Mapa del sitio Portada Redacción Colabora Enlaces Buscador Correo
La insignia
6 de junio del 2006


La emigración internacional:
Un proceso ligado al neoliberalismo (II)


__Especial__
Emigración
Plan Migración, Comunicación y Desarrollo
ILDIS / La Insignia. Ecuador, junio del 2006.



La deslocalización

Se refiere al traslado de las industrias productivas de unos países a otros. Encontramos un ejemplo interesante en la gigantesca marca de ropa deportiva Nike, que emplea a menos de 300 obreros en territorio estadounidense, pues el grueso de sus trabajadores se encuentra en el sudeste asiático. El objetivo es que las transnacionales se beneficien de los salarios más bajos de estos países, así como de las facilidades fiscales otorgadas por sus gobiernos y el escaso y deficiente control del medio ambiente.


La flexibilización laboral

Consiste en la aplicación de reformas legislativas tendentes a empeorar las condiciones de trabajo. Entre las medidas más conocidas están la flexibilización salarial, el aumento de los contratos temporales, la prolongación de la jornada laboral, la legalización de los despidos intempestivos, la contracción de las indemnizaciones y la obstaculización del acceso a las prestaciones sociales. Aunque la flexibilización laboral también ha ido ganando terreno en los países desarrollados, sus niveles salariales son -como se dijo- relativamente altos. Esto dificulta la expansión del capital vía reducción de costos laborales. Por ello, la deslocalización industrial constituye la forma muy socorrida de lograrlo. Un aspecto que debe destacarse es que para asegurarse de que la deslocalización siga constituyendo una ventaja para ellas, las grandes potencias han impuesto la flexibilización laboral en los países subdesarrollados a través, por ejemplo, de las reformas estructurales exigidas desde el FMI y el Banco Mundial; proceso que se ahondará con el establecimiento del Área de Libre Comercio (ALCA) o con la suscripción de los Tratados de Libre Comercio (TLC). Así, en definitiva, el aprovechamiento de costos laborales inferiores ha incrementado la eficiencia productiva de las grandes potencias, dando lugar a una expansión intensiva del capital.

Sin embargo, no todas las industrias ni todas las actividades laborales pueden ser deslocalizadas. Tres ejemplos destacados de esto son la agricultura, la construcción y los servicios domésticos y de limpieza. Cualquiera de estas actividades debe ser realizada en el mismo país y no puede ser deslocalizada. En efecto, no se puede cultivar los viñedos de Champagne desde Rabat, ni se puede limpiar una vivienda milanesa desde Quito. A esto se debe agregar que, el elevado nivel de vida alcanzado en los países desarrollados ha propiciado una movilidad social intergeneracional ascendente que, entre otras cosas, implica un efecto bastante peculiar: en la actualidad hay labores que, por ser consideradas inferiores, los trabajadores del mundo rico ya no desean realizar. Estas actividades se caracterizan por presentar una menor remuneración que otras, menores requerimientos de formación académica y reducidas posibilidades de ascensión socioeconómica. Las actividades antes citadas constituyen buenos ejemplos de ello.

Pero una vez más, el capital necesita crecer para sobrevivir. Y justamente para esas industrias, la expansión del capital se logra gracias a la emigración. En efecto, los inmigrantes llegan dispuestos a trabajar en cualquier rama, percibiendo remuneraciones inferiores, y se ubican en aquellas actividades para las que la mano de obra autóctona es insuficiente. Se trata de una deslocalización de la mano de obra barata, si se quiere. Así, las emigraciones posibilitan el aprovechamiento de menores costos laborales en los países desarrollados, actuando como un dispositivo que permite la reproducción y la expansión intensiva del capital.

La difusión global de ciertos patrones de consumo, en una pirueta de perversidad absoluta, se infiltra en el imaginario colectivo, aún de aquellos amplios grupos humanos sin capacidad económica para acceder a ese consumo, manteniéndolos presos del deseo permanente de alcanzarlo. Si en el pasado la Iglesia era la encargada de preservar el conocimiento para proteger sus propios intereses, de mantener a las masas ignorantes, temerosas de los bárbaros y atadas a una visión totalitaria de Dios, hoy son, en primer lugar, el FMI y el Banco Mundial las maquinarias de dominación economicista al servicio de las empresas transnacionales, contando para ello con el poder de dichas empresas, de los medios de comunicación global, de los gobiernos de los países ricos y por cierto también de los pequeños señores feudales elegidos periódicamente como presidentes de las repúblicas fondomonetaristas de inicio del siglo XXI. Recuérdese que los grandes medios de comunicación, en un paralelismo con las prácticas inquisidoras del medioevo, marginan lo que no debe ser, al negar espacios para su publicación.

En ese contexto, el invento de la imprenta en 1450 fue una respuesta dialéctica renovadora, facilitó la transmisión escrita, abrió la posibilidad para masificar el conocimiento. Los libros asumieron el papel de medio de comunicación por excelencia y paulatinamente terminaron por derruir la autoridad de la Iglesia católica medieval, a través de reformas formuladas entre otros por Martín Lutero, así como desde los diversos nacionalismos que enfrentaron a los poderes feudales. La misma secularización de las tierras de la Iglesia, donde se centraba su poder terrenal, fue una de las bases para el establecimiento de los Estados modernos, que a su vez fueron el eje para el surgimiento de la economía de mercado, a través de múltiples mecanismos como el apoyo a las expropiaciones forzosas o el establecimiento de los aranceles y los subsidios. De igual manera, en la actualidad hay claros esfuerzos por hacer creer a la humanidad que la historia ha finalizado, dada la supuesta implantación definitiva del mercado y la democracia, tal como se plasma en las reflexiones derivadas de la visión terminal de Francis Fukuyama (1989). En la Edad Media, mientras unos pocos se enriquecían y disfrutaban de sus inmensos bienes, controlando el mundo conocido, hoy unos cuantos grupos transnacionales, aliados de y protegidos por gobiernos de los países industrializados y con el soporte de unos cuantos organismos multilaterales, hacen lo mismo imponiendo sus condiciones en el globo.

¿Qué es lo que buscan en la actualidad? Dominio y control de las mayorías. ¿Cómo lo plasman? A través del miedo y de la inseguridad como en el medioevo. Si antes se buscaba controlar el alma ofreciendo el paraíso después de la muerte, hoy se quiere domesticar la mente ofreciendo el desarrollo luego del ajuste estructural. Si entonces la herramienta represora era la Inquisición, hoy para sostener "el pensamiento único", el neoliberal, se recurre abiertamente al "terrorismo económico", con el que los gobernantes y sus áulicos -los "fundamentalistas del mercado" (Stiglitz)- llevan a que la población adopte posiciones sumisas supuestamente inevitables, frente al mismo ajuste estructural de inspiración neoclásica, por ejemplo.

A la ausencia de información de aquellos siglos se contrapone en la actualidad una avalancha de información, muchas veces manipulada, que perversamente elimina las capacidades para informarse realmente y, más todavía, para desentrañar lo que en esa realidad sucede. Se estaría recreando un oscurantismo de información sin conciencia y tecnología digital sin espíritu. Y quién sabe si llegará el día en que, a través de la manipulación genética, se pretenda construir una sociedad dominada por un grupo de seres humanos superdotados y de grandes mayorías para las que el conformismo sea la norma.


Ficha técnica

(*) El presente texto fue desarrollado a partir de "Migraciones internacionales: entre el capitalismo global y la jerarquización de los Estados" de Carlos Pereda y Miguel Ángel de Prada (Cuadernos de Discusión, América Latina en el Sistema Mundial. Universidad de Alicante - ILDIS, 2004), así como del trabajo "Consideraciones sobre la globalización y el hecho migratorio en el Ecuador de hoy" de Martha Rodríguez Albán, que obtuvo el 3er Premio en el "1er Concurso Universitario de Investigación sobre los Efectos y las Perspectivas de la Emigración en el Ecuador. Convocatoria 2004", organizado por el PMCD y la Fundación "El Universo".

Redacción: Martha Rodríguez y David Villamar
Producción editorial: Mauricio Burbano
Colaboración: Susana López Olivares
Coordinación. Alberto Acosta
Direcciones de Internet: http://www.migrantesenlinea.org y http://www.ildis.org.ec



Portada | Iberoamérica | Internacional | Derechos Humanos | Cultura | Ecología | Economía | Sociedad Ciencia y tecnología | Diálogos | Especiales | Álbum | Cartas | Directorio | Redacción | Proyecto