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La insignia
8 de marzo del 2006


Conceptos tradicionales y nuevos enfoques

La cultura (II)


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Diálogos
Fernando Silva Santisteban
La Insignia. Perú, marzo del 2006.



Geertz y el impacto del concepto de cultura en el concepto de hombre

Para Clifford Geertz trazar una línea entre lo natural y lo adquirido es falsear la condición humana. Así, se pregunta: ¿el hombre es sólo lo que su cultura lo hace? En todo caso, las relaciones entre cultura y desarrollo social y biológico están demasiado amalgamadas para tratar de plantear preguntas y respuestas en casillas separadas. La humanidad sólo puede definirse en sus variadas expresiones: lo específico de cada cultura es lo que define la humanidad del hombre.

Geertz descarta la concepción estratificada de la cultura y propone una concepción sintética, esto es, que la cultura no es la suma de complejos o esquemas concretos de conducta sino, sobre todo, mecanismos de control que gobiernan la conducta. Este concepto comienza con el supuesto de que el pensamiento humano no es una actividad íntima sino fundamentalmente social y pública, es decir, no es más que el hecho de pensar es un intercambio de símbolos significantes. En este aspecto las propuestas de Geertz coinciden con las de Jacques Lacan, sobre todo cuando plantea la idea del orden simbólico como previo a la estructuración de cualquier atisbo de pensamiento. Esto es, que para pensar y tener memoria se requiere de elementos mínimos de simbolización, por este motivo la memoria sobre los primeros años de un niño se pierde en tanto que no posee elementos simbólicos que permitan plantear estructuras de ordenamiento de la realidad.

Para Geertz estos mecanismos de control de la cultura modelan la humanidad del hombre y propone tres cuestiones básicas para entender este planteamiento:

1. En primer lugar el desarrollo del primate al hombre está vinculado con la propia cultura e inclusive el desarrollo biológico (cerebro y sistema nervioso central) corresponde a un feedback entre hechos, actos culturales, trabajo y desarrollo corporal. No es que la evolución biológica se haya dado antes que la cultural: una y otra caminan estrechamente relacionadas.

2. El desarrollo del sistema nervioso central y el cerebro dependen de la cultura. Al hablar de los hombres en Bali, Geertz enfatiza: no existe naturaleza humana independiente de la cultura.

3. El hombre es un animal incompleto, sólo se completa a partir de la cultura, pero no se puede buscar la esencia en una cultura humana, sino que lo completo se da en la medida de la cultura en cada hombre.

Al estudiar específicamente los factores de la cultura que han intervenido en la evolución humana y cómo los elementos biológicos se entremezclan con los culturales en el desarrollo de la forma de pensar en el hombre. Plantea Geertz elementos novedosos sobre dos términos estigmatizados en todas las teorías científicas: espíritu y mente. Descartando al espíritu, cuestiona el término mente como "un sistema organizado de disposiciones que encuentra su manifestación en algunas acciones y en algunas cosas" para sostener que cuando hablamos de mente nos referimos a una capacidad y a una aptitud de disposición para realizar cierta clase de acciones y producir cierto tipo de productos y no un sistema. Después critica las ideas freudianas sobre procesos primarios y secundarios de pensamiento, concepto que estuvo muy en boga y sirvió de sustento para plantear prejuicios en relación con los procesos de pensamiento de otros pueblos. Así desbarata la idea errónea de que la cultura no tuvo mayor importancia para el desarrollo biológico del hombre.

Señala Geertz que así como es imposible sostener que el hombre aparece, es igualmente imposible plantear que la cultura aparece. La cultura se va desarrollando lentamente tanto cuantitativa cuanto cualitativamente. La cultura, concretamente el uso de herramientas - la cultura material- no sólo determinó el desarrollo social sino también físico del cerebro, del sistema nervioso central e incluso de la mano. Para analizar el complejo sistema de la sinapsis y desarrollar esta idea a profundidad ha planteado que la humanidad del hombre no depende tan sólo del tamaño del cerebro y del número de neuronas, sino de los complejos procesos físicoquímicos que se desarrollan en el salto de la información de una a otra neurona.

Entra después en el polémico campo de los sentimientos y las sensaciones para sostener que éstos y las conductas que producen son producto del enjambre cultural y biológico que es la mente humana. Para concluir remarca que el hombre es no solo físicamente inviable sin la cultura, sino que es también mentalmente inviable sin la cultura. La mente no sólo se desarrolló biológicamente, sino que la cultura planteó las bases para el desarrollo físico del cerebro hacia un camino: el que ahora recorremos. Por eso los recursos culturales -entre los cuales se destacan las relaciones sociales y los productos pero también otros elementos más sutiles como el arte y la religión- son elementos constitutivos del pensamiento humano y no simples accesorios. En este sentido, el sistema nervioso humano depende inevitablemente del acceso a estructuras simbólicas públicas para elaborar sus procesos autónomos: no hay pensamiento sin comunicación y no hay comunicación sin información, inclusive biológica. Es decir, contrario sensu, la identidad del ser humano no sólo se piensa, sino que "se experimenta" (13).


La cultura como información

Para el filósofo español Jesús Mosterín la cultura es la información transmitida por aprendizaje social entre animales de la misma especie, y agrega:

La cultura no es un fenómeno exclusivamente humano, sino que está bien documentado en especies de animales superiores no humanos. Y el criterio para decidir hasta que punto cierta pauta de comportamiento es natural o cultural no tiene nada que ver con el nivel de complejidad o de importancia de dicha conducta, sino sólo con el modo como se trasmite la información pertinente a su ejecución (14).

Otro de los más notables representantes de esta posición conceptual que pone énfasis en la información como condición esencial de la cultura es John Bonner, quien escribe:

Por cultura entiendo la transferencia de información por medios conductuales, especialmente por el proceso de enseñar y aprender. Se usa en un sentido que contrasta con la transmisión de información genética pasada de una generación a la siguiente por la herencia directa de los genes. La información pasada de un modo cultural se acumula en forma de conocimiento y tradición, pero el énfasis de la definición estriba en el modo de transmisión e la información más bien que en su resultado (15).

Ahora bien, si la cultura no es un fenómeno exclusivamente humano, ¿qué atributo o atributos culturales distinguen específicamente nuestra especie de las demás especies de animales? Para Bonner, como para Mosterín, es el carácter acumulativo de la cultura humana lo que constituye la diferencia principal y es gracias al lenguaje que los "humanes" -así denomina Mosterín a los miembros de nuestra especie- pueden transmitir la casi totalidad de la información que adquieren, que es tanta que ningún individuo sería capaz de asimilarla en su totalidad.

En efecto, nadie podrá negar que en el lenguaje es donde radica la diferencia fundamental entre la "humanidad" y la "animalidad", pero esta diferencia se explica más claramente como producto del lenguaje, sin el cual no habría sido posible la condición humana misma. Ese producto del lenguaje es la abstracción, esto es, la capacidad que tenemos los humanos de separar por medio de una operación de la mente las cosas que no están separadas en la naturaleza o de juntar por la misma operación las cosas que no están juntas en la naturaleza.

También la cultura es entendida por los sociobiólogos Charles T. Lumsden y Edgard O. Wilson como un proceso que se desarrolla en la evolución biológica y caracteriza en su forma más acabada a la especie humana. Para ambos autores ya en el panorama de la zoología se revelan los fenómenos culturales en forma incipiente y progresiva a través de las especies que designan como protoculturales en los grados I y II, siendo el III el humano (16).


Cultura y medio ambiente

La ecología es el estudio de la relación entre los organismos y su medio ambiente físico y biológico. El medio ambiente físico incluye la luz y el calor o radiación solar, la humedad, el viento, el oxígeno, el dióxido de carbono y los nutrientes del suelo, el agua y la atmósfera. El medio ambiente biológico está formado por los organismos vivos, principalmente plantas y animales. El término ecología, del griego oikos (hogar) y logos (conocimiento, estudio), fue acuñado por el biólogo alemán Ernest Henry Haekel en 1869 y comparte su raíz con el de economía, pues alude fundamentalmente a la economía de la naturaleza.

En el caso de la especie humana, es la antropología ecológica la que se ocupa de la adaptación del ser humano y la naturaleza. Tiene básicamente tres facetas: la tecnológica, la organización y la ideológica. Estas tres fases relativas al comportamiento del Homo sapiens sapiens son adaptativas y proporcionan soluciones básicas, susceptibles de implementar su efectividad y "cristalizar" su adaptabilidad, permitiendo la asimilación de la problemática ambiental.

En la actualidad se entiende que tanto el entorno como los seres humanos creadores de la cultura no son aspectos contrarios ni separados de la realidad, sino que entre ambos se da una interacción constante que se ha denominado causalidad recíproca. De ésta se desprenden dos conceptos esenciales: a) no hay entorno ni cultura a priori, sino que cada cosa está definida una en función de la otra, y b) el medio ambiente no sólo tiene un poder limitante y selectivo sino que juega un papel activo.

Fue Julian Steward quien definió la importancia y los alcances de la ecología como parte de la antropología. Con su método de ecología cultural establece que existe una interacción dialéctica entre el entorno natural y la cultura. El medio ambiente no sólo tiene un poder limitante o selectivo sino que juega un papel activo. No obstante, las influencias recíprocas del medio y la cultura en la relación de feedback no son iguales, a veces predomina la cultura y otras es el medio que impone su ley. Dice Steward que ciertos aspectos de la cultura están sujetos a una mayor dependencia del medio; tales sectores, que él denomina "núcleos culturales", están constituidos por la vida económica de un pueblo estrechamente vinculada al problema de la subsistencia y a las transacciones comerciales. De tal manera que la ecología cultural conduce al estudio de los siguientes aspectos: 1) interrelación entre el entorno cultural y la tecnología de producción y explotación, 2) interrelación entre las formas de comportamiento y las tecnologías de explotación y 3) influencia de estos aspectos sobre los demás sectores de la cultura (17).


Notas

(13) Geertz, Clifford: La interpretación de las culturas. Ed. Gedisa. Barcelona, 1997.
(14) Mosterín, Jesús: Filosofía de la cultura. Alianza Universidad. Madrid, 1993.
(15) Bonner, John Tyler: La evolución de la cultura en los animales. Alianza Editorial. Madrid, 1982.
(16) Lumsden, Charles T. y Wilson, Edgard O.: Genes, Mind and Culture. The Coevolucionary Process. Harvard University Press. 1981.
(17) Steward, Julian: Theory of Culture Change. Un iversity of Illinois Press. Urbana, 1855.
Kaplan, D. and R. Manners: Culture Theory. Prentice-Hall. Englewood Cliffs N.J.1972.



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