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14 de diciembre del 2005


Bosnia y Herzegovina: Después de Dayton


Amnistía Internacional, diciembre del 2005.



Las autoridades de Bosnia y Herzegovina tienen todavía que abordar completamente el legado de la guerra desde el punto de vista de los derechos humanos, ha manifestado Amnistía Internacional en vísperas del décimo aniversario de la firma del acuerdo de paz de Dayton.

Decenas de miles de personas murieron y millones fueron expulsadas de sus hogares durante la sangrienta guerra que entre 1992 y 1995 enfrentó a lo tres principales grupos étnicos de lo que constituye hoy Bosnia y Herzegovina: los musulmanes, los serbios y los croatas bosnios.

"Las heridas de la guerra quizá se hayan cerrado, pero no están curadas -ha manifestado Nicola Duckworth, directora del Programa Regional para Europa y Asia Central de Amnistía Internacional-. Sólo la voluntad política y el compromiso de las autoridades de Bosnia y Herzegovina de llevar ante la justicia a los responsables de los crímenes de guerra, crímenes de lesa humanidad y genocidio cometidos durante la guerra pueden hacer que la paz sea sostenible".

Algunos de los responsables de estos crímenes han sido imputados por el Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia, que, según lo dispuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU, en 2010 tiene que haber visto ya todas las causas, incluidas las apelaciones. Varias personas contra las que el Tribunal ha dictado acta de acusación formal se han entregado por voluntad propia últimamente y han sido trasladadas a La Haya. Sin embargo, otras nueve, incluidos el ex líder de los serbios de Bosnia Radovan Karadzic y los ex generales de los serbios de Bosnia Ratko Mladic y Zdravko Tolimir, continúan en libertad. Hasta ahora, la policía de la República Srpska no ha detenido a ni una sola persona imputada por el Tribunal.

El poder judicial de Bosnia y Herzegovina no ha tomado hasta ahora medidas para procesar diligentemente a todos los presuntos autores de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. En marzo de 2005 entró en funcionamiento en el Tribunal Estatal de Bosnia y Herzegovina la Sala de Crímenes de Guerra, encargada de ver causas "delicadas". Sin embargo, se teme que los mecanismos de traslado de pruebas del Tribunal Penal Internacional a la Sala de Crímenes de Guerra sean inadecuados. Tiene aún que demostrarse que se aplica plenamente en ésta la jurisprudencia de aquél.

La mayoría de las causas abiertas por crímenes de guerra se van a ver ante tribunales locales de las dos entidades del país, la República Srpska y la Federación de Bosnia y Herzegovina. Sin embargo, estos tribunales carecen por lo general de medios, capacidad y voluntad política para ocuparse de tales causas. Sólo el mes pasado terminaron juicios celebrados en la República Srpska con sentencias condenatorias contra criminales de guerra serbios de Bosnia. En dos causas distintas de noviembre y diciembre, un tribunal de Banja Luka declaró a tres ex policías serbios de Bosnia y a un ex miembro del ejército de los serbios de Bosnia culpables de crímenes de guerra por el asesinato de civiles musulmanes bosnios.

"Amnistía Internacional acoge con satisfacción estas sentencias, pues son un primer avance en los esfuerzos por llevar ante la justicia a los autores de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad en Bosnia y Herzegovina- ha señalado Nicola Duckworth-. Las autoridades tienen el deber de garantizar que se hace justicia.

El acuerdo de Dayton, en especial su anexo 7 sobre refugiados y desplazados, reconoce explícitamente el derecho de retorno como recurso frente a las violaciones de derechos humanos derivadas de las expulsiones o traslados ilegales y como medio de contrarrestar los efectos de la "limpieza étnica" de los territorios durante el conflicto. En los 10 años transcurridos desde el final de la guerra, alrededor de la mitad de los dos millones de personas que se vieron desplazadas por el conflicto han regresado a sus hogares.

Hoy día, los problemas persistentes y endémicos a que se enfrentan las minorías para acceder a la educación, la atención médica, los servicios sociales, las pensiones y, sobre todo, el empleo siguen siendo grandes obstáculos para el regreso sostenible.

"Las autoridades de Bosnia y Herzegovina tienen la obligación de crear las mejores condiciones posibles para la reintegración de las personas desplazadas en las comunidades a las que pertenecían antes de la guerra.-ha manifestado Nicola Duckworth--. Esta labor entraña la creación de un entorno seguro y sin discriminación étnica, en el que los retornados puedan disfrutar plenamente de sus derechos. Si estas personas no se reintegran plenamente en las comunidades a las que pertenecían antes de la guerra ni tienen garantizado un nivel de vida adecuado, el derecho de retorno seguirá siendo mera teoría."

"La discriminación generalizada que siguen sufriendo los retornados debido a su etnia es en muchos aspectos continuación de la política de "limpieza étnica" aplicada durante la guerra. Perpetúa la división étnica del país, al hacer que persistan las diferencias aún existentes entre las comunidades, intensificadas por factores políticos y económicos."

Amnistía Internacional insta a las autoridades de Bosnia y Herzegovina a:

realizar investigaciones policiales y judiciales efectivas sobre todos los casos de crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad a fin de poner a sus autores a disposición judicial;

garantizar que se eliminan todas las formas de discriminación para que quienes regresen a sus hogares disfruten plenamente de sus derechos económicos y sociales.

Amnistía Internacional insta a la comunidad internacional a:

garantizar que las actividades del Tribunal Penal Internacional se prolongan más allá del plazo de 2010 fijado originalmente, hasta que se apruebe y ponga en marcha un plan efectivo de acción para poner fin a la impunidad en todos los países de la ex Yugoslavia;

continuar y redoblar sus esfuerzos por combatir la discriminación en el empleo y en el acceso a otros derechos económicos y sociales, colaborando activamente con las autoridades y las empresas locales.

Información complementaria

El Acuerdo Marco General de Paz en Bosnia y Herzegovina (acuerdo de Dayton) se firmó el 14 de diciembre de 1995 en París, tras su inicialización en una base de las fuerzas aéreas estadounidenses situada en Dayton, Ohio. Lo firmaron la República de Bosnia y Herzegovina, la República de Croacia y la República Federativa de Yugoslavia (ahora Serbia y Montenegro).

En virtud del acuerdo se establecieron en el país dos entidades semi autónomas, la Federación de Bosnia y Herzegovina y la República Srpska. Desde el final de la guerra, la comunidad internacional ha seguido ejerciendo gran influencia en el proceso político de Bosnia y Herzegovina, en el marco de la aplicación civil del acuerdo de Dayton, dirigida por un alto representante con amplios poderes. Alrededor de 6.500 soldados de la fuerza para el mantenimiento de la paz dirigida por la Unión Europea, EUFOR, continúan en la ex república yugoslava.

Richard Holbrooke, ex embajador de Estados Unidos en la ONU acreditado como mediador en el acuerdo de Dayton, dijo de éste que era "probablemente el acuerdo de paz con mayor éxito alcanzado en el mundo en el último cuarto de siglo".



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