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La insignia
18 de abril del 2002


Venezuela

El ajedrez del golpe


__SUPLEMENTOS__
Golpe en Venezuela

Javier Diez Canseco
La República. Perú, 17 de abril.



"Sainete" para unos, "de Ripley" para otros, el vertiginoso proceso de derrocamiento y restitución del presidente venezolano, Hugo Chávez, no es un simple espectáculo ni un incidente cualquiera. Es parte de un complejo proceso político que -teniendo su centro en América Latina- se extiende hacia el lejano mundo árabe y los conflictos a raíz de la ofensiva norteamericana en Afganistán, su amenaza de intervención en Irak y su embozado apoyo a la invasión israelí sobre territorios palestinos que, ha reabierto la pugna alrededor del petróleo.

Tras el golpe militar que puso en la Presidencia al poderoso presidente de Confedecámaras, el rico empresario Pedro Carmona, estaba la extrema derecha venezolana y su influencia sobre sectores medios, alentados por conductas autoritarias y arbitrarias del coronel Chávez. Pero sobre todo, como lo reveló el rápido pronunciamiento a favor del golpe del presidente Bush, estuvo el interés norteamericano. El golpe militar fue empujado y avalado por el gobierno norteamericano, que así cesa de sostener a las democracias como "cuestión de principios". El gobierno de Clinton había puesto en primer lugar el tema de la democracia y los derechos humanos. Pero el retorno de los republicanos a Washington relativizó los principios y volvió a la política dominada por los intereses estratégicos de la superpotencia.

El fallido golpe parece apurado por el conflicto palestino-israelí. Por el problema de Medio Oriente, Venezuela resulta muy importante para los norteamericanos pues los abastece con 1,5 millón de barriles por día de petróleo y tiene las mayores reservas de crudo fuera del Oriente Medio. A ello se suma el reciente anuncio de Irak de interrumpir por treinta días sus ventas al mercado mundial, como protesta por la situación de Oriente Medio. El petróleo está entrando en un período de alta turbulencia y los EEUU quieren asegurar sus accesos privilegiados y preferentes. Venezuela no puede írseles de las manos, como está ocurriendo. El gobierno de Chávez era, además, mal recibido en medios oficiales de EEUU por negociar abierta y extensamente con Cuba, dándole aire en América Latina.

Venezuela tiene un acuerdo de abastecimiento petrolero con La Habana. El intercambio comercial entre Cuba y Venezuela se estrechó y fue regulado por un acuerdo económicamente ventajoso para ambos. Cuba ha recibido de Venezuela casi un tercio del petróleo que consume, con créditos de bajos intereses y a largo plazo. Paga con productos y servicios: envía medicinas, médicos y atiende enfermos en Cuba. En Venezuela hay cientos de médicos, entrenadores deportivos e intelectuales cubanos que han estado prestando servicios en las regiones más recónditas de ese país. Cuba pone personal altamente calificado y técnicas masivas de atención a problemas colectivos, mientras Venezuela ofrece petróleo. Así, se establece un intercambio extenso entre latinoamericanos. Un golpe derechista en Venezuela era grave para La Habana, sobre todo por la escasez de divisas convertibles. Después del 11 de septiembre, Cuba vio disminuir drásticamente sus dos principales fuentes de ingreso de divisas: el turismo internacional y las remesas familiares enviadas desde los Estados Unidos. De tal modo que la coyuntura es especialmente crítica para Cuba.

Así, después de muchos años, los EEUU expresaron su simpatía y apoyo a un golpe de Estado militar a favor de Carmona, golpe que sólo se sostuvo cuarentaiocho horas. Vuelven los días "normales" cuando EEUU apoya a dictaduras y golpes de Estado. Otro tema central para EEUU era resolver el tema venezolano antes que "Lula" Da Silva, dirigente del Partido de los Trabajadores de Brasil, pueda ser electo presidente en octubre. Lula tiene 32% de intención de voto, gana aliados en otros partidos y sus rivales no despegan como candidatos. La derecha perdió su candidata con el retiro de Roseana Sarney, en medio de un escándalo de corrupción. Así que Lula, de consolidar su posición, podría hacer girar la política sudamericana.

Claro, Venezuela es una sociedad muy fracturada y fragmentada. Los sectores más ricos y poderosos vinculados a los partidos tradicionales apoyaron el golpe, y los actores sociales populares, así como de las FFAA, apoyan el chavismo. La clase media también está fracturada, por los modos autoritarios de Chávez. Venezuela se parece al Perú, la gente no se percibe como perteneciente al mismo mundo ni tiene las mismas aspiraciones; no se comparte un destino ni se tiene noción de un porvenir colectivo.



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