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La insignia
29 de abril del 2002


Nicaragua

Un presidente experto en cosmetología


William Grigsby Vado
Radio La Primerísima.(Managua, frecuencia 680 AM. Nicaragua)

Edición para Internet: La insignia.


La madrugada del cinco de noviembre de 2001, los nicaragüenses nos enteramos que el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) había derrotado ampliamente al Frente Sandinista (FSLN). En general, la sensación que se apoderó de un vasto sector de la opinión pública fue "vendrán cinco años de más de lo mismo: corrupción, latrocinio, pactos, neoliberalismo, miseria y hambre". Casi todos percibían al flamante vencedor Enrique Bolaños, el empresario conservador de 72 años, como un títere en manos del caudillo liberal Arnoldo Alemán Lacayo, y por lo tanto, que nada cambiaría en Nicaragua.

Han pasado 175 días desde las elecciones, y ahora la percepción es radicalmente opuesta, al menos en lo que se refiere a la corrupción. Bolaños, ungido Presidente de la República el pasado 10 de enero, no sólo ha roto cualquier atadura con su amigo y antecesor, Alemán, sino que ha emprendido con muy buen suceso una obra de demolición de todo su poder corrupto. Al extremo que puso tras las rejas al político más íntimamente vinculado al expresidente, quien a su vez está seriamente amenazado con también terminar en la cárcel. Alemán ha tenido que atrincherarse en la Asamblea Nacional, de la cual se hizo presidente en enero pasado, para impedir que le juzguen los tribunales comunes por una estafa contra el Canal 6, por un millón 350 mil dólares, y están a las puertas al menos otros cinco juicios más, por montos muy superiores.

Si lo que está haciendo Bolaños es sorprendente, lo que ha hecho Alemán es vergonzoso. En 1989, de acuerdo con un gerente de banco de la época, Alemán no tenía dinero para comprar un vehículo apto para el trabajo de carga. En aquella época, hace sólo 13 años, después de pasar ocho años en la prisión por sus vinculaciones al somocismo, se dedicaba a vender personalmente huevos y carbón vegetal. Iba de casa en casa en un vetusto camioncito, y su máxima aspiración era reponerlo. Por eso acudió al banco nacional. Hoy, en 2002, es el segundo hombre más rico del país, y su fortuna está calculada en no menos de 250 millones de dólares en propiedades y otros bienes, y una fortuna similar en cuentas bancarias en Suiza, Gran Caimán y otros paraísos financieros. ¿Qué hizo? ¿Es el Rey Midas? No. Fue alcalde de Managua durante siete años y Presidente de Nicaragua otros cinco.

Como resultado de su "cacería de ladrones", como la bautizó un antiguo aliado de Alemán, el Presidente Bolaños se ha granjeado un respaldo masivo jamás visto en Nicaragua: según las últimas encuestas, el 92 por ciento de la población apoya la lucha contra la corrupción. Habrá que ver si el mandatario logra satisfacer esas enormes expectativas de la gente no sólo enjuiciando a los corruptos, sino también condenándolos a prisión y recuperando los dos mil millones de dólares que entre todos se han robado.

En esa lucha, que no es ingenua, Bolaños ha contado con el sólido respaldo del gobierno de Estados Unidos y de la gran empresa privada (otro hecho insólito, pues los empresarios y los norteamericanos siempre respaldaron incondicionalmente a los gobiernos corruptos de los Somoza y del propio Alemán) y de la mayoría de los medios de comunicación nacionales. Pero también ha tenido que enfrentarse a su propio partido, totalmente dominado por el caudillo, y a la jerarquía de la Iglesia Católica, feroces defensores del gobierno de Alemán. Quizás es pura coincidencia, pero una explicación de esa fiera defensa pudiera ser que a través del organismo Comisión para la Promoción Social de la Arquidiócesis de Managua (COPROSA), manejada directamente por el Cardenal Miguel Obando y Bravo, se importaron a Nicaragua en cinco años, dos mil vehículos de lujo libres de impuestos, la inmensa mayoría vendidos después en el mercado nacional y en Centro América.

Varios hechos políticos registrados en la semana pasada, gravitan alrededor de la lucha contra la corrupción, así como sobre el rumbo estratégico definido hace una semana por el presidente Bolaños en su discurso en ocasión de sus primeros 100 días de gobierno. Ambas cosas han sacudido a la clase política del país, en particular al (PLC), y levantado expectativas en el pueblo y la opinión pública sobre el futuro inmediato del país.

El lunes 22 de abril fue capturado el otrora todopoderoso Byron Jerez, ex Director General de Ingresos (DGI), socio y amigo íntimo del ex presidente Arnoldo Alemán, acusado por la Procuraduría General de la República de la comisión de numerosos delitos. Pocas horas después, la Directiva de la Asamblea Nacional (parlamento) decidió no dar curso a una petición de desaforación del expresidente Alemán, y los también diputados liberales Martha McCoy y David Castillo, para que respondieran por la estafa millonaria hecha al estatal Canal 6.

Asimismo, la Corte Suprema de Justicia (CSJ) declaró vigente el auto de prisión contra los ex Presidentes Ejecutivos de ENITEL, Jorge Solís y Gabriel Levy, otros dos socios y amigos íntimos de Alemán, por los delitos de fraude y cohecho en contra de la empresa Elite International, de la cual es propietario el cubano-americano Ricardo Mas Canosa. Solís y Levy también son parte del círculo íntimo del ex presidente Alemán. Ambos huyeron del país apenas supieron la noticia. Otros seis ex altos funcionarios y sus familias, también salieron del país inmediatamente. De ese círculo de mafiosos alrededor de Alemán, sólo quedan dos indemnes: el ex titular de la Empresa de Energía Eléctrica, Edgard "El tigre" Quintana, y René Herrera, ex ministro de muchas cosas y hoy primer secretario de la junta directiva de la Asamblea Nacional, de la cual Alemán es el propio Presidente.

En su discurso del pasado 21 de abril, Bolaños, entre otras cosas, pidió a la Asamblea Nacional destituir al Superintendente de Pensiones, Martín Aguado, para obtener un préstamo de 30 millones de dólares por parte del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), institución que condiciona su desembolso a la salida de Aguado de ese cargo.

Aguado, fue presidente del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) durante el gobierno del doctor Arnoldo Alemán y es otro de sus amigos personales. Llegó al cargo de Supertindente de Pensiones, impuesto después de las elecciones por el mismo Alemán y los diputados liberales en la pasada legislatura de la Asamblea Nacional, para lo cual reformaron la Ley de Pensiones. Aguado tiene además otro problema: su esposa Ninete, le escamoteó de una cuenta mancomunada cinco millones de dólares, en venganza por una infidelidad. Ese dinero, dicen los medios de prensa del país, no es suyo, sino de su amigo y socio Arnoldo Alemán. El viernes pasado, desde Santiago de Chile donde se refugió, ha prometido su renuncia al cargo, pero nada se sabe de los cinco millones de dólares.

Martín Aguado, quien también está fuera del país presuntamente por asuntos familiares es acusado, además, por la actual presidenta del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), Edda Callejas Montealegre, de haber realizado un negocio ilegal y fraudulento con Bonos de Pago de Indemnización (BPI) del Estado durante el tiempo que él fungió como presidente del INSS, y del cual no se conoce el destino de más de 80 millones de córdobas.

En el transcurso de la semana el presidente Bolaños maniobró con inteligencia. Después de meter en la cárcel a Jerez, se reunió con los jefes de los otros tres poderes del estado: Alemán, del legislativo; Roberto Rivas, del Poder Electoral y quien es el director ejecutivo de COPROSA, el organismo del Cardenal Obando; y con Iván Escobar Fornos, del Poder Judicial, y quien es el abogado personal de los negocios de Alemán. Poco trascendió del contenido real de la cita, tan sólo las declaraciones protocolarias de que todo se hizo por la bienandanza del país...

Horas antes de esa reunión, Bolaños recibió al Secretario General del FSLN, Daniel Ortega, quien llegó acompañado del alcalde de Managua, Herty Lewittes (el segundo político de mayor popularidad del país, según las encuestas) entre otros colaboradores. Tampoco trascendió que pasó realmente en esa reunión.

Lewittes está de luna de miel con Bolaños. En enero, el presidente le ayudó a resolver una huelga que Alemán le había organizado en la alcaldía de Managua, entre otros favores, y ahora, el alcalde se ha sumado a la lucha contra la corrupción: denunció que el abogado Pablo Beteta, asesor eterno del gobierno, desde marzo hasta octubre de 1998 cobró casi 60 millones de córdobas (4,3 millones de dólares) por "asesoría" a la Empresa Nicaragüense de Electricidad (ENEL), aparte de 70 mil dólares que recibió como salario ordinario. El viernes pasado, Beteta huyó del país.

Y la semana la concluyó Bolaños, reuniéndose con la plana mayor de su partido: Alemán, otros tres presidentes honorarios del PLC y el actual presidente en funciones. Dice el presidente que Alemán llegó a la reunión "sedita", tan terso como la seda, es decir, dócil y amable. Tampoco trascendió aún qué discutieron y si llegaron a algún acuerdo.

En esas circunstancias políticas, entrevistamos al Doctor Julio López Campos, dirigente de la Izquierda del Frente Sandinista y analista político de Radio La Primerísima.

RLP: Licenciado López, algunos analistas políticos cree que en estos cien días de gobierno del Presidente Enrique Bolaños, el país ha cambiado. ¿Comparte usted este punto de vista?

JLC: Efectivamente, luego del discurso del presidente Bolaños en sus primeros 100 días en el poder, y la captura de Byron Jerez, el brazo derecho de Alemán y un hombre de su absoluta confianza, la mayoría de los analistas políticos, yo diría que casi la totalidad de los analistas políticas, han hablado de que desde ese día Nicaragua es otra, es distinta; que Nicaragua ahora se encamina hacia el Estado de Derecho. Otros analistas han dicho que ya nada podrá ser igual en nuestro país.

A mi juicio, hay que ver las cosas con mayor objetividad y serenidad. En primer lugar hay que decir que efectivamente el presidente Bolaños ha mantenido hasta ahora de manera consistente un discurso político anticorrupción. Y efectivamente, la Procuraduría General de Justicia, que depende del Ejecutivo, ha dado un primer paso en esa dirección, introduciendo una acusación de fraude y malversación de caudales públicos contra Jerez.

Esa, sin lugar a dudas, es una medida concreta, positiva, y que da credibilidad al discurso del presidente Bolaños sobre la corrupción. Ese es un hecho positivo. Todos en Nicaragua lo reconocemos así. Sin embargo, a partir de este hecho decir que ya Nicaragua es distinta y que ya no volverá a ser como antes, es sin lugar a dudas una extrapolación desproporcionada y es una manifestación de impresionismo político.

La verdad de las cosas es que todavía en Nicaragua no tenemos a ninguna persona condenada por actos de corrupción. Hasta el día de hoy, repito, no existe ni una sola persona condenada por actos de corrupción y todos nosotros sabemos en Nicaragua que los fraudes y actos delictivos en materia económica por el personal del ex presidente Alemán anda cerca de los dos mil millones de dólares, lo que significa casi la totalidad del Producto Nacional Bruto del país. Es decir que estamos hablando de actos delictivos de un alcance absolutamente desproporcionados.

Sería interesante saber, por ejemplo, ¿qué pasaría en Suiza, en Francia, Japón o o Estados Unidos si un equipo gobernante defraudara el erario público en magnitudes de un 50 % del Producto Nacional Bruto de esos países? Al final de cuentas las cosas son relativas.

Lo que quiero decir es que la detención de un individuo de ninguna manera puede eso ser equivalente a la magnitud del saqueo del que ha sido víctima nuestro país, como resultado de la administración del señor Alemán, de la cual dicho sea de paso, durante cuatro años el actual presidente de la República, Enrique Bolaños, fue nada más y nada menos que el Vicepresidente y el Jefe de la Comisión Nacional de Integridad, es decir de la comisión encargada de luchar contra la corrupción en aquel entonces.

Insistimos en que son positivos los pasos del señor Bolaños, pero de ahí a decir que ya vivimos en una nueva era en Nicaragua, que estamos bajo el Estado de Derecho, que ya Nicaragua es distinta, que este país es otro, es estar muy lejos, pero muy lejos de la realidad. Afirmar eso no sólo es indicativo de las buenas intenciones de la clase política, sino que también eso va acompañado de un perverso objetivo, como es el de seguir engañando al pueblo nicaragüense.

Nicaragua sigue siendo la misma: un país altamente endeudado, que exporta 600 millones de dólares e importa anualmente 1.800 millones de dólares, es decir con un balance estructural de su economía altamente deficitario; un país que tiene un Producto Nacional Bruto de alrededor de 2.000 millones de dólares o quizás un poquito más, pero que tiene una deuda externa impagable y una deuda interna de 1.700 millones de dólares.

Nicaragua sigue siendo un país que tiene entre el 50 y el 70% en condiciones de miseria, dependiendo si hablamos de la población urbana o rural; en donde el sistema público de salud y educación que había garantizado la satisfacción básica de estos derechos de los ciudadanos nicaragüenses durante la revolución sandinista, está hoy totalmente colapsado.

Es decir que en Nicaragua, es cierto que soplan nuevos aires, lo cual es positivo, pero eso está muy lejos de significar respuestas a los problemas estructurales del país, para no decir a los problemas materiales, sociales y espirituales de la población nicaragüense.

Ahora, aquí está por verse. Estas medidas tomadas en el orden político de lucha contra la corrupción, insisto, todavía no ha producido ningún resultado práctico, ningún resultado concreto. La orden emanada por una juez abriendo causa contra el ex presidente Arnoldo Alemán, ha sido ya engavetada y considerada sin mérito alguna por la Junta Directiva del parlamento para otorgar su desaforación y por lo tanto eso mantiene en un estado de absoluta imposibilidad ver al señor Alemán rindiendo cuentas en los tribunales de justicia de Nicaragua.

Pero es que además de las acciones fraudulentas, ilícitas, hechas desde la administración pública, habría que ver otros aspectos que van más allá de la simple administración pública. Las quiebras de los últimos bancos en Nicaragua, representaron para el país de 500 millones de dólares.

Esa no fue una operación de desfalco desde los caudales públicos, sino que con ello se despojó por una parte a miles de accionistas, pero por otro lado se obligó a los ciudadanos a pagar esos 500 millones de dólares que un grupo de delincuentes sustrajo bajo las formas de operaciones financieras que condujeron a la quiebra de los bancos, en un país en donde exportamos 600 millones de dólares al año. Estamos hablando de acciones delictivas de magnitudes absolutamente sorprendentes.

Pero eso no es todo. Operaciones fraudulentas son también los manejos financieros entre el Banco Central y la banca privada, que han permitido a esta última comprar o pagar bonos del Estado, según sea el caso, por encima de su valor o por debajo de su valor, como dicen ahora los economistas "operaciones de ingeniería financiera".

Es decir que el país está viendo ahora los resultados de 12 años de políticas neoliberales, que han significado nada más y nada menos que la corrupción del sistema, es decir del conjunto de las instituciones y organismos vitales de la sociedad nicaragüense: administración política corrupta, sistema financiero corrupto, empresa privada que evade sus impuestos, que adultera sus facturas, en fin, 12 años de neoliberalismo han producido aquí unos daños de magnitudes realmente insospechadas.

De manera que decir que el discurso del presidente Bolaños de los 100 días y la captura de un individuo significa que ya vivimos en una nueva Nicaragua, no puede ser otra cosa más que un engaño. Es cierto que se están operando algunas modificaciones políticas, pero estas modificaciones políticas no están siendo todavía protagonizadas por la ciudadanía nicaragüense, ni están significando la apropiación por parte de la ciudadanía de nuevos derechos o nuevas conquistas.

RLP: Pero algún efecto político ha tenido, sobre todo en las fuerzas partidarias...

JLC: Uno de los cambios políticos más notorios, es la temprana crisis creada entre el gobierno Liberal y los mandos tradicionales de Partido Liberal. Es decir, que se ha abierto en nuestro país una disputa en el seno de la dirigencia, en el seno de la clase política del Partido Liberal: ¿quien tiene más poder? ¿quién incide más en las políticas de gobierno? ¿quién impone la agenda parlamentaria? ¿quién va a ser el interlocutor privilegiado frente a los inversionistas extranjeros? ¿quién va a mandar más en el Partido Liberal? ¿quién va a ser el nuevo líder de los liberales: Alemán o Bolaños? ¿qué segmento de la clase política va a tener más incidencia en las decisiones presentes y futuras?

Son disputas, pero son disputas que están muy lejos de gravitar alrededor de los intereses de la población nicaragüense. Al final de cuentas se trata de una crisis en el seno de un segmento de la clase política nicaragüense, que gravita siempre alrededor de intereses económicos, de quien administra más o menos cuotas de poder político, pero eso todavía está muy lejos de representar logros relevantes, logros significativos para el pueblo nicaragüense.

Hay otros cambios. Es un hecho inobjetable que frente al descrédito del equipo político del Partido Liberal asociado a Arnoldo Alemán, el presidente Bolaños ha optado tomar en parte por otro rumbo, como es el hecho de convertir a la empresa privada en su brazo político. La organización de los empresarios nicaragüenses llamada COSEP (Consejo Superior de la Empresa Privada), es sin lugar a dudas hoy por hoy el principal partido político en el que se apoya el presidente Alemán.

Efectivamente, Bolaños fue nada más y nada menos que un presidente del COSEP, es decir de la iniciativa privada. Bolaños sabe que en estas condiciones, ya desde el gobierno, le resulta más rentable tener de su mano a la empresa privada que al equipo político corrupto del Partido Liberal que hasta ahora ha venido obedeciendo al señor Alemán. Ese también es un cambio.

Pero esta es una empresa privada que ha propugnado por vender al país a los inversionistas extranjeros, que ha seguido todas y cada una de las pautas trazadas por el Fondo Monetario y el Banco Mundial. Es una empresa privada que tiene como única Patria sus propios bolsillos, que ha permitido y alentado las privatizaciones delictivas que se han dado en nuestro país en todos estos últimos años.

Lo que quiero decir es que esta nueva alianza de Bolaños, convirtiendo la empresa privada en un partido político beligerante en nuestro país, tampoco significa y representa cambios sustantivos para las condiciones de vida del pueblo, ni en el plano económico y mucho menos en el plano político.

Pero bueno, eso significa también algunas modificaciones en el escenario político que apenas ahora estamos percibiendo, cuyas consecuencias yo diría son fácilmente previsibles. Es decir vamos a tener un gobierno respaldado por una empresa privada que de manera unánime va a continuar, para no decir profundizar, una política de entrega del país, de sus recursos naturales, de su fuerza de trabajo, de sus escuálidas empresas públicas en manos del capital extranjero, y ejecutando de manera fiel y servil las políticas y propuestas del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional. De manera que hay algunos cambios, pero que están muy lejos de estar a la altura de las expectativas y de las necesidades de la economía y del pueblo nicaragüense.

RLP: ¿Hay algún cambio que beneficie al pueblo?

JLC: Quizás el elemento más positivo de la coyuntura son el conjunto de acciones todavía moleculares, todavía muy pequeñas, pero que desde la base del pueblo nicaragüense comienzan a moverse de manera autónoma frente a la clase política reclamando cárcel para los corruptos, la devolución de los bienes usurpados al pueblo, que demandan más salud, más educación y más empleo.

Ese es un hecho nuevo. El pueblo nicaragüense tiene como cinco años de no movilizarse alrededor de ninguna bandera, mediatizado por una inapropiada política de la conducción del Frente Sandinista, que terminó mediatizando el proceso de lucha social a través de un pacto político del señor Alemán. Después de varios años y congelación de luchas sociales y políticas, en estos últimos meses hemos visto, todavía a escala muy pequeña pero sí altamente significativa, en muchas partes del país, expresiones de resistencia y oposición frente a la corrupción.

Falta todavía porque estos sectores beligerantes del pueblo nicaragüense asociando la corrupción a las políticas neoliberales y a un sistema que no ofrece ni empleo, ni salud, ni educación, ni perspectivas de desarrollo y progreso, por lo menos para la gran mayoría de la población nicaragüense.

Estos últimos cambios moleculares que observamos frecuentemente ahora en nuestro país, esos sí son verdaderos signos alentadores, pero que están muy lejos todavía de llevarnos a situaciones realmente de cambios a estos procesos de retroceso que hemos vivido durante estos últimos 12 años.

Pero subrayo, es importante que hay señales evidentes de que el pueblo nicaragüense comienza a mostrar indignación. La gran interrogante es: ¿Será el pueblo nicaragüense capaz de moverse de manera autónoma frente a una clase política que ha privilegiado la conciliación de sus intereses particulares? ¿o mantendrá, todavía, la clase política nicaragüense la capacidad de actuar por encima de los intereses de la gente? ¿Serán capaces de mantener congeladas las luchas sociales y políticas en el país?

Son cosas que todavía están por verse. Es quizás la disputa más importante que hay ahora en Nicaragua. Sin lugar ha dudas que el pueblo nicaragüense se ha sentido alentado por las expresiones de rebeldía de otros pueblos en América Latina y no oculta de expresar su rebeldía, pero estamos muy lejos todavía de la generalización de una conducta de esta naturaleza del pueblo de Nicaragua.

Pero ya estamos viendo múltiples acciones, insisto, todavía pequeñas, pero que son, ojalá así sea, los primeros pasos de una conducta política del pueblo nicaragüense que permita recuperar la fuerza demostrada por el pueblo en otras ocasiones en la historia de nuestro país.

En conclusión, estamos a comienzo de algo, vale la pena realmente ponerle atención a lo que está ocurriendo en Nicaragua. Nosotros apostamos a la movilización social, nosotros apostamos a la movilización de la ciudadanía; tenemos confianza en el pueblo nicaragüense, creemos que un pueblo que ha luchado tanto y que ha acumulado tanta experiencia de lucha, tanta experiencia política, no podrá permanecer indefinidamente de rodillas frente al neoliberalismo y a la clase política corrupta que ha gobernado nuestro país en estos últimos 12 años.

Pero en la otra acera, no se perciben cambios. La cúpula del Frente Sandinista parece que ha quedado pasmada frente a las acciones de Bolaños. Es evidente que el Presidente tiene toda la iniciativa política en todos los terrenos, y Daniel Ortega y su equipo se limitan únicamente a observar y a lo sumo, aplaudir unas veces y cuestionar las formas en otras.

RLP: ¿Hace oposición, respalda a Bolaños, qué hace el FSLN?

Hay algunos ejemplos que ilustran el comportamiento errático y confuso de la cúpula del FSLN. Cuando la embajada norteamericana anunció que Byron Jerez no podía ingresar a Estados Unidos, porque el departamento de estado había cancelado su visa porque sospecha que se dedica al lavado de dinero, el secretario general del FSLN calificó a Jerez como "un prominente ciudadano". En castellano, ese adjetivo tiene muchos sinónimos: sobresaliente, destacado, superior, aventajado, preponderante. ¿Qué pudo llevar a Daniel ocupar semejante adjetivo para Jerez? Incluso, otro miembro de la cúpula, el vicesecretario general Tomás Borge, hoy diputado nacional, se negó a comentar los actos de corrupción de Jerez. Y para rematar, dos semanas antes de su captura, Jerez se entrevistó con Dionisio Marenco, mano derecha de Daniel y principal negociador del pacto con Alemán, en las oficinas del propio Marenco. Descubierto por las cámaras de un canal de televisión local, Marenco declaró que la versión de Jerez sobre alguno de los casos de corrupción que le acusaban, era interesante. Más aún: a Jerez lo capturan al salir de su oficina. Su oficina estaba ubicada en un edificio patrimonio del FSLN y administrado por Samuel Santos, la mano derecha de Bayardo Arce, diputado sandinista y muy cercano a Daniel.

Temeroso que otros sectores sociales le arrebaten las banderas de la oposición, el FSLN decidió iniciar marchas para obligar a la Asamblea Nacional a retirar la inmunidad a Alemán. A lo sumo, ha logrado que concurran cuatro mil personas a una de las dos únicas marchas que ha organizado.

Y antes organizar esas marchas, Daniel maniobró de una manera sorprendente. Después del feriado de Semana Santa, el secretario general y el diputado Arce, se reunieron por dos horas con Alemán y tres de sus más cercanos colaboradores. Al terminar la reunión, Ortega declaró que su objetivo era solicitarle que por el bien del país, era mejor que Alemán renunciara a su inmunidad. Pero seis días después el secretario general se reunión con sus aliados de la Convergencia Nacional, y les dijo que Alemán le había propuesto renunciar a su cargo en la Presidencia del parlamento y a la actividad política nacional, a cambio de su inmunidad y del retiro de todos los juicios. Todos los miembros de la convergencia, desde el socialcristiano Agustín Jarquín, hasta el cuñado de Alemán Eddy Gómez, rechazaron indignados semejante propuesta y le advirtieron a Daniel que si aceptaba, ellos serían los primeros en denunciarlo. Daniel se comprometió a no hacerlo.

Un ejemplo más: los liberales de Alemán quieren vengarse de la familia más rica del país, la de Carlos Pellas, por su total respaldo al presidente Bolaños, levantando el impuesto sobre la importación de azúcar centroamericana. Los Pellas son el símbolo de los oligopolios del país. Hasta ahora el estado ha subsidiado el fracaso de los Pellas en el Ingenio San Antonio, el más grande del país, donde se han negado a invertir para mejorar su capacidad productiva y modernizar su tecnología, dejando que vendan la libra de azúcar a tres veces su valor en el mercado internacional. Y para eso, impide la competencia.

Ya en 1997, cuando se hizo la Ley Tributaria, gran parte del grupo parlamentario sandinista y un puñado de diputados liberales estaban preparados para levantar el impuesto a la importación de azúcar. Si toda la bancada de 36 diputados del FSLN hubiese votado a favor, el impuesto se habría eliminado. Pero el diputado Arce tenía otra opinión. El sostenía que eso los enemistaría con los Pellas y jamás podrían ganar las elecciones. Convenció a Daniel, o Daniel se dejó convencer, y consiguió el respaldo de otro diputado, Edwin Castro. Con esos tres votos, el artículo no pasó y quedó vigente el impuesto al azúcar importada. Todos los otros 33 diputados sandinistas, y otros 13 de otros partidos, incluyendo algunos liberales, votaron por eliminarlo. Les hizo falta dos votos para lograrlo.

En esta ocasión, hace tres semanas, dos horas después que los liberales introdujeron el anteproyecto de ley, Daniel solicitó una entrevista con Pellas. Por la tarde, el encuentro se realizó en el recién inaugurado suntuoso palacete de las empresas y los bancos del empresario, con helipuerto incluido. Daniel anunció el compromiso de los 38 diputados sandinistas de hacer todo lo posible por impedir que ese impuesto fuese aprobado. Cierto, si el azúcar importada entra al país sin impuestos, causaría probablemente el cierre temporal de los ingenios y el despido de un contingente de unos cinco mil obreros y empleados. Pero en cambio, todos los nicaragüenses subsidiamos la destilería de los Pellas, que produce los rones Flor de Caña, y sus fabulosas ganancias. Hay que recordar que sobre la base de ese ingenio, los Pellas construyeron su emporio empresarial centroamericano: bancos, tarjetas de crédito, distribuidoras de automóviles, cervecerías, étc. ¿Estarán dispuestos los Pellas a dejar de sembrar azúcar y a perder el negocio de los rones, si se levanta el impuesto al azúcar importada? De manera que la conducta de Daniel y la cúpula del FSLN es por lo menos inexplicable.

Por otra parte, en forma simultánea a su lucha contra la corrupción, el Presidente Bolaños ha empezado a avanzar en la profundización de las políticas neoliberales. Pero ni el FSLN como tal ni las organizaciones gremiales y sindicales vinculadas al sandinismo tienen la capacidad de convocatoria, ni las estructuras organizativas capaces de movilizar al pueblo para impedirlo. Una vez más, el tiempo da la razón. El precio más alto que pagó el FSLN por el pacto de 1999 con Alemán, fue el desmantelamiento de toda la estructura de las organizaciones sociales y el daño irreversible en su credibilidad ante los trabajadores, los desempleados, los campesinos, el pueblo en general. Ahora, si acaso quiere rectificar, no le será suficiente simplemente llamar a tal o cual movilización para luchar contra tal o cual política del gobierno. No le será suficiente, porque la gente no es tonta, ni borrego. La gente no le cree. Y tampoco está organizada.

Si finalmente prevalece la honradez revolucionaria en Daniel y todo la cúpula sandinista, lo menos que deben hacer es iniciar los dramáticos y profundos cambios estructurales que requiere el FSLN, de abajo hacia arriba y de arriba hacia abajo, reasumir su identidad socialista, sandinista, democrática y revolucionaria, desatar la lucha popular, y abrazar a todas las corrientes del sandinismo bajo las banderas más sentidas del pueblo nicaragüense. No será posible recuperar la esencia popular del sandinismo, si sus dirigentes están más empeñados en congraciarse con el gobierno de Estados Unidos y con los organismos financieros internacionales, que en la defensa de los intereses de la gente. El congreso extraordinario que han programado para mayo próximo, para discutir la estrategia y el programa, es una excelente oportunidad. Pero yo dudo mucho que Daniel desee hacerlo. Pesan más los intereses políticos y las ambiciones personales. Un ejemplo que ilustra esas dudas es el siguiente. El congreso de febrero ordenó al nuevo Consejo Sandinista Nacional (la antigua Dirección Nacional) que emprendiera un diálogo constructivo con todas las corrientes del sandinismo, para propiciar la reunificación del sandinismo. Dos meses después nada de eso ha ocurrido. Al congreso de febrero, ni siquiera invitaron a los dirigentes de la Izquierda, pese a que el 15 por ciento de los delegados, son de esa corriente. Ahora viene el otro congreso, y no hay ni asomo del diálogo.

RLP: La izquierda del FSLN abanderó la lucha contra la corrupción durante el gobierno de Alemán y los cambios revolucionarios en el seno de ese partido. ¿Qué hace ahora?

La izquierda del FSLN, en la medida de sus escasas y limitadas posibilidades, se mueve buscando la movilización social, la movilización política de la gente, sin vanguardismo, sin partidarismo, sin sectarismo, promoviendo todas las formas posibles que puedan encontrarse, todas las banderas posibles para que la gente se movilice, sin poner pre requisitos partidistas, simplemente levantando como banderas las necesidades de la gente, sus inquietudes más sentidas y creemos que por esta ruta podremos contribuir, aunque sea de manera limitada, a la necesidad de un nuevo despertar del pueblo nicaragüense.

Esta es la apuesta sustantiva, esta es la esperanza que deben tener y por la cual deben trabajar los sectores conscientes de nuestro país, y creo que solamente de esa manera podremos también responder al déficit que tenemos frente a la comunidad internacional, que tanto apoyo y tanta solidaridad nos ha brindado a lo largo de todo este tiempo.

Es decir que en este proceso, visto desde abajo, hay señales positivas. Lo importante ahora es alentarlas, promoverlas, estimularlas, hasta que lleguemos de nuevo a esas circunstancias en las que el pueblo sea capaz de moverse por sí mismo, levantarse sobre sus propios pies y ponerse por encima de la corrupción y de la opresión económico-social al que ha estado sometido a lo largo estos últimos 12 años.



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