Mapa del sitio Portada Redacción Colabora Enlaces Buscador Correo
La insignia
10 de mayo del 2006


Servicio rápido: transporte de armas


Amnistía Internacional, mayo del 2006.



Según un informe que publican hoy, 10 de mayo de 206, Amnistía Internacional y TransArms, es preciso reforzar con urgencia las medidas, totalmente ineficaces y anticuadas, de control de las armas para impedir que la creciente red de intermediarios, empresas logísticas y transportistas que intervienen en el comercio de armas exacerbe los abusos masivos contra los derechos humanos en el mundo.

El informe muestra que por medio de operaciones cada vez más complejas de corretaje y transporte se despachan ya centenares de miles de toneladas de armas en el mundo, un porcentaje creciente de las cuales van a parar a países en desarrollo, donde dan pábulo a algunos de los conflictos más brutales que existen.

Titulado Servicio rápido: El corretaje y el transporte de armas, una amenaza para los derechos humanos, el informe pone de manifiesto las actividades de intermediarios y transportistas de armas de los Balcanes, China, Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Israel, Italia, Países Bajos, Reino Unido, Suiza y Ucrania. Asimismo, muestra que, gracias a esta red, a los grandes proveedores de armas les resulta más fácil llegar a los países en desarrollo, que dan cuenta ya de más de dos tercios de las importaciones de defensa del mundo, cuando en la década de 1990 esta proporción era de algo más de la mitad.

"Los intermediarios y transportistas de armas han ayudado a enviar muchas de las armas utilizadas en los homicidios, violaciones y desplazamientos de civiles que se están cometiendo en Sudán y la República Democrática del Congo -ha manifestado Brian Wood, director de investigación sobre el comercio de armas y material de seguridad de Amnistía Internacional-.

Sin embargo, los controles aduaneros suelen ser poco estrictos, e incluso ahora sólo alrededor de 35 Estados se han molestado en promulgar leyes sobre el corretaje de armas, por lo que es casi inevitable que se produzcan nuevas catástrofes de derechos humanos.

El informe de Amnistía Internacional muestra que muchas operaciones de corretaje y transporte de armas son una actividad no regulada, de carácter reservado y de la que no se rinden cuentas, y para ilustrarlo expone una serie de casos, entre ellos los siguientes:

-Centenares de miles de armas y millones de piezas de munición de los arsenales de la guerra de Bosnia y Herzegovina se exportaron clandestinamente, bajo los auspicios del Departamento de Defensa de Estados Unidos; para los envíos, dirigidos supuestamente a Irak, se utilizaron una red de intermediarios y contratistas de transporte privados, incluida una empresa de aviones de carga que violó un embargo de armas de la ONU a Liberia.

-Las autoridades sudafricanas confiscaron un gran cargamento de munición y explosivos de fabricación brasileña, enviado por una empresa británica a Arabia Saudí y Mauricio, por carecer de permiso de transbordo; Brasil autorizó la exportación de las armas a pesar de la constante de violaciones graves de derechos humanos existente en Arabia Saudí.

-Un intermediario neerlandés envió por mar grandes cantidades de armas a Liberia desde China contraviniendo un embargo de armas de la ONU a aquél país y a pesar de los indicios de homicidios y violaciones generalizados y de desplazamiento de millares de civiles.

En el informe se destacan también diversos casos en los que se han contratado los servicios de contratistas privados implicados en envíos ilegales de armas para apoyar misiones de mantenimiento de la paz de la ONU y envíos de ayuda humanitaria a costa de los contribuyentes.

"Es evidente que el mosaico de regulaciones existente no puede en absoluto seguir el ritmo de crecimiento en cantidad y alcance de los intermediarios, empresas logísticas y transportistas internacionales. Esta red puede garantizar que los envíos de armas de una parte a otra del mundo lleguen puntualmente, pero con demasiada frecuencia sirve para facilitar el homicidio, violación, tortura y desplazamiento de centenares de miles de personas", ha manifestado Sergio Finardi, de TransArms.

En su informe, Amnistía Internacional formula también una serie de recomendaciones en favor de medidas enérgicas y aplicadas estrictamente para el control de las armas, basadas en leyes internacionales coherentes, entre ellas:

-Establecer de inmediato leyes, regulaciones y procedimientos administrativos nacionales para impedir que las actividades de los intermediarios, empresas logísticas y transportistas de armas faciliten la comisión de violaciones graves de derechos humanos.

-Elaborar un protocolo internacional para regular las actividades de los intermediarios y transportistas de armas de acuerdo con un conjunto común de normas éticas expuestas en una tratado internacional sobre el comercio de armas.

-Tipificar las violaciones de los embargos de armas de la ONU como delito en todos los Estados y, en el caso de las violaciones graves, como delito de jurisdicción universal

-Aumentar la ayuda de los donantes internacionales para mejorar el control aduanero y de otros organismos encargados de hacer cumplir la ley de los movimientos de cargamentos.



Portada | Iberoamérica | Internaciónal | Derechos Humanos | Cultura | Ecología | Economía | Sociedad Ciencia y tecnología | Diálogos | Especiales | Álbum | Cartas | Directorio | Redacción | Proyecto