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9 de enero del 2005


La emigración en la industria del sexo (II)


__Especial__
Emigración
Colectivo Ioé y Laura Agustín (*)
Fragmento de Mujeres migrantes ocupadas en servicios sexuales
Editorial: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. España, 2001.


Trabajadores en el sector del sexo en España

En el momento actual de nuestra investigación no podemos abordar la situación de la demanda, factor clave en la estructuración de la industria del sexo, por falta de información contrastada. Pero dejamos señalada la necesidad de proseguir en la prospección de la misma para completar una aproximación al núcleo del mercado del sexo. Respecto a la oferta hemos mencionado la pluralidad de situaciones existentes, referidas tanto al sexo como a la procedencia nacional y/o étnica de los migrantes ocupados en el sector. Sin embargo, la información referida a la mano de obra del sector es parcial y, frecuentemente, poco contrastada. Por todo ello, este apartado se sitúa en el nivel de primera aproximación. Presentamos, en primer lugar, la información disponible respecto a la cantidad y procedencia de los trabajadores de los servicios sexuales. A continuación describimos las principales modalidades de trabajo existentes, así como las ventajas o desventajas para los migrantes que los realizan. Por último nos referimos a las formas de acceso al empleo y las diferentes figuras de intermediarios entre los migrantes y el sector del sexo; estas figuras son clave para el desempeño en la ocupación y determinan muchas veces las condiciones laborales y de vida de las migrantes.

La oferta en el sector del sexo en España: autóctonas e inmigrantes

Ya se ha aludido a la complejidad de recuento de ocupados en el sector sexual, incluso cuando éste se restringe sólo a los trabajadores que realizan servicios sexuales o sólo a mujeres. Además, en España no existe una visión de conjunto, ni referida a toda la geografía ni a las diferentes modalidades de los servicios sexuales; de hecho, la información tiende a magnificar la importancia de algunos (prostitución de calle, presencia de inmigrantes) y a hacer invisibles otros (trabajadores autóctonos, servicios de acompañantes, etc.). No obstante, algunos de los materiales existentes ofrecen pistas, aunque insuficientes, para captar las características y magnitud del fenómeno.

Estimaciones realizadas por Médicos del Mundo en 1996 sobre el total de trabajadores sexuales en España, cifraban el sector en trescientos mil; esa misma entidad estimó para 1998 que sólo en el segmento de calle en Madrid habría unas dos mil personas prostituyéndose (335); estimaciones anteriores, como la ofrecida por la Fiscalía del Tribunal Supremo en 1970, dieron la cifra de quinientas mil en España y otras fuentes jurídicas en 1978 las calcularon entre 300 y 400.000 (336). La base de tales cálculos en ningún caso ha sido un estudio contrastado. Las reacciones a las mismas han ido haciendo descender el número total desde la década de los 70, pero sin ofrecer tampoco otras bases de contraste; por otro lado, tales cifras han quedado como referente tópico. Así se estableció la proporción que significaba este sector sobre el conjunto de la población femenina en España con más de 15 años en el 3%, que ha pasado como dato sin contrastar a diversos informes sobre este tema.

Por su parte, los resultados que ofrecen estudios empíricos realizados en áreas geográficas reducidas suponen un gran contraste con los anteriores: según estudios sobre la situación en Asturias (337), la proporción de prostitutas sobre mujeres mayores de 15 años era del 3,6 por mil y en Castilla y León (338) del 1,9 por mil. Obviamente la situación en dos regiones no puede extrapolarse al conjunto del estado, ni tampoco se trata de la misma fecha de realización en ambos estudios ni con la de las estimaciones anteriores; pero de hacer una proyección a efectos heurísticos, se concluiría que el total de mujeres ocupadas en España en este sector estaría en torno a las cincuenta mil; cifra que tampoco parece recoger a todas las ocupadas en los diversos segmentos de la industria del sexo en todo el estado español. Por su parte, los estudios particulares tienen la virtud de poder acceder con cierto rigor a una comparación entre ocupados autóctonos y extranjeros, cosa que a nivel del estado no existe. Como hasta el momento no han sido muchas las investigaciones realizadas con esta perspectiva sin limitarse a poblaciones usuarias de determinados servicios, nos vamos a detener en los resultados de tres estudios:

El primero se realizó en Asturias en 1992 sobre una muestra de 311 sujetos. Según sus resultados, del total de mujeres ocupadas en el sector del sexo en Asturias la mayoría era autóctona de la región (45,8%) y una tercera parte de otras zonas de España (32,5%); la proporción de extranjeras era del 21,8% (procedían mayoritariamente de R. Dominicana, en segundo lugar de Portugal, y en menor medida de Francia, Marruecos y Filipinas). Entre las extranjeras las portuguesas era el grupo más precarizado: eran las extranjeras que más ejercían en la calle, las que menos cobraban por servicio, las que menos acudían al médico y las que menos exigían el preservativo a los clientes. En cambio, las dominicanas tenían mejores condiciones de trabajo (mayores tarifas por servicio, exigencia total del preservativo al cliente; frecuentes atenciones médicas, etc.), aunque se suponía que dependían de organizaciones empresariales que las trasladaban entre distintos puntos del país. Por la situación en otros países cercanos, como Italia, se preveía el incremento de mujeres procedentes del Este de Europa.

El segundo estudio se realizó en diez localidades del sur de Galicia (339) durante 1995 y siguió los pasos metodológicos del anterior, aunque con menor base muestral (50 entrevistas). En este caso el grupo más numeroso era el de latinoamericanas, seguido por españolas y portuguesas. Por nacionalidad los colectivos más numerosos eran españolas (18%, sobre todo gallegas) y colombianas (17%, la mayoría de Cali); les seguían portuguesas (12%), dominicanas (8%) y brasileñas (5%); en menor número aparecían argentinas, ucranianas y polacas. Los autores preveían un incremento de contingentes del este europeo y la disminución de españolas, portuguesas y argentinas (éstas eran el contingente mayor a comienzos de los 80). En cuanto a los subsectores ocupados, las latinoamericanas trabajaban preferentemente en barras americanas; las españolas y portuguesas se localizaban en la prostitución de calle o en locales precarios de barrio chino; en bares o clubes de alterne destacaban segmentos específicos de las españolas: el segmento de jóvenes estudiantes y el de mujeres casadas con un desempeño esporádico.

El tercer estudio investigó la situación de la prostitución en Castilla y León en 1997 (340). La mayoría de las mujeres que ejercían la prostitución en esta zona era de procedencia urbana, aunque tendían a ejercer lejos de su lugar de origen . Las españolas eran el 58,5%, casi la mitad oriundas de la región. El resto (41,5%) era de procedencia extranjera; las nacionalidades más numerosas eran colombianas (10,7%; el 25,5% en clubes), brasileñas (8,6% y 21,9%), dominicanas (6,6% y 16,2%) y portuguesas (3,2% y 7,2%). Los dos lugares predominantes de desempeño eran el club-cafetería (44,3%) y el hotel-club (38%); el sector de calle sólo suponía el 8,9% y prácticamente no existían otras modalidades. También en este caso se preveía el posible incremento de mujeres procedentes de países del Este de Europa.

En todo caso, poco se conoce respecto a la magnitud actual, así como a la evolución a lo largo del tiempo del número de personas dedicadas a los servicios sexuales. Recientemente, al observarse el incremento de mujeres inmigrantes en ciertos segmentos visibles de la prostitución, sobre todo en los clubes y la calle, se ha formulado la hipótesis del desplazamiento de las trabajadoras sexuales españolas a otros segmentos de mayor nivel y menos observables (tal como hacen I. Pons y J.L. Sequeiros en los respectivos estudios citados de Asturias y Galicia). Según nuestro análisis esta hipótesis hace suyo el estereotipo del inmigrante pobre que se inserta en los trabajos no deseados por los autóctonos, sin analizar en qué medida se trata de un proceso real o de un mero prejuicio. La falta de estudios generales que tengan en cuenta la evolución temporal nos impide contrastar estas hipótesis; para ello es necesario utilizar una metodología como la que hemos aplicado a otros sectores (servicio doméstico, limpiezas, oficinas), comparando las modalidades de inserción laboral de inmigrantes y autóctonas. Por el momento no se puede afirmar que las españolas no trabajen en la prostitución de calle, el lugar supuestamente menos apetecible del mercado: esta afirmación es válida tanto para las prostitutas "tradicionales" como para las drogadictas que se prostituyen con el fin de financiar los gastos de su adicción. Tampoco puede afirmarse que no existan extranjeras en los servicios sexuales de alto estatus, ni en funciones de empresario o proxeneta. En principio, no parece que haya ningún segmento del mercado "reservado" a las autóctonas, al menos allí donde hay inmigrantes asentadas. Queda por saber en qué medida la presencia de éstas permite a las autóctonas una movilidad dentro del sector, por ejemplo convirtiéndose en propietaria de locales o intermediaria de servicios.

Por tanto, lo habitual en el caso español es utilizar cálculos sin contraste empírico o bien extrapolaciones basadas en investigaciones parciales.Un ejemplo es el ya citado informe de TAMPEP (1999) sobre España en donde se dice que el 50% de las prostitutas serían extranjeras, basándose sólo en datos de la prostitución de calle en Madrid y en una sola fuente, Médicos del Mundo; otros, son resultado de estudios en una sola zona geográfica del país (comarca, provincia o comunidad autónoma). Muy recientemente un informe referido al año 2000 ofrece el resultado de un recuento realizado en el territorio "rural" en el que actúa la Guardia Civil y en la modalidad de club o bar de alterne de carretera (341).

Los datos generales de este informe son útiles, pues, si no perdemos de vista que la información se refiere sólo a las mujeres trabajadoras en el subsector de clubes ubicados en ámbitos no urbanos; por tanto, no pueden generalizarse más allá de estos límites. La información confirma el resultado obtenido anteriormente referido a la importante presencia de inmigrantes en tales clubes. El Informe de la Guardia Civil (GC 2000) señala que es del 90% y el estudio citado de Castilla y León (1997) el 85,5%. Respecto a la procedencia de estas mujeres en el IGC 2000 el 70% de las extranjeras es de América Latina (de ellas, casi la mitad de Colombia, el 20% de Brasil y el 12% de R. Dominicana); el 17,1% de Europa (sobre todo, Rusia, Portugal, Ucrania, Lituania y Rumania) y el 10,6% de África (Marruecos, Nigeria, Sierra Leona y Guinea Ecuatorial). La cifra de extranjeras trabajando en clubes de zonas "no urbanas" es de 12.804 sobre un total de 14.089 mujeres ocupadas en los mismos.

Si agrupamos los resultados obtenidos en los diversos trabajos presentados, aparecen con cierta consistencia tres zonas principales de procedencia de mujeres extranjeras ocupadas en la industria del sexo en España, dado que de Asia apenas hay referencias:

-La mayoría es de América latina, destacando Colombia y Brasil. Entre las nacionalidades detectadas en varios estudios, el informe de la Guardia Civil sólo destaca a las dominicanas (lo mismo que en Asturias, 1992) pero no alude a venezolanas, uruguayas, portorriqueñas, cubanas o chilenas, que aparecen en otras regiones (Castilla y León, 1997). Tampoco se menciona al grupo de más reciente incorporación, el ecuatoriano, que ya aparecía en Galicia (1996) y en Madrid (342). No se cita a las mujeres argentinas, que fueron uno de los colectivos inmigrantes de más temprana implantación en Galicia, quizás porque en 1996 ya se encontraban en disminución.

-El segundo lugar corresponde a las procedentes de países europeos. Dicho segmento de la oferta presenta un incremento constante, sobre todo de mujeres de países del Este, que ya se anunciaba en tres de los estudios citados (Asturias 92, Galicia 1996 y Castilla y León 1997). El IGC 2000 cita a Rusia, país no incluido en ninguno de los estudios aludidos, Ucrania, Lituania y Rumania; por el contrario no mencionan a las mujeres de Polonia, que aparecen citadas en Galicia (1996) y Castilla y León (1997), ni de Hungría o Eslovenia (Galicia, 1996). También se muestra la presencia, como en dichos estudios, de portuguesas pero no aparecen otras europeas citadas en dichos estudios (principalmente francesas pero además italianas y alemanas).

-El tercer bloque lo integran las procedentes de África. Entre las de radicación más antigua destacan marroquíes y ecuatoguineanas, entre las recientes las nigerianas y sierraleonesas. Estos últimos colectivos son los que se han hecho más visibles para la opinión pública a raíz de protestas públicas de vecinos por la presencia de prostitución de calle en sus barrios (la zona de Cuzco y de la Casa de Campo de Madrid, la zona portuaria en Valencia). En los citados estudios regionales también se predecía el incremento de esta procedencia, tal como estaba ocurriendo en otros lugares de Europa, y se citaba además a las mujeres de Angola y Sudáfrica (Castilla y León, 1997).

-Las mujeres procedentes de Asia estarían en trance de desaparición en los clubes de zonas rurales. No se alude a ellas en el informe de la Guardia Civil ni en el de Castilla y León, los dos más recientes; sin embargo en los anteriores, se constata un descenso (Galicia 1996) o se menciona a un número reducido de filipinas antes de 1992 (Asturias). Más lejos queda la situación de las filipinas en la segunda mitad de los 80, de las que se decía: "se sabe han nutrido en algún momento (anterior) la prostitución de clubes" (343).

En general, se puede presuponer que siendo España lugar de destino de migrantes procedentes de países de todas las áreas geográficas, una parte de los mismos se ocupe en algún nivel de la industria del sexo en este país, o en actividades de movilización y traslado de las trabajadoras desde el lugar de origen. La mayor o menor presencia de un colectivo está vinculada al establecimiento de redes del colectivo en España, a la situación socioeconómica del país de origen, a la demanda de servicios sexuales y a las posibilidades de inserción económica en otras actividades. La irregularidad del sector, unida a prejuicios racistas sobre el fenotipo (color de la piel, facciones faciales, tipo de cuerpo), la cultura o procedencias regionales asignadas a situaciones político-sociales o vinculadas con procesos de narcotráfico, etc., hacen que algunas mujeres no declaren su procedencia nacional o que arreglen su documentación con otra, lo que dificulta el conocimiento sobre su procedencia. Por otra parte, los datos citados arriba muestran que la composición nacional de las trabajadoras sexuales varía de forma importante de una a otra zona geográfica. Por fin, hay que recordar que el carácter itinerante del trabajo significa una utilidad limitada del concepto geográfico.


Notas

(*) Este capítulo ha sido elaborado conjuntamente con Laura Agustín, quien ha realizado también el trabajo de campo en Navarra. Laura Agustín estudia la industria del sexo a nivel internacional, ha participado en muchos congresos académicos y de ONG, es miembro de la Alianza Global Contra el Tráfico, es especialista en evalucación de programas educativos y de intervenciones con trabajadores del sexo y dirige una lista de correo que reune a protagonistas de la problemática de América Latina y de Europa. E-mail: laura@nodo50.org.

(335) MÉDICOS DEL MUNDO, Informe de Exclusión, MM, Madrid, 1998.
(336) Ver, URBEZ, L. "Prostitución femenina", en Razón y fe, N1 978-979, Madrid, 1979, págs. 78 y 79.
(337) GABINET D'ESTUDIS SOCIALS (PONS, I. Coord.), Condiciones de vida de las prostitutas en Asturias, Servicio de Publicaciones del Principado de Asturias, Oviedo, 1992.
(338) JIMÉNEZ, A. y VALLEJO, D., Estudio sobre la prostitución femenina en la comunidad de Castilla y León, Consejería de Sanidad y Bienestar Social, Junta de Castilla y León, 1999.
(339) SEQUEIROS, J.L., BRUNA, C. y GÓMEZ, C., Estudio sobre a prostitución no sur de Galicia, Xunta de Galicia, Vigo, s.f. (h.1996).
(340) JIMÉNEZ, A. y VALLEJO, D., Estudio sobre la prostitución femenina en la ..., o.c.
(341) GUARDIA CIVIL, Informe directiva 3/2000, citado en El País, "Explotación sexual", 4/3/2001, pág. 28. Se excluyen del territorio "rural" de competencia de la Guardia Civil las tres provincias del País Vasco, Lleida y Girona, aunque en el reportaje citado las informaciones presentadas sólo corresponden a 14 provincias de las 49 existentes, más las ciudades de Ceuta y Melilla.
(342) Ver BUENO, A., "Enfermedades de transmisión sexual. Entrevistas con mujeres inmigrantes en los centros de Montesa y Sandoval", en CALVO BUEZAS, T., (coord.), Investigación epidemiológica de casos de población desfavorecida. Estudio de casos, Consejería de Sanidad y Servicios Sociales, CAM, 1999, Vol. II, pp. 304-394.
(343) COMAS, A., La prostitución femenina en Madrid, Direcc. General de la Mujer de la CAM, Madrid, 1991, pág. 57.



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