumulación de causas y de la participación de inmensas multitudes que son movidas en un momento de crisis a una participación que no tuvieron antes. Y siempre hay organizaciones sociales que son las que le van dando forma al cambio y que dirigen la acción. Nunca dejarán de tener sentido, en cualquier circunstancia".

-¿Qué diferencia al PC de otros partidos?

"Lo diferente es que en Occidente los partidos son varios pero la mayoría está inscrito en el mismo sistema y sus diferencias son secundarias. Nunca alterarán las bases mismas del sistema que apoyan o critican. La mayoría termina por transformarse en bolsas de poder para los suyos. En esos momentos la corrupción como una gangrena empieza a devorarlos".

-¿No cree que el modelo soviético convirtió en una monstruosidad la partidocracia y que se creó un partido único que lo decía todo, que pensaba por todos y que se transformó al final en una gigantesca máquina burocrática?

"Creo que la relación Partido-Estado fue mal planteada. El partido necesita mantener su independencia y que, además, las opiniones diferentes se expresen. En el caso soviético no fue así. Todo se planteaba de arriba hacia abajo. Y desde abajo no llegaba casi nada a la cúspide. Pienso que no ha ocurrido lo mismo en Cuba".


CONCIENCIA Y PARTICIPACION EN CUBA

-¿Es diferente en Cuba?

"Para responder esa pregunta habría que hacer otra ¿por qué una pequeña isla ha vencido al gigante que está a 90 millas de sus fronteras y que sigue empeñado en destruirla? Ocho presidentes de Estados Unidos han llegado a la Casa Blanca con el designio de terminar con la revolución cubana y han fracasado totalmente. La única respuesta es que en Cuba el pueblo participa en la marcha de su sociedad y que es parte esencial de su vida. La participación popular necesita de un elemento indispensable que es la conciencia y la información".

-¿Y existe entre los cubanos tal conciencia?

"Se ha hecho caricatura de un Fidel Castro que habla largas horas y con mucha frecuencia. Es un hombre que está educando a su pueblo todos los días y que le detalla lo que está pasando. Se pensó que fatal e inevitablemente Cuba sucumbiría después del fin de la URSS. En Miami hasta se representó una obra llamada ?El día que cayó Fidel Castro?. Pero Fidel está allí y todos están de acuerdo en que cuenta con el apoyo de su pueblo. Es un pueblo que da opiniones y que critica. En la URSS el partido era una correa trasmisora que no consultaba a la gente y que oficializó una retórica machacona y un lenguaje de frases hechas. Fidel dice siempre la verdad y le habla al pueblo en su lenguaje".

-¿Y la conciencia política no es a menudo una consigna rutinaria?

"Tener conciencia política verdadera significa una mentalidad abierta que comprende las distintas situaciones y que obliga a los dirigentes a dar las mejores respuestas a las necesidades del pueblo y a los esfuerzos del enemigo de destruir todo movimiento democrático. Se necesita la participación de la gente con sus ideas y experiencias. Y no se trata de que exista un Stalin que da todas las recetas".


STALIN Y LOS CRÍMENES

-¿Stalin no fue un resultado del leninismo?

"De ninguna manera. Lenin era un ruso- europeo. Stalin fue un producto asiático. Lenin tomó decisiones que no habría tomado Stalin. Firmó la paz con Alemania en 1918 sobre la base de que la naciente URSS necesitaba salir de la guerra cuando dieciséis naciones capitalistas se habían lanzado sobre ella. Lenin también dio un paso atrás, que muchos criticaron, al llevar a cabo una nueva política económica (la NEP) que permitió aliviar la angustiosa subsistencia de la gran masa. Stalin era un asiático y venía de un mundo que durante tres mil años consideró a la política como una autocracia para la cual toda diferencia debía ser sancionada con la muerte. En esa dirección se cometieron en la URSS crímenes horrendos, situaciones atroces, absolutamente contrarias al espíritu de Marx que era un revolucionario europeo".

-¿Todo se debió a eso?

"Hablo de una definición parcial porque no todo se debe a que Stalin creía demasiado en la fuerza, en la violencia y en lo compulsivo. Rusia fue una fortaleza sitiada durante varias décadas porque era la única nación del mundo que había roto el orden capitalista. Por lo tanto se creó la mentalidad del acosado, del sitiado. La historia debe ser analizada sin ingenuidad aunque los errores fueron muchos y no necesariamente obligatorios".

-¿Cree en los padres infalibles de la revolución?

"No. Hasta un hombre tan extraordinario como fue Mao en China se convirtió en un extremista que dispersó las posibilidades de la revolución sobre la base del abstraccionismo. Lo mismo hizo Pol Pot en Camboya. Si no se respeta al ser humano, si se cree que la política debe imponerse a la fuerza y si esa fuerza se dirige a suprimir a supuestos enemigos que son millones de personas del propio pueblo, estamos ante deformaciones monstruosas. Tales prácticas deben ser eliminadas de cualquier concepto revolucionario. Eso no significa caer en la bobería de que el adversario no hará todo para destruir a una verdadera revolución".


STALINISTAS EN CHILE

-¿Fuimos stalinistas en Chile?

"Fuimos y no fuimos. Es cierto que muchos comunistas adoptaron el stalinismo casi como una devoción religiosa. La fuerza de las convicciones místicas es muy grande y hasta pueden convertirse en una razón de vida. Se creyó que Stalin no sólo representaba a la URSS sino a la revolución mundial y por lo tanto era el líder de todos los revolucionarios. Esa identificación era tan grande que cualquier gesto de independencia o de crítica de alguna actuación que nos pareciera errónea aparecía como traición o revisionismo. Todo eso hay que terminarlo. Stalin introdujo una visión del marxismo antimarxista, con formas de autocracia y de absolutismo de Estado que está vinculada a la historia de Rusia -a Iván el terrible, a Pedro I- y también a la formación y a los defectos del personaje".

-¿Por qué usted dice "fuimos y no fuimos" stalinianos?

"Porque el PC chileno fue fundado en 1912 con el nombre de Partido Obrero Socialista y desde el punto de vista nacional fue certero y democrático, incluso con celo por su independencia. Sólo cambió su nombre por las imposiciones de la Internacional y estamos de acuerdo que así todavía se llame. Se hizo absolutamente indispensable en la vida nacional porque cuando otros sectores del mundo progresista renunciaban a sus propias posiciones el PC permaneció fiel a sus principios de los que no ha renegado nunca".

-¿Es una secta de los puros?

"Es mucho más que una secta, definitivamente no es una secta. Es un partido político necesario. Si no existiera habría que inventarlo de todas maneras".

-¿Y acatar su hegemonía?

"Creo que el concepto de hegemonía hay que eliminarlo de la vida política. No hay partidos que puedan ser dueños del país, dueños del pueblo. El pueblo decide por sí mismo y tiene derecho a muchas opciones. Pero es indispensable contar con un referente sólido y de una línea sin desvíos".


LA SOLEDAD DEL PC

-¿No le parece que el PC no es el mismo de antes? ¿Por qué no tiene aliados cuando siempre se caracterizó por sus amplias alianzas?

"Durante el gobierno de Salvador Allende el PC dio un ejemplo de amplitud que nadie discute. Luego los comunistas fueron ferozmente golpeados por la dictadura. De sus filas son la mayor cantidad de mártires, la mayor parte de los presos, torturados, exiliados. Fue uno de los motores de la resistencia en el interior y en el exilio. No obstante, en la llamada transición fue vendido en aras del consenso con la dictadura. Hubo un compromiso para eliminarlo en la práctica y para dar curso a un régimen cívico-militar que permitiera compartir el poder. Pinochet después de haber sido derrotado en el plebiscito pudo disponer durante otro año y medio de poder para amarrar al país en todo lo que no estuviera ya amarrado. Y todo eso fue arreglado para dejar afuera a los comunistas".

-¿Ésa es toda la explicación?

"No toda, pero la exclusión creó en el partido una sensación de tremenda injusticia, de la cual se habla poco. La exclusión existe hasta hoy. La persecución horrenda durante la dictadura y la marginalización deliberada y acordada en los gobiernos de la Concertación, explican cierto ensimismamiento de los comunistas, alguna tendencia a meterse hacia adentro. Pero de todos modos el PC no abandona sus esfuerzos por ser un factor unitario y ha levantado con otros sectores la bandera de la justicia con buenos resultados".

-¿Qué resultados?

"Nadie pensó que su tenaz lucha de todos los días podría alguna vez arribar a que Pinochet fuera un día juzgado, luego de ser detenido en Londres. En definitiva creo que, además, hay que hacer justicia a todo lo que significó el PC en el siglo XX en su afán de organizar a los trabajadores, darles una conciencia, una cultura, confianza en su poder y en su causa".


UN PARTIDO DEL HOMBRE

-¿Pero se ha renovado? ¿Ha adoptado la modernidad?

"La modernidad está muy desprestigiada. Pero estoy de acuerdo en que el partido debe estar a tono con los cambios, con los cambios reales, no los que dictan los grandes dueños del mundo. Las transformaciones científico-técnicas deben ser atendidas. La política misma se ha hecho mucho más compleja. No basta con la ?tincá?, con ?el instinto revolucionario?, con ?la conciencia de clase?. Se necesita el examen a fondo, del estudio, de la colaboración de los especialistas y los intelectuales. Fuimos el partido del colectivo y debemos ser también el partido del hombre, del respeto a la individualidad y a las diferencias".

-¿Es posible en el actual cuadro político?

"Sí a pesar de que los comunistas están en el ostracismo político y fuera del sistema. La política chilena continúa siendo anómala y falsificada. Está metida en la camisa de fuerza fabricada por la dictadura que inventó el sistema electoral más extraño y estrambótico del mundo. Todo está falsificado para que la gente en sus distintas opiniones no pueda expresarse. La Constitución de Pinochet continúa intacta. Y lo más tremendo es que la modificación que se hizo antes que Pinochet dejara el poder, hizo todavía más reaccionaria esa Constitución".

-En definiva ¿cuáles son las perspectivas del PC?

"Necesita salir del encierro, del estancamiento, necesita comunicarse más con la gente y sus problemas. Y debe saber también que un solo partido no puede cambiar la historia y que necesita de la más amplia unidad y de alianzas. Hay que enviar al museo de la historia las viejas fórmulas y lo que ya no sirve. La mentalidad sectaria, por ejemplo".


UNA POLIZA DE SEGURIDAD

-¿Qué piensa del perdón y la reconciliación?

"Hay gente de buena fe y otros que usan palabras que tienen prestigio moral con premeditación y alevosía para mantener intacto el sistema heredado de la dictadura y consagrar la impunidad. Si se aceptara la impunidad sería un atentado contra la concienca de la Humanidad, que rechaza los crímenes de Pinochet contra miles de personas y reclama su sanción. Se dejaría abierta la puerta para que en el futuro surja de nuevo la tentación del golpe de Estado. La verdad y la justicia, en cambio, son pólizas de seguridad".

-¿Es posible un cambio en la mentalidad de las FF.AA?

"Esperamos un examen de conciencia valeroso y realista que los libere de su papel de gendarmes de la derecha y de la ya anacrónica mentalidad de la guerra fría adquirida en los cursos del Pentágono. Necesitamos unas Fuerzas Armadas democráticas y patriotas, no ajenas a los grandes valores humanos. Creo que no es una esperanza imposible"



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