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La insignia
19 de abril del 2002


Palindromía I


Ariel Ruiz Mondragón


Yo los conocí en mis lecturas como palindromas. Más adelante supe que su nombre correcto era el de palíndromo: "palabra, verso o frase que pueden leerse de derecha a izquierda y de izquierda a derecha." Leyendo en una dirección o en otra, el orden de las letras nos permite leer lo mismo. Es un ejercicio de ingenio y también de paciencia.

Recuerdo uno de los palíndromos clásicos:

Dábale arroz a la zorra el abad

Un par de Julio Cortázar:

Amigo, no gima
Salta Lenin el atlas

Con todo, creo que el político mexicano Miguel González Avelar dio en un sensacional par de frases palindrómicas la definición de esta disciplina:

Arte, la letra
Sé verla al revés.

A continuación presento algunos palindromos frutos de mi propio magín. Aunque no son tan buenos como los de los maestros que mencioné arriba, creo que se defienden. Esta es la primera entrega de tres.

A Caifanes: acá casen a fiaca.
Acaso breves, ese verbo saca.
Ser acaso breve, verbo sacar es.
A Colón no, loca.
A el ser: res lea.
A la bella calle Bala.
A la carta, atrácala.
Atraca la carta.
Allí, sal a la silla.
Ande, Elia; baile, Edna.
Anita le gana a Ana Gelatina.
Ariel le irá.
A saber: rebasa.
Atlas: las naves se van, ¡Sal! ¡Salta!
Atorado, no da rota.
¡Ay Alba, habla ya!
Azar a la raza.
Císcalo Olac (sic).
Dad ira como caridad.
La pena, a Nepal.
Late, late, metal et al.
Le odiaba, ido él.
Noel León.
Nora Aron.
Oda, la soda, leche; eche lado salado.
Odín, a su ojo cojo, usa nido.
Odón al ánodo.
Oír doble a el bodrio.



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