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La insignia
22 de mayo del 2006


La emigración internacional:
Un proceso ligado al neoliberalismo (I)


__Especial__
Emigración
Plan Migración, Comunicación y Desarrollo
ILDIS / La Insignia. Ecuador, mayo del 2006.



Aunque los flujos humanos no son una novedad del capitalismo, se fortalecieron con él. En efecto, las migraciones se fortalecen a partir del siglo XVI, tras el descubrimiento de América. Fue la "etapa de acumulación originaria del capital", durante la cual también se fue conformando el sistema capitalista y los Estados modernos. La "disponibilidad" de tierras en el "nuevo mundo" y la imperiosa necesidad de colonizar "antes que el otro" dinamizaron los movimientos poblacionales. Más allá de la expansión territorial y la acumulación de riquezas que implicaban dichos movimientos, tales flujos permitieron la progresiva propagación del capitalismo en todo el mundo. Este proceso se consolidó sobre todo mediante la dominación militar y mercantil -y por supuesto, política- que ejercieron las potencias europeas sobre América, África y Asia. Las migraciones registradas a partir de ese periodo y hasta la actualidad, principalmente se produjeron como resultado de la expansión capitalista, es decir la destrucción y reemplazo de economías no capitalistas, que generaron el traslado ya sea forzoso o voluntario de trabajadores y esclavos.

Con justeza anotan Carlos Pereda y Miguel Ángel de Prada (2004), que "en primer lugar, más allá de explicaciones coyunturales como hacer depender las migraciones actuales de la etapa de globalización neoliberal, es preciso establecer un hilo conductor que relacione dichos flujos migratorios con la lógica salarial-social de revalorización del capital que constituye desde hace varios siglos el núcleo central y la matriz estructuradora principal de las relaciones sociales. En segundo lugar, y en coherencia con lo anterior, cualquier propuesta de transformación de las políticas migratorias que pretenda abordar los problemas de fondo que plantean las migraciones debe enmarcarse en el objetivo más general de los movimientos antisistémicos que persiguen transformar las bases del modelo capitalista en vigor"(1).

Entre los principales movimientos migratorios derivados de la expansión del capital se pueden mencionar los siguientes: el flujo colonizador desde Europa hacia el resto de continentes, conformado por soldados, comerciantes, marinos, mano de obra en general, incluso judíos escapados de la Inquisición, entre otros. Un segundo flujo, consistente en el tráfico de esclavos africanos para las colonias. Y un tercero, resultado de la prohibición del tráfico de esclavos: el flujo de mano de obra asiática (como reemplazo de la africana), en particular de India, China y Japón.

Otras migraciones internacionales relacionadas con la expansión del capitalismo, aunque ya no directamente con la colonización, fueron los flujos de trabajadores derivados de los procesos de industrialización, que convirtieron a los obreros en accesorios fácilmente reemplazables. Un ejemplo importante fue la tecnificación de la agricultura. En efecto, entre 1846 y 1932, más de 50 millones de campesinos y artesanos europeos emigraron hacia América, Asia y África debido a los efectos nocivos del proceso de industrialización, así como de problemas en la agricultura. Y un último desplazamiento poblacional que debe mencionarse es el de la migración permanente desde diversos puntos del planeta hacia EEUU que se explica, entre otras cosas, por el dinamismo de su economía, la que, a su vez, se benefició de ese enorme potencial humano. Pero algunos flujos migratorios importantes tuvieron un origen distinto a la expansión del capital. Más bien fueron el resultado de problemas de tipo étnico-religioso, y más recientemente de tipo político-ideológico. Entre los principales ejemplos se puede mencionar la depuración étnica y religiosa realizada en España en 1492, con la expulsión de decenas de miles de judíos.

Un ejemplo más reciente es la emigración forzosa de palestinos a partir de la creación del estado de Israel. Recuérdese que más del 70% de la población de Palestina fue expulsada de sus tierras, superando hoy los cuatro millones de personas. Así, agregando casos y casos, el número de refugiados políticos según el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, asciende a 25 millones, y más de la mitad serían desplazados internacionales.

En la actualidad, gran parte de los movimientos migratorios se originan en el mal llamado "tercer mundo" y se orientan cada vez más hacia los países desarrollados, especialmente EE.UU. y la Unión Europea. Una de las razones fundamentales de estos flujos vendría a ser el incremento de la pobreza resultante entre otras cosas, de la aplicación de las contraproducentes políticas de ajuste estructural promovidas por el FMI y el Banco Mundial desde mediados de los 80. Así, según un estudio de la OIT, entre 1970 y 1990 el número de países emisores de emigrantes habría pasado de 29 a 55, la gran mayoría pertenecientes al mundo empobrecido. Algunos ejemplos destacables serían Ecuador y Marruecos, como grandes emisores de emigrantes hacia la Unión Europea; México junto a varios países centroamericanos y caribeños como El Salvador, Guatemala y República Dominicana, entre los que habría que incluir al Ecuador, como grandes fuentes de migración hacia los EEUU. Para estos países pobres la migración ha actuado como una válvula de escape social, económica y política.


Emigración y capitalismo global

La emigración constituyó un factor determinante en la expansión del sistema capitalista, como hemos dicho. Esto no ha cambiado en la actualidad. En efecto, el papel de las migraciones aún consiste en facilitar la expansión del capital. Sin embargo, esta última puede presentarse de forma extensiva así como intensiva. La implantación del sistema en nuevos territorios puede considerarse como una forma extensiva, por cuanto implica la extensión geográfica del sistema. Por otro lado, la expansión del capital se torna intensiva cuando se produce una mejora cualitativa en su funcionamiento que amplía y profundiza su ámbito de influencia. Un ejemplo sobresaliente de una expansión intensiva del capitalismo fue justamente el proceso de industrialización que incrementó la eficiencia productiva del capital, facilitando, reafirmando y acelerando su implantación.

Y es que, en palabras de Carlos Pereda y Miguel Ángel de Prada, "el capital necesita expandirse para sobrevivir". Una realidad anticipada tempranamente en 1848 por Carlos Marx y Federico Engels:

"La gran industria ha creado el mercado mundial, ya preparado por el descubrimiento de América. El mercado mundial aceleró prodigiosamente el desarrollo del comercio, de la navegación y de los medios de transporte por tierra mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía ha dado un carácter cosmopolita a la producción y el consumo de todos los países espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a sus productos, (...) recorre el mundo entero. Necesita anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear vínculos en todas partes. (…) obliga a todas las naciones, si no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción, las constriñe a introducir la llamada civilización, es decir, a hacerse burgueses. En una palabra: se forja un mundo a su imagen y semejanza" (2).

Sin embargo, es evidente que queda ya muy poco campo para la expansión extensiva del capital, pues el sistema se ha impuesto por todo el planeta. Por lo tanto en el presente, la expansión deberá ser fundamentalmente de tipo intensivo. Como se ha dicho, la expansión intensiva se logra mejorando la eficiencia productiva del capital. Tal mejora puede tomar diferentes formas, principalmente la reducción de costos laborales, y la inversión en nuevas tecnologías.

Pero la inversión tecnológica está sujeta a los avances científicos y no puede ser controlada a voluntad por los capitalistas, por lo que se la puede considerar como una variable exógena. Consecuentemente, la expansión del capital dependerá de la reducción permanente de los costos laborales. No obstante, no es sencillo llevar a cabo tal reducción en los países desarrollados, pues su propio desarrollo ha llevado el nivel de vida, y por ende los salarios y beneficios laborales, hasta límites considerablemente altos. Su disminución se dificulta debido a la rigidez de las regulaciones del Estado del bienestar. ¿Cómo se ha logrado entonces la reducción de costos laborales? El camino más eficiente hallado por el sistema ha sido el aprovechamiento, a través de las empresas transnacionales, de los menores costos laborales existentes en el mundo subdesarrollado, y su debilitamiento progresivo. Esto se logró esencialmente a través de dos procesos: la deslocalización industrial y la flexibilización de los mercados de trabajo.


Notas

(1) Pereda y Prada; Migraciones internacionales: entre el capitalismo global y la jerarquización de los Estados, Cuadernos de Discusión, América Latina en el Sistema Mundial. Universidad de Alicante - ILDIS, 2004.
(2) Marx y Engels. Manifiesto del Partido Comunista. Editorial Progreso, Moscú, 1955.


Ficha técnica

(*) El presente texto fue desarrollado a partir de "Migraciones internacionales: entre el capitalismo global y la jerarquización de los Estados" de Carlos Pereda y Miguel Ángel de Prada (Cuadernos de Discusión, América Latina en el Sistema Mundial. Universidad de Alicante - ILDIS, 2004), así como del trabajo "Consideraciones sobre la globalización y el hecho migratorio en el Ecuador de hoy" de Martha Rodríguez Albán, que obtuvo el 3er Premio en el "1er Concurso Universitario de Investigación sobre los Efectos y las Perspectivas de la Emigración en el Ecuador. Convocatoria 2004", organizado por el PMCD y la Fundación "El Universo".

Redacción: Martha Rodríguez y David Villamar
Producción editorial: Mauricio Burbano
Colaboración: Susana López Olivares
Coordinación. Alberto Acosta
Direcciones de Internet: http://www.migrantesenlinea.org y http://www.ildis.org.ec



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