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La insignia
13 de julio del 2007


Chile

Antenas mortales


Arnaldo Pérez Guerra
Punto Final / La Insignia. Chile, julio del 2007.


A falta de legislación que regule su instalación, las antenas de telefonía celular proliferan en Chile. Muchos creen que es un excelente negocio y a riesgo de su salud y de la de sus vecinos, arriendan su propiedad para instalar una de esas antenas por un promedio de diez años. Pero estas antenas provocan graves daños a la salud, al medioambiente y devalúan las viviendas de un vasto sector. En Chile se han instalado antenas de celulares incluso en patios de colegios y jardines infantiles. En 2001, superaban las 1.400, y la cifra aumentó a tres mil en 2003; ahora hay más de seis mil. Según la Subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel), a fines de 2004 los usuarios de celulares bordeaban los nueve millones. La cifra actual supera los trece millones y continúa en aumento.

La empresa Claro Chile instaló una antena en calle Blest Gana N° 6667, comuna de La Reina, en Santiago. Los vecinos diariamente se manifestaron contra su instalación. Tras casi dos meses consiguieron que el alcalde Luis Montt firmara un decreto que ordena desmantelarla. Pero están alertas, esperando el vencimiento del plazo de veinte días. Montt se ha reunido con los vecinos, el propietario del inmueble -Leopoldo Dünner-, el subsecretario de Telecomunicaciones -Pablo Bello-, y ejecutivos de la empresa Claro. El concejo municipal también ha debatido el asunto. El concejal Francisco Olea, señala: "Existen cerca de dieciocho antenas para celulares en La Reina sin que haya información clara ni precisa. Se han transformado en un negocio que atenta contra el estilo de vida y el carácter residencial de la comuna".

"Los vecinos afectados por la 'antena Dünner', han hecho funas bulliciosas y marchas que han incluido performances con velas, candelabros, comidas, bebidas, maní, papas fritas y hasta suchi. Gracias a estas protestas ha nacido un nuevo espíritu, de amistad, entre los vecinos. La gente se saluda y se ayuda. Se hace más vida de barrio", dice Rosa Pino.

Comité contra la antena

"Dünner hizo negocio con Claro Chile y, sin consultar a los vecinos, arrendó el patio de su casa para instalar una antena. Estudios científicos concluyen que la radiación que de ellas emana afecta a las personas hasta a un kilómetro a la redonda. Además, una antena en un sector residencial devalúa las propiedades aledañas", señalan los vecinos Rosa Pino, Rocío Gutiérrez, Cristina Sánchez, Esteban Pizarro, Ximena Muñoz, José Zamorano, Elsa Parra, Rogelio Rodríguez, Paloma Rodríguez, Rosa Arriagada y Paula Eyquen.

Rosa Pino vive sólo a metros de la antena. "En tres días hicieron la instalación y apareció una antena de 29 metros", dice.

Rocío Gutiérrez agrega: "Formamos un comité contra la antena. Comenzamos a relacionarnos con la municipalidad. Tomamos medidas, desde protestar todos los días de 9 a 10 de la noche, hasta poner un recurso de protección a través del abogado Alberto Espinoza, y presionar a la municipalidad para que establezca una ordenanza municipal. Nos reunimos con Pablo Bello, de la Subsecretaría de Telecomunicaciones, y con los concejales de la comuna. Conseguimos que el alcalde dictara el decreto para demoler la antena".

"Queremos una ordenanza municipal por-que no sacamos nada con que desmonten esta antena y la pongan en otro lugar", agrega Rosa Pino.

No cumple normativa

La antena en calle Blest Gana no cumple la normativa. Debiera distanciarse de los muros de las viviendas vecinas a razón de un tercio de su altura. Denuncian que el transformador de Claro colinda con el dormitorio de una vecina. Señalan que si se les exige cumplir la ley cuando amplían sus casas, instalan un gallinero o podar sus árboles, es absurdo que la ley no diga nada sobre pedir autorización a la municipalidad para instalar una antena en una residencia. "Es contradictorio. En la cuadra hay un vecino con marcapasos y si la antena se encendiera él se vería afectado notablemente, según estudios científicos que señalan los efectos de la contaminación electromagnética. La Reina es una comuna residencial. Toda la vida hemos tratado de cuidar eso. ¿Si un vecino instala una antena por problemas económicos, y el vecino del lado tiene un familiar enfermo? ¿Significa que nos vamos a llenar de antenas, en vez de árboles vamos a tener antenas en nuestros patios? El argumento del señor Dünner fue que había tenido un infarto y quería dejarle un porvenir a su señora. Averiguamos que tiene seis propiedades y es socio en siete empresas", dice Rocío Gutiérrez.

"Después de un mes de protestas Dünner dice que ya no quiere la antena. Su primera postura fue: 'hice el negocio de mi vida y al que le gusta bien y el que no, bien también'. Salió a decirlo a la calle, prepotente. 'Ustedes no saben hacer negocios. ¿Creen que protestando frente a mi casa van a sacar algo?', nos decía. Al cabo de un mes y medio la situación cambió", dice Rosa Pino.

El alcalde Luis Montt ha asegurado a los vecinos que las conversaciones con la empresa Claro están bien encaminadas. "Según la ley, el municipio no tiene facultades, sólo el jefe de Obras Municipales se informa de la instalación de una antena de telefonía. El alcalde Montt puede decir que está con nosotros y nos apoya, pero en concreto si Claro instala otra antena que cumpla la normativa técnica, se quedará ahí", dice José Zamorano, otro vecino.

El abogado Alberto Espinoza presentó un recurso contra el municipio, la empresa Claro, el señor Leopoldo Dünner Pessoa y la subsecretaría de Telecomunicaciones (Subtel). "Nadie se hace cargo. Según la ley la municipalidad no se hace cargo, pero la Subtel tampoco. Nadie responde. La antena fue aprobada por la Subtel, representada por Pablo Bello Arellano, sin contar con las autorizaciones municipales correspondientes y violando la normativa existente. A eso se suma que la Municipalidad de La Reina no ejerció sus facultades fiscalizadoras permitiendo el levantamiento de la antena sin que cumpliera la normativa. El recurso fue acogido y está en trámite. Hay que esperar. Otros recursos de protección fueron acogidos, uno de la junta de Vecinos y otro de una vecina", dice Alberto Espinoza.

Ordenanza municipal reguladora

José Zamorano es vecino de La Reina desde 1950. "Reaccionamos primero espontáneamente, a raíz de la instalación intempestiva. Posteriormente, nos organizamos y hemos estado averiguando, investigando, coordinando labores. Los vecinos afectados constituimos un grupo homogéneo que trabaja por la protección de la salud, del medioambiente y el patrimonio territorial. La antena no sólo desvaloriza nuestras propiedades sino también la tranquilidad con la que habíamos vivido, impacta incluso la visión. No queremos que suceda en nuestra comuna", dice.

Un Concejo Extraordinario de la Municipalidad trató el asunto de redactar un borrador para una ordenanza que regule la construcción de antenas en La Reina. "Lo conseguimos gracias a nuestras protestas. Asistimos a los últimos concejos e hicimos ver la indefensión en la que estamos los vecinos y la ciudadanía entera en relación a la instalación de este tipo de artefactos. Las emisiones electromagnéticas y radiaciones que emiten estas antenas hacen daño. En vista de eso pedíamos que se normara. Hoy existe una ley hecha a la medida de las empresas, que aprueba su instalación indiscriminada en colegios, jardines infantiles, hospitales, iglesias y patios residenciales".

En La Reina ya se han instalado dieciocho antenas. Una de ellas, en un sitio eriazo, donde los vecinos la desmantelaron. "La rompieron a pedazos, y al final la empresa se fue", dicen.

¿Qué pasará si la antena no es demolida? Averiguaron que si sigue ahí después del plazo, la municipalidad puede, a través del Juzgado de policía local, instruir a Carabineros, aunque la policía sólo puede ir a constatar que la antena sigue ahí. "No podrían hacer nada porque no tienen implementos para desamarla". El municipio deberá contratar a técnicos especializados, desarmar la antena y luego cobrarle a Claro. "Si no sucede, comienzan a aplicarse multas. Espero que la ley impere. Si se emiten decretos se deben cumplir. Seguiremos organizados y protestando mientras no se bote la antena". La Ordenanza que los vecinos intentan se apruebe incluiría que al presentarse una solicitud de instalación de una antena, ya aprobada por la Subtel, la Dirección de Obras del Municipio exija ciertos documentos, como el visto bueno de la Junta de Vecinos del sector, alcalde y concejales, y antecedentes técnicos comprobados en terreno, asegurar que no pueda instalarse en colegios y jardines infantiles. "Se debiera considerar el principio precautorio", dice Zamorano.

Es ilógico que la municipalidad y la Subtel hayan inspeccionado la antena de Claro sólo a instancias de las protestas de los vecinos. La empresa Claro había entregado antecedentes falsos para la instalación de una antena que no cumplía las normas. Sólo por eso se aprobó el decreto municipal de demolición. Los planos decían que la distancia de la antena a la medianera era de 9,70 metros, pero la normativa dice que la separación debe ser de un tercio de su altura: "La antena no lo cumple. Debe tener 9,60 metros de distancia con respecto al poste, pero el radio de ésta pasa por el living de dos casas vecinas. Si la distancia es 12,1 metros, el tercio es 4,3 metros, y estaba adosado en 5,2 metros. Una vecina tiene tras el muro de su habitación el transformador de la antena. Tampoco cumple con instalar el transformador a distancia. El municipio y la Subtel lo constataron, pero fiscalizaron a instancias nuestras, no por iniciativa propia. Es absurdo que hoy se emita un decreto, se entreguen planos y todo se apruebe sin siquiera ir a terreno a mirar. Eso es lo que queremos que se modifique", concluye José Zamorano".



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